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Foro Derechos culturales. 2004. Seguridad y defensa de la soberanía y el Estado

 Foro 

Derechos culturales

Una plataforma institucional y jurídica para la transformación cultura

 

Seguridad y defensa de la soberanía  y el estado 

Oscar Battaglini, Armando Lares, Vladimir Lazo y  Eliézer Otayza

Moderadores: Joaquín López Mujica y Carmen Hernández

miércoles 17 de noviembre de 2004, 5:00 PM, Sala C, Fundación Celarg

 


De izquierda a derecha: Vladimir Lazo, Joaquín López Mujica, Oscar Battaglini y Eliézer Otayza



Oscar Battaglini 

 

 Resumen

 

 Armando Lares ofreció una revisión sobre los conceptos tradicionales de soberanía y ciudadanía y la perspectiva implementada desde la Constitución de 1999. Hoy en día se ha ampliado la visión del Estado como un imaginario colectivo en el cual el sujeto se convierte en ciudadano. La doctrina de seguridad no queda limitada a la territorialidad y se convierte en una categoría de defensa de muchos ámbitos sociales. La seguridad de la nación corresponde al Estado fundamentado en su desarrollo integral, lo cual implica una corresponsabilidad entre Estado y sociedad civil. Oscar Battaglini realizó un recorrido histórico sobre la influencia de Estados Unidos en la política latinoamericana desde antes del desenlace de la II Guerra Mundial y entre los procesos de colonización, se debe incluir el modelo de militarización, sostenido sobre el pensamiento único que, además de las amenazas “externas”, ha construido la imagen de un supuesto enemigo “interior”. En Venezuela presenciamos una diferencia pues las fuerzas Armadas presentan un componente patriótico que las singulariza y ofrece un cambio en la conceptualización de la seguridad. Esto aunado al proceso de politización del pueblo, crea las condiciones para construir una democracia participativa, más allá del populismo tradicional que ha desmovilizado y despolitizado a los individuos impidiendo una verdadera construcción de ciudadanía. Vladimir Lazo agregó que la Constitución de 1999 ofrece la posibilidad de la libertad individual como un verdadero programa lo cual se vería reflejado en la implementación de un nuevo Estado. La democracia tradicional es de orden formal ya que los individuos están representados pro sujetos que no tienen los mecanismos para participar en la toma de decisiones. Hoy en día experimentamos en el país un proceso de transformación que podría definirse como una Segunda Independencia, donde ejército y pueblo hacen su propia historia. Eliézer Otayza expresó su experiencia como constituyentista y planteó que el modelo de seguridad incluido en la Constitución de 1999 se sustenta en la paz. Reconoce que la constitución de las Fuerzas Armadas en nuestro país se diferencia de otros componentes en América Latina pues tiene como herencia el pensamiento del Libertador y de pensadores como Simón Rodríguez. Esta perspectiva quedó expresada en la unión cívica-militar que se activó el en el año 2002 cuando se restituyó el hilo constitucional. Hoy en día enfrentamos nuevos retos, como neutralizar las nuevas estrategias de colonización representadas por el Plan Colombia y que afecta a toda la región. En términos generales, los ponentes coincidieron en que experimentamos un momento histórico de refundación de la nación y entre ellos, la seguridad y defensa es ahora una estrategia que nos compete a todos como ciudadanos participativos.

 

 

Sesión completa

 

Moderador: Hoy damos apertura a la penúltima sesión de este foro y vamos a comenzar con la participación del profesor Armando Lares. Sociólogo egresado de la Universidad Central de Venezuela. Especialista en Programas de Bienestar Social, OEA, Argentina. Master of Arts (Sociología) en el Boston College, Estados Unidos. Es Doctor en Ciencias Sociales, UCV. Ha realizado cursos de capacitación en Protección civil y administración de Desastres, Estados Unidos, Puerto Rico, Ecuador y Venezuela. Tiene en su haber ocho libros publicados, entre los cuales se destacan: Recreación y Tiempo Libre, La Identidad y la Deculturación de un Pueblo (Estudio sobre Puerto Rico), La Conducta Humana en los Desastres (Investigación realizada en Perú y Honduras), Un Modelo  de conducta humana ante los Desastres (Caso Deslave del Estado Vargas. Es profesor en la UCV y en la Universidad Simón Rodríguez. Fue Secretario General fundador del Instituto Internacional de Estudios Avanzados - IDEA. Ha sido Coordinador del Núcleo Nº 2 de la Universidad Simón Rodríguez y actualmente es Decano del Instituto de Altos Estudios de la Defensa Nacional IAEDEN.  

 

Armando Lares: Muchas gracias. Antes que todo, le agradezco a los organizadores de este foro la invitación y les voy a pedir por adelantado disculpas de que me surgió  una entrevista de urgencia con el fiscal general de la República entonces voy a  hacer mi  presentación y me voy a tener que retirar. Si logro que esa entrevista se alo más corta posible, les prometo regresar, pero lamentablemente son problemas del trabajo, debido a los cargos que uno tiene y se es un esclavo de las actividades administrativas.  Sobre el tema que nos toca discutir en la tarde de hoy, de una manera muy rápida nosotros  vamos a comentar lo que sería la reconceptualización de las categorías de seguridad y defensa a la luz de la Constitución de 1999 que nos plantea otro esquema totalmente diferente a lo que se llamaba la Doctrina de Seguridad Nacional. Es importante establecer esas relaciones con unos conceptos de nación y soberanía que  es parte de la temática del foro y ver como visualiza nuestro país, nuestro ordenamiento jurídico lo que es Seguridad de la nación y Defensa integral y una categoría que se agrega a este binomio que es el de desarrollo integral.  Es importante considerar que en un principio la nación se tomaba en cuenta como “un” Estado Patrimonial donde el monarca era dueño de todos los aspectos y todas las propiedades, y tenía unas características netamente patrimoniales. La transformación de ese modelo absolutista, llegó a la entidad espiritual de la nación ante un cuerpo divino del rey y lo coloca luego dentro de un territorio físico y población, lo cual empieza a trascender la esencia de la nación, es decir, se empieza a caminar lentamente, es un proceso histórico muy largo que no tenemos tiempo de comentarlo, hacia la modernidad en la cual se va transfiriendo ese poder patrimonial hacia un poder nacional. Surge así una entidad integradora, cultural, fundada sobre una continuidad biológica de relaciones consanguíneas dentro de un territorio, una continuidad espacial del territorio y una comunidad lingüística donde se van agrupando los conceptos de nación. Algunos autores consideran que la nación se presenta como un imaginario colectivo, una creación actividad de ciudadanos. Y el paso de ese concepto de estado patrimonial a estado-nación, estado nacional se considera que es el paso del sujeto (subjetus) al concepto de ciudadano (cives). Jean Bodin, un escritor francés del siglo XVI, en su obra sobre los principios de la República, nos decía entonces que dentro del concepto de nación, el origen del poder político y la definición de la soberanía consisten en la victoria de un lado sobre otro, es decir, una victoria que vuelve a uno soberano y al otro sujeto. Desde este punto de vista, la fuerza y la violencia crean y son  padre y madre del concepto de soberanía. Enfoques ulteriores conciben a la soberanía  como una continuidad social y cultural: la continuidad histórica real del territorio, la población y la nación. Desde este punto de vista, la nación implica algo persona, y el Estado algo cósico, algo como cosificado. Cabe decir que un pueblo tiene conciencia nacional pero no podemos decir que un Estado tiene conciencia estatal. Y dentro de estos conceptos de soberanía y de nación, de Estado, etc, se sustenta y se han venido sustentando las categorías de Seguridad y Defensa.

Surgen justamente como elementos de protección del Estado-nación frente a un conjunto de amenazas y por muchos años la Doctrina de Seguridad Nacional, muy cuestionada porque sirvió de excusa para todas las dictaduras del Sur, estos regímenes de ingrata recordación en el Sur, en Chile, Argentina, etc, que bajo la excusa de la Doctrina de Seguridad Nacional y de la defensa de los intereses nacionales, se establecieron regímenes dictatoriales y totalitarios de todos conocidos. Esa Doctrina de Seguridad Nacional dentro del proceso de cambios que está viviendo Venezuela  es sustituida por un concepto mucho más amplio. La seguridad nacional se veía básicamente como aquéllas medidas de la defensa nacional destinadas a proteger un territorio o una nación, una población frente a las amenazas bélicas fundamentalmente, a preservar la territorialidad, a preservarlas fronteras, etc. El concepto de Seguridad se amplía en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y se categoriza en términos de siete ámbitos, donde lo militar es solamente un séptimo. Se habla del ámbito político, del ámbito cultural, del ámbito ambiental, del ámbito geográfico, del ámbito económico y del ámbito militar.

Ya se está hablando de Defensa integral y de defensa de la nación no como un concepto circunscrito a la defensa exclusiva de los intereses nacionales  sino un concepto integrador que coadyuva con el desarrollo integral de la nación y propende a una mejor calidad de vida, al bienestar de la población, es decir, ya toma una categoría sociológica, a mi modo de ver, mucho más rica, más completa, inclusive nosotros tuvimos en el Instituto, recientemente con el inicio del Doctorado en Seguridad de la nación, a un conferencista, a un profesor español del Instituto Gutiérrez Mellado y a él le llamó mucho la atención esa conceptualización de la seguridad de la nación que tenemos nosotros los venezolanos, porque ellos siguen manejando el viejo concepto donde la seguridad de la nación se circunscribe básicamente a la defensa del territorio como tal. Le llama mucho la atención que nosotros tenemos ese triángulo de seguridad – defensa – y desarrollo integral. Por ejemplo, la Constitución nuestra en el Título I, en los Principios fundamentales nos dice que es un derecho irrenunciable de la Nación es la independencia, la libertad, la soberanía, y la integridad territorial. El Artículo 3 nos habla que los Fines del Estado son la Defensa y desarrollo de la persona, entre otros el bienestar del pueblo. El concepto de bienestar ya relacionado con el concepto de defensa. Y el Artículo 5 nos dice que la soberanía reside intransferiblemente en el pueblo, y se ejerce directamente o indirectamente. Directamente a través de los órganos que establezca la participación desde una democracia formal, representativa a una democracia participativa y protagónica a través de determinados órganos de participación, y la indirecta a través de los órganos del sufragio. Cuando hablamos del espacio geográfico en nuestra Constitución, se establece que la soberanía plena de la República se ejerce en los espacios continental e insular, lacustre y fluvial, mar territorial, área marinas interiores. Aquí todavía se mantiene un poco la concepción de que la soberanía tiene mucho que ver con la defensa del territorio y el derecho del Estado de preservar los elementos dentro de determinados límites geográficos. Ahora bien, la Seguridad de la nación como concepto surge una vez que los estados nacionales se desarrollan y asumen su naturaleza política porque se concretó asegurar la supervivencia de la organización estatal. Con el paso del tiempo, se ubicó a la Seguridad de la Nación como fenómeno social circunscrito al proceso político, económico y social y se considera la Seguridad de la Nación como una condición política, económica, cultural, social, ambiental y militar. Se manifiesta como un proceso continuo y perdurable. Tiene una dinámica propia. Nace con la organización del Estado. Se relaciona estrechamente con las categorías de soberanía e independencia de las Naciones. Tiene un carácter teleológico en función de los llamados objetivos nacionales. Y se privilegia como concepto relacionado con la conservación y supervivencia de los Estados. Y está vinculado con el desarrollo de la nación. No necesariamente hay una correlación directa entre Desarrollo y Seguridad. Hay países con mucho desarrollo que pueden tener niveles de seguridad deficientes. Lo que pasó en las torres en Estados Unidos indica que a pesar de los niveles de desarrollo,  fueron vulnerables en términos de seguridad. No hay una correlación pero si se habla de que la Seguridad y la defensa se relacionan y se sustentan en un desarrollo integral. Es decir, al lograr mayores niveles de seguridad en una sociedad, indudablemente el desarrollo tiene un mejor campo de acción en términos de impulso. La Seguridad en el sentido psicosocial se puede considerar como un estado mental o perceptivo que produce en el individuo un sentimiento de que está fuera de peligro ante cualquier circunstancia; es decir, se siente libre de amenaza. Este es un concepto netamente psicosocial de percepción. Yo me siento con confianza, me siento seguro, fuera de peligro. Pero hay conceptos objetivos que son los niveles de vulnerabilidad que tiene una sociedad que puede ser que uno no los perciba pero que existen como elementos objetivos. Entonces, la Seguridad tiene elementos objetivos y elementos subjetivos. Yo podría sentirme aquí muy seguro y sin embargo no tengo conciencia de que estoy en una zona sísmica y que puede venir un terremoto y afectar mi vida. Pero como no conozco esta situación, no tengo la percepción del riesgo, tengo un sentido perceptivo de seguridad  pero la condición objetiva es otra. Entonces la percepción del riesgo es muy importante. De acuerdo a la Constitución, la seguridad  de la Nación es competencia esencial y responsabilidad del Estado, fundamentada en el desarrollo integral de ésta y su defensa es responsabilidad de los venezolanos y venezolanas; también de las personas naturales y jurídicas, tanto de derecho público como de derecho privado, que se encuentren en el espacio geográfico nacional (Art.322). Es muy importante y este es otro elemento novedoso en  términos de la conceptualización de la seguridad de la nación,  de que existe, como establece el Título VII de la Constitución nacional, una corresponsabilidad entre el Estado y la sociedad civil. Es decir, no estamos nosotros ajenos a participar en programas de seguridad de la nación. Somos corresponsables. No es netamente una responsabilidad del Estado. Indudablemente que el Estado tiene la primera responsabilidad. Siempre se decía, “son las fuerzas armadas cuyo objetivo fundamental es proteger la integridad del país, de la nación, y es a ellos a quienes les toca ese proceso, no a mí, no tenemos nada que ver con eso”. Hoy en día el concepto de la Seguridad de la nación es mucho más amplio, hay un concepto de corresponsabilidad. Yo no puedo negarme a participar activamente en programas de Seguridad de la nación porque constitucionalmente se establece el concepto de la corresponsabilidad. El problema es cómo llevar esto a la práctica; en cómo lograr la participación ciudadana en términos de planificación, programación  y ejecución en programas de Seguridad y defensa. La defensa sería entonces la serie de medidas que establece el estado venezolano para proteger a la población una vez que se hacen presentes las amenazas. La Seguridad de la nación se fundamenta en la corresponsabilidad entre el estado y la sociedad civil para dar cumplimiento, ¿a qué principios? A los principios de independencia, democracia, igualdad, paz, libertad, justicia, solidaridad, promoción y conservación ambiental y afirmación de los derechos humanos. Fíjense que la Seguridad de la nación ya no es aquel viejo concepto del cual veníamos hablando, d e preservar los intereses nacionales en términos de conflictos y amenazas asociados a determinados intereses, sino que va mucho más allá, habla de satisfacción de los derechos humanos, promoción y conservación ambiental, etc. Es un principio mucho más rico y ese principio de corresponsabilidad entre la sociedad civil  y el estado se ejerce en los ámbitos económico,  social, político, cultural, geográfico, ambiental y militar (Art.326). El militar pasa a ser ahora, de ser anteriormente el elemento preponderante, ahora pasa a ser uno más de siete ámbitos y de una serie de principios, lo cual le da una connotación transdisciplinaria a las categorías de seguridad y defensa. No podemos decir que la seguridad y defensa es objeto de estudios militares o es objeto de sociólogos, o de ingenieros o de geólogos, etc, ni siquiera es interdisciplinaria, a nuestro modo de ver, pasa mucho más de la interdisciplinariedad y pasa a ser una categoría transdisciplinaria. De acuerdo a la Ley Orgánica de Seguridad de la Nación, promulgada en el año 2002, la Seguridad de la Nación, está fundamentada en el desarrollo integral, y es la condición, estado o situación que garantiza el goce y ejercicio de los derechos y garantías de los ciudadanos. La Seguridad de la Nación forma parte fundamental en el desarrollo. No vamos a  discutir aquí el concepto de desarrollo que está muy cuestionado y últimamente se está cuestionando hasta la sustentabilidad del desarrollo. Pero en este sentido, la Seguridad de la Nación coadyuva con los procesos de desarrollo y facilita esa trilogía entre Defensa - Seguridad – y Desarrollo integral. La concepción tradicional de la Defensa de la Nación establece que la misma se configura por un conjunto de acciones y previsiones que adopta un gobierno permanentemente, para salvaguardar la integridad de la República y las vidas y bienes de la colectividad. Ahora, aquí se nos presenta un problema, cuando se habla de  Seguridad y Defensa, se habla de amenazas y de conflictos. Seguridad ¿frente a qué? Ahora, ¿cuáles son nuestras amenazas? Y ¿qué ámbito tiene la seguridad? Hoy en día se está hablando de que los conceptos de Seguridad y Soberanía ya no solamente están circunscritos a un territorio o a una nación, sino que tiene efectos mucho más allá de las fronteras. Se habla de Seguridad continental y se está tratando de llevar el concepto de seguridad a ámbitos globalizados, mucho más allá de los conceptos restringidos anteriores de  Seguridad. Algunos estados, inclusive, es muy interesante ver como dicen que ellos tratan de que los países fronterizos sean muy seguros, porque en la medida en que los países fronterizos tengan sus niveles de seguridad altos, eso repercute en la seguridad interna de la nación. Y se preocupan por lograr y por colaborar con la seguridad de en países fronterizos. Ahora bien, el concepto de Seguridad y defensa pareciera  que en la Constitución nacional es el concepto de seguridad el que va tomado más preeminencia que el de Defensa. Se habla de defensa pero se habla de una manera básica de la responsabilidad de la Fuerza Armada a defender la nación. Pero el concepto de seguridad integral es un concepto que está abarcando prácticamente todos los aspectos y hay una tendencia, vamos a decir, cuando se habla de seguridad, a involucrar a la  Defensa como medidas que se activan una vez que la amenaza se hace evidente. El problema que nos queda a nosotros y que se plantea a nivel sociopolítico, es decir, nosotros vamos a luchar ya  buscar una seguridad de la nación ¿frente a cuáles amenazas? Últimamente hubo una reunión de ministros de defensa, en Ecuador, recientemente, el secretario de Estado norteamericano estableció que básicamente en la primera escala debería ponerse al terrorismo como una de las grandes amenazas. Los Estados Unidos están tratando de involucrar a todos los países en esta visión. Ahora, muchos países latinoamericanos podrían decir que el terrorismo no es la amenaza principal que pudiéramos tener nosotros, inclusive podríamos ver desde el punto de vista sociopolítico,  la dominación, la pobreza, una serie de temas que han entrado y no entraban antes en seguridad y defensa y que en el Instituto los estamos considerando como líneas de investigación. Tenemos líneas sobre desigualdades sociales,  y pobreza como una gran amenaza a la seguridad de la Nación, los desastres de origen natural o tecnológicos producidos por el hombre, forman parte de acuerdo a la Ley de Seguridad de la Nación como elementos que amenazan la integridad y el desarrollo de las naciones, las catástrofes naturales y no naturales, los problemas se seguridad alimentaria y economía de la defensa, y el paro petrolero nos demostró lo vulnerable que es nuestra sociedad; es decir, los problemas geopolíticos de relaciones internacionales de dependencia. Entonces nosotros podríamos jerarquizar nuestras amenazas de una manera diferente a los intereses de las grandes potencias. Y el problema se presenta justamente cuando nosotros estamos tratando de lograr una integración de los programas de Seguridad y Defensa, recientemente tuvimos en el Instituto una reunión de directores de Institutos de Altos Estudios de Defensa Iberoamericanos, donde tratamos de unificar criterios para tener nuestra  propia identidad en términos de Seguridad y Defensa y que no nos vengan a decir que las amenazas de otros  pueblos tienen que ser las amenazas impuestas a estos pueblos.  Por ejemplo, en Estados Unidos se considera amenaza las migraciones y es fruto de investigación. Y esto tiene problemas muy serios en términos de Seguridad y Defensa porque podemos caer en posiciones chauvinistas y considerar nosotros que es una amenaza para la nación las migraciones. Entonces hay que tener mucho cuidado cuando clasifican y se establecen las taxonomías en términos de las amenazas o conflictos que puedan afectar la Seguridad de la Nación. Para recapitular, consideramos que en América Latina y no es una inmodestia del punto de vista como venezolano, la Constitución que da un paso adelante en términos de una reconceptualización de lo que es Seguridad, Defensa y Desarrollo integral, es la Constitución  nuestra porque todavía muchas constituciones mantienen el concepto de seguridad nacional bajo las famosas doctrinas de Seguridad Nacional en función  de intereses nacionales básicamente. El concepto integrador nuestro, donde lo militar  solamente es una parte, donde hay un concepto de corresponsabilidad, y donde involucra lo político, lo social, lo cultural, lo económico, etc., es un concepto innovador en materia de Seguridad y Defensa.  Este es un vuelo rasante que quería dejar sobre la mesa. Me disculpan nuevamente. Me hubiera gustado la posición del doctor Oscar Battaglini, que por cierto, es un egresado del Instituto de Altos Estudios de la Defensa Nacional, entonces sabe bien sobre nuestras preocupaciones en la reformulación del Instituto a la que estamos abocados. Muchas gracias. 

 

Moderador: Muchas gracias al profesor Armando Lares. Ahora vamos a darle la palabra al profesor Oscar Battaglini. Es Licenciado en Historia, Universidad Central de Venezuela. Magíster en Seguridad y Defensa, Instituto de Altos Estudios de la Defensa Nacional (IAEDEN). Ha sido profesor en la Universidad Central de Venezuela en la Escuela de Administración y Contaduría, entre 1972 y 1974; en la Escuela de Estudios Internacionales, entre 1994 y 1995); y en la Escuela de Sociología, entre 1974 y 2002. Actualmente es Director Principal del Consejo Nacional Electoral. Con ustedes el profesor Oscar Battaglini. 

 

Oscar Battaglini: Buenas tardes. Para nosotros es un privilegio poder participar en un diálogo en relación a un tema sumamente importante y sobre todo que  recobra una mayor relevancia, por el hecho de que este país, como todos sabemos,  ha entrado, como dicen los sociólogos, en un momento de inflexión. Vivimos un momento de inflexión, lo que equivale a decir que esta sociedad vive o ha iniciado un proceso de transición, podríamos decirlo, de una hegemonía a otra.  Aplicando el concepto de hegemonía de Gramsci, en el cual se disputa  una nueva dirección ético-política de la sociedad. Como ustedes saben, yo soy árbitro electoral, y es un poco difícil despojarse de esa condición y entrar a deliberar en un tema, como ya dije, es de mucha relevancia en lo que es la  dinámica de la sociedad actual venezolana dentro de se proceso de constitución de un nuevo estado de cosas. Posterior a la segunda postguerra y como consecuencia del mapa geopolítico resultante del conflicto  bélico, el mundo se dividió en dos bloques antagónicos. En cada uno de estos bloques se diseñó un encuadre ideológico -geográfico, político y económico- en donde se definían e imponían las áreas de influencia de las potencias en conflicto. Desde la Conferencia de Yalta y bajo la orientación de sus resoluciones cada potencia (Estados Unidos y la URSS), se dedicó a consolidar su poder sobre sus respectivas jurisdicciones político-territoriales, pero también a hacer extensivo ese poder (control político, económico, militar, ideológico) hacia todos aquellos espacios del planeta que estuvieran y/o cayeran bajo su área de influencia. En esta parte cabe destacar que antes del desenlace de la Segunda Guerra Mundial, ya la región latinoamericana era área de influencia de Estados Unidos.  Todos conocemos el proceso expansivo de Estados Unidos, primero hacia Centroamérica y posteriormente hacia Suramérica. Esto es sumamente importante tenerlo en cuenta a la hora de dilucidar la historia política y general de la región latinoamericana. La Conferencia de Yalta tuvo dos supuestos fundamentales: 1) la convalidación de una situación que ya existía en la realidad desde mucho antes de la guerra (posicionamiento político, militar y económico de Estados Unidos y la URSS); 2) la no injerencia directa de alguna de las potencias en los asuntos internos de otra y de sus respectivas áreas de influencia. Cuando se habla de “guerra fría” y cuando se habla del conflicto este-oeste, se creó una gran ideología según la cual, el mundo estuvo expuesto durante todo el recorrido de la llamada “guerra fría” a una confrontación entre las grandes potencias, que se habían repartido el mundo en la conferencia de Yalta. El mundo nunca conoció una confrontación directa entre la Unión Soviética y Estados Unidos, que son los países que salen en pie del conflicto de la Segunda Guerra Mundial. Todos conocemos lo que fue ese desenlace. En esa guerra  se disputó la hegemonía a escala mundial. La Primera Guerra Mundial no resolvió ese conflicto. Las potencias vencidas en la Primera Guerra Mundial se recuperan y eso determina una conflagración militar aún más pavorosa de la que se había conocido de 1914 a 1918. El conflicto de la Segunda Guerra Mundial no es solamente un conflicto entre ese acontecimiento  que había hecho su aparición en 1917, que conocemos como la gran revolución rusa o la gran  revolución soviética y Estados Unidos o el mundo capitalista en términos generales; es un conflicto, también, al interior del propio mundo capitalista, por lo que ya dijimos, el problema de la hegemonía en el mundo, y sobre todo, en el área del capitalismo no quedó resuelto con la Primera Guerra Mundial, y por eso se van a formar los dos bloques, por eso va a surgir el pacto antifascista del cual va a formar parte la Unión Soviética. Ese conflicto que había arrancado con el triunfo de la Revolución rusa, se suspende frente a la amenaza que va a representar el eje Alemania – Japón e Italia. La Unión Soviética, como sabemos, fue cercada por las potencias capitalistas,  pero ante este peligro, Churchill, que es un conservador, altamente reaccionario, se da cuenta de que si la Unión Soviética caía en poder de Hitler el resultado de esa guerra se podía suponer. Los alemanes sólo podían  vencer en una guerra dominada por la táctica que ellos establecen de una guerra de solución rápida. Alemania no tiene petróleo para el desarrollo de una guerra larga. Sólo podía vencer en una guerra corta. Cuando Hitler se da cuenta de esto, se traza como objetivo estratégico la toma de la Unión Soviética porque la Unión Soviética si que tenía materiales estratégicos y fundamentalmente petróleo. De esto mismo se percatan los aliados del bloque occidental. Para ellos la guerra debía ser larga porque los estados Unidos poseen petróleo en abundancia. Todos debemos recordar que Estados Unidos era el principal productor de petróleo en el mundo en estos momentos. De tal manera que les convenía la estrategia de una guerra prolongada frente al eje fascista y lo logran. Pero cuando los nazis invaden el  territorio de la Unión Soviética, eso constituyó un peligro muy grande para los intereses fundamentalmente de los Estados Unidos. Y eso es lo que va a determinar la alianza con la Unión Soviética, con la cual Estados Unidos y todas las potencias occidentales habían estado enfrentadas hasta  ese momento. Esto es sumamente importante tenerlo en cuenta también a la hora de caracterizar la situación en la que queda el mundo una vez culminada la segunda Guerra mundial. El único país que queda en pie de la Europa occidental racionalista, y  Estados Unidos como parte de esa cultura occidental, es precisamente Estados Unidos. Y Estados Unidos, desde ese momento, asume la defensa del mundo capitalista en crisis, y tocado de muerte. La Unión Soviética también queda en pie, pero el desarrollo en términos relativos de la Unión Soviética frente a los Estados Unidos, no hay comparación que se pueda hacer en este sentido. Sin embargo, como sabemos, la Unión Soviética se mueve hacia la parte que después se va a constituir como Europa del socialismo real. En estos momentos surge la bomba atómica. Estados Unidos ya había estallado dos bombas atómicas en el territorio ya vencido de Japón. Esas bombas no son detonadas simplemente para ganar la guerra. La guerra ya la habían ganado. La guerra en Europa había terminado en mayo de 1945 y en el Pacífico termina en la transición agosto-septiembre. La bomba se estalla también como un conflicto que se reanuda, que es el conflicto entre la Unión Soviética y Estados Unidos de nuevo, por la hegemonía mundial. Con ese desenlace se resuelve el conflicto de la hegemonía en el mundo capitalista. A partir de allí, Inglaterra pasa a ser definitivamente una potencia de segundo orden. Estados Unidos surge con la bomba atómica en su poder, pero rápidamente la Unión Soviética se hace también de la bomba atómica, como sabemos.

Ahora bien. Ese reparto del mundo en la conferencia de Yalta y esta nueva correlación de fuerzas va a tener un efecto muy directo en lo que es el proceso histórico de las sociedades de América Latina, que como ya dije, América Latina ya era área de influencia de Estados Unidos, antes de que se produjera el conflicto de la Segunda Guerra Mundial. En todo caso, las verdaderas determinaciones del conflicto Este-Oeste nunca se ubicaron en sus líneas exteriores (confrontación directa entre las potencias) sino en las líneas interiores de sus respectivas áreas de influencias. La lucha es aquí entre Estados Unidos por evitar perder influencias en el mundo de sus respectivas áreas. Por eso, Estados Unidos interviene abiertamente en el plano militar en los países bajo el área de influencia de la Unión Soviética. La CIA se va a mostrar sumamente activa durante todo ese período en el desarrollo de esta política y Estados Unidos va a defender su área de influencia en América Latina. En 1948 se crea la OEA, como sabemos, por iniciativa de Estados Unidos. Ya esta nación  había adelantado acciones sumamente importantes en eso de asegurar su dominación sobre América Latina. En 1944, cuando ya son evidentes el curso y el desenlace de la segunda Guerra mundial, Estados Unidos convoca la famosa conferencia de Breton Woods, estamos en julio de 1944 y todavía  no ha culminado la Segunda Guerra Mundial, en la transición  febrero-marzo, cuando convocan la conferencia de cancilleres de América Latina de Chapultepec. De Breton Woods surge toda la estructura financiera que le va a dar a Estados Unidos un poder inmenso en el control de las economías del mundo, y en la conferencia de Chapultepec, en febrero-marzo de 1945, cuando todavía la guerra no ha terminado, convocan a esta conferencia y Estados Unidos le impone a América Latina una famosa carta que se va a denominar la Carta de las Américas en la cual Estados Unidos va a intentar reforzar su dominación económica y política sobre la región de América Latina. El único país de América Latina que se opone abiertamente a la aplicación tanto de las resoluciones de la conferencia de Breton Woods como a las resoluciones de  Chapultepec, es Venezuela.

Todos debemos recordar que en el curso de la Segunda Guerra Mundial es presidente de Venezuela el general Isaías Medina Angarita, quien había definido  un proyecto autonómico aprovechando la coyuntura de la guerra, guiado  por la famosa consigna aquella de “sembrar el petróleo”. Yo tengo un libro sobre ese periodo histórico de Venezuela del siglo XX, donde  analizo este problema, de cómo las resoluciones de Breton Woods y de Chapultepec se van a antagonizar  con la naturaleza del proyecto que definen aquí, teniendo a la cabeza al presidente Medina, a Uslar Pietri, el viejo Egaña y otros intelectuales que fueron calificados por Andrés Eloy Blanco en el curso de esa coyuntura como “ala luminosa del medinismo”. Era el canciller de Venezuela, Caracciolo Parra Pérez y Medina le da instrucciones expresas para que firmara, porque los que asisten a esas conferencias firman, pero que dejara constancia de que el Estado venezolano por ningún concepto iba a aplicar esas resoluciones. En la Carta de las Américas o Plan Klayton, Estados Unidos exigía la aplicación de una política de corte neoliberal, mediante la cual  se pretendía que las economías de América Latina se especializaran en la producción de una sola cosa, que había formado parte de toda la historia republicana de nuestros respectivos países.

Quienes gobiernan en Venezuela aspiraban a una diversificación de la economía, aspiraban a avanzar a un proceso de superación del rentismo como política económica y al parasitismo derivado del rentismo y por eso, se oponen intransigentemente a la aplicación de estas dos resoluciones. Esto está en la raíz del derrocamiento de Medina Angarita, yo diría un infausto 18 de octubre de 1945, porque se corta un proceso que prometía que la sociedad venezolana, en términos generales, comenzara a superar históricamente su inveterado atraso desde todo punto de vista. Un personaje tan influyente en la política exterior norteamericana como Henry Kissinger definía la guerra fría como: “la batalla por la conquista de las mentes humanas”. En esta batalla se subvencionaron amplias campañas de persuasión, de guerra de propaganda y psicológica destinada a distribuir información mediante noticias, opiniones o llamamientos, pensados para influir en las acciones de determinado grupo político y económico, de manera que apoyaran la consecución de los objetivos norteamericanos. En cierto modo, la definición de la Guerra Fría como una contienda psicológica, como la fabricación de consentimiento por métodos pacíficos, del uso de la propaganda para erosionar las posiciones hostiles, es un indicador fundamental para comprender la línea de conflicto interno que se desarrolló a lo largo de la Guerra Fría. En la Conferencia de cancilleres donde se forma la OEA, Estados Unidos definió la concepción aquella del “enemigo externo”, que va a ser la constitución también del TIAR, el famoso Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca y la idea, porque ahora no es el fascismo el enemigo sino el comunismo internacional, entonces se instituye allí toda la concepción del “enemigo externo” que concebía que cualquier amenaza  o cualquier injerencia de la Unión Soviética en los asuntos de América Latina como enemigo, fundamental debería ser respondido de manera coaligada por todos los países de América Latina.

Es importante referir que en ese proceso de colonización, de una mayor  consolidación de América Latina como área de influencia de Estados Unidos, esta potencia utilizaró la coyuntura de la Segunda Guerra Mundial para colonizar desde el punto de vista militar, a todas las Fuerzas Armadas de América Latina. Cuando culmina la guerra, los ejércitos de América Latina son ejércitos perfectamente pentagonizados. Anteriormente la influencia era de origen europeo, pero a partir de la Segunda Guerra Mundial todos debemos recordar que los submarinos alemanes penetraron el en Caribe y lo hicieron por una razón muy sencilla. En la Segunda Guerra Mundial Estados Unidos pelean con petróleo norteamericano. Sería una exageración afirmar que Estados Unidos o los aliados pelearon esa guerra con petróleo venezolano. Esa es una  exageración. En la Segunda Guerra Mundial se quemaron 8.000 millones de barriles de petróleo. Estados Unidos aportó 7.000 millones. Venezuela y otros países de América Latina aportaron 1.000 millones de barriles. Nos constituimos en el principal suplidor de petróleo de Estados Unidos, de tal  manera que los submarinos alemanes penetraron para torpedear los tanqueros que iban de Venezuela hacia el territorio norteamericano, transportando petróleo. Ningún país de América Latina tenía capacidad como para contrarrestar la injerencia militar alemana en este territorio. Y esa va a ser la gran ideología, el gran pretexto para colonizar militarmente las Fuerzas Armadas de América Latina. De tal manera que cuando termina la Segunda Guerra Mundial, si nosotros habíamos sido área de influencia de Estados Unidos, ahora esa situación se había reforzado con creces. Esto es parte del proceso histórico que hemos vivido nosotros en la parte en que nos ha correspondido actuar. En un discurso ante el Congreso, de marzo de 1947, sobre la situación de Grecia, donde era previsible una toma del poder por parte de los comunistas, Truman había abogado, en un lenguaje apocalíptico, por una nueva era de intervención norteamericana: "En el presente momento de la historia mundial, casi todas las naciones han de elegir entre formas de vida excluyentes”. Se refería a la  concepción de la democracia norteamericana y a la concepción revolucionaria de la Unión Soviética.

Es importante señalar que para los occidentales la democracia sólo tiene un signo, la democracia no puede ser entendida de otra manera. Eso que se habla  hoy en día del pensamiento único, eso no es nuevo. Este intelectual lingüista norteamericano, Chomsky, habla de más de 500 años de pensamiento único y de una conquista que tiene más de 500 años. De tal manera que no hay casi nada nuevo bajo el sol en todos estos nuevos desenlaces. La Doctrina Truman, y las leyes de la Seguridad Nacional a las que inspiró, aprobaban oficialmente la política de agresión e intervención en el extranjero. Esta caracterización desnaturalizante de los procesos políticos de los países por su independencia y soberanía efectivas, permitió, desde sus inicios, la justificación de la intervención militar directa para impedir o bloquear la materialización de tales procesos. En esta parte es importante señalar que posterior a la elaboración e imposición de la concepción del enemigo externo, la geopolítica norteamericana se percata que no era suficiente con eso y es así como van a inventar el enemigo interno, de cómo el enemigo externo tiene una representación interna. Es decir, todo disenso, toda concepción política que se apartara de la geopolítica norteamericana, de la doctrina de seguridad nacional es enemigo interno y sobre la base de esa concepción, Estados Unidos va a rearmar a los ejércitos de América Latina, surge el  fenómeno de las llamadas misiones militares norteamericanas, que han tenido una injerencia directa y activa en la toma de decisiones políticas en nuestros  respectivos países. La misión militar norteamericana, como la Embajada norteamericana, han tenido una activa participación en los desenlaces políticos que se han producido en Venezuela desde el siglo XX para acá. Casi todos los golpes de estado que se han producido en Venezuela, uno puede descubrir la impronta de Estados Unidos en ello. Ellos quitaron a Castro y pusieron a Gómez, ellos quitaron a Medina y pusieron a Betancourt, ellos quitaron a Gallegos y pusieron a Pérez Jiménez, después quitaron a Pérez Jiménez y pusieron a Betancourt de nuevo y esa secuencia se ha mantenido históricamente hasta el Golpe del 11 de abril de 2002. De tal manera que eso tampoco es nuevo aquí. Yo que soy historiador y me he ocupado del tema de la sociopolítica venezolana, puedo dar fe de esto que estoy diciendo. Y eso sigue porque lo que hay son momentos de distensión ¿no es así? Vivimos momentos de distensión pero uno sabe que esa situación va a seguir. No voy a decir aquí que pudiera replantearse, yo estoy prácticamente convencido de que el conflicto con Estados Unidos no cesa con los últimos resultados políticos que se han producido en la sociedad venezolana. Estados Unidos ha sido muy paciente, aplicando aquello de “que tanto va el cántaro a  la fuente, hasta que se quiebra”. Una vez conversé con un policía, estando yo preso, y él decía: “no es que nosotros sabemos por donde andan ustedes, y siempre hay un momento en que se produce lo que se ha producido con ustedes”. Esa misma política la ha aplicado la geopolítica norteamericana en relación a los procesos geopolíticos que se han dado en América Latina, independientemente de que en estos momentos América Latina vive un momento estelar de nuevo. Si se consolida o no se consolida. Porque han habido momentos de auge en América Latina y luego de reflujo, de apogeo y de reflujo. Ahora los intereses de los pueblos de América Latina viven un momento de auge, y eso es evidente. Habría que aprender de la experiencia para que no se produzca una nueva caída.

En América Latina, bajo la influencia de la Doctrina Truman se promovieron una serie de golpes de Estados y regímenes de fuerza. El golpe de Estado en Brasil en 1964, la invasión norteamericana en República Dominicana en 1965 y la secuencia de terror, de los gobiernos de los generales Pinochet en Chile y de Videla y Viola, Galtieri, Bignone y Massera en Argentina, son uno de los tantos expedientes de intervención norteamericana en la región. La doctrina de Seguridad Nacional es la ideología que le sirvió a Estados Unidos para el desarrollo de su política, sobre todo en América Latina. Es una doctrina cuyo contenido fundamental es el militarismo. Estados Unidos convirtió a los ejércitos en América Latina, en el pasado, en el  partido militar, en el instrumento básico de su dominación. Los ejércitos en América Latina siempre resolvieron la contradicción entre el estado de cosas y la superación del estado de cosas, apelando a la fuerza militar. Por eso, los ejércitos en América Latina, pentagonizados, fueron verdaderos “caballos de Troya” en todo lo que tuvo y todavía tiene mucho que ver, con el desarrollo histórico y político de nuestras sociedades, y el contenido básico de la doctrina de “seguridad nacional es el militarismo, es decir, el militarismo en términos totalitarios, es decir, una sociedad altamente militarizada, donde lo militar lo resuelve todo. América Latina, y eso forma parte de su largo proceso histórico, hemos sido sociedades altamente militarizadas, repúblicas militarizadas. La democracia no tuvo asiento en nuestras respectivas realidades. Las sociedades latinoamericanas han sido históricamente sociedades oligárquicas. A pesar de todo lo que ha ocurrido en estos últimos seis años en Venezuela, la sociedad venezolana continúa siendo una sociedad oligárquica. Lo que quiere decir, que el conflicto irá in creccendo, que nadie se engañe.

Estamos viviendo una coyuntura favorable a la posibilidad de que surja una sociedad democrática de nuevo tipo, una sociedad democrática donde la sociedad participe, donde la sociedad se organice en redes políticas, en que la sociedad como sociedad civil organizada altamente politizada, con un ciudadano que es el sujeto histórico de la democracia o el sujeto político de la democracia, se constituya en poder. Pero siempre en un proceso extremadamente contradictorio, con una sociedad que sigue siendo una sociedad oligárquica, y una sociedad, a pesar de todo, con un alto contenido de autoritarismo. Han cambiado muchas cosas, es decir, se ha  producido en la sociedad venezolana un importante proceso de repolitización. Antes de lo que está ocurriendo, todos recordamos eso, la sociedad venezolana repudiaba la política, repudiaba los partidos, repudiaba la participación política. En estos momentos ningún venezolano repudia la política. Para mí este es el acontecimiento más fabuloso que se ha producido y se sigue produciendo en esta sociedad y eso anuncia la posibilidad de la constitución de un ciudadano o de un sujeto político capaz de iniciar un proceso realmente de construcción de una sociedad democrática, en la cual los ciudadanos participen directamente en los debates y en la toma de  decisiones. Pero todo eso es potencial, a mi manera de ver. Tenemos la posibilidad de asumirnos directamente en una participación que vaya dando como resultados estos contenidos de los cuales estamos hablando.

AMÉRICA LATINA Y LA POLÍTICA DE SEGURIDAD Y DEFENSA

Dado el poderío de Estados Unidos a mediados de la década de los cuarenta, Washington retorna de nuevo a su política inspirada en la Doctrina Monroe de no tolerar ninguna intromisión extranjera en los asuntos americanos. En aquel entonces era en contra los europeos, por eso en 1902 nosotros fuimos invadidos por europeos y Estados Unidos hizo valer la doctrina Monroe. Estados Unidos siempre se ha valido de doctrinas. La doctrina Monroe fue una y muchas otras doctrinas, hasta llegar al Plan Colombia, que no es un plan para Colombia simplemente, es un plan para el eje andino. No es casual. El objetivo es  el petróleo. Desde el gas de Bolivia hasta Venezuela. Eso es lo que está en esa  concepción estratégica de Estados Unidos.

De cualquier manera, en la esfera de la Seguridad y Defensa en el contexto de la Guerra Fría, los contenidos y conceptualizaciones del Manual de Planificación de Seguridad y Defensa Nacional, el Manual de Acción Conjunta, la Ley Orgánica de Seguridad y Defensa elaborados por el Estado Mayor Conjunto del Ejército Venezolano, se realizaban bajo la guía estricta de las definiciones en materia de Seguridad y Defensa definidas por los Institutos de Guerra de Estados Unidos. Para sintetizar, en Venezuela nunca hubo política de Seguridad y Defensa autonómica. Incluso el IADEN – Instituto de Altos Estudios de la Defensa Nacional- es una copia  fiel de toda la conceptualización de Estados Unidos en su política de defensa estratégica de la región suramericana. La política de Seguridad y Defensa que se practicó aquí, que la practicó Pérez Jiménez como militar y militarista, y la que se va a desarrollar durante los 40  años de la democracia puntofijista, es la misma. Por eso, si uno hace la revisión histórica del carácter autoritario y violento de la democracia de Punto Fijo, podría determinarse que hay más violencia en la democracia que en la dictadura de Pérez Jiménez. Pero es la misma  política. Inclusive la democracia de Punto Fijo incorpora la noción del “enemigo interno”. No es posible la democracia con esa concepción, porque la democracia es disenso, como sabemos. Y si toda concepción que se opone al actual estado de cosas internamente, es considerado enemigo interno, eso es lo que explica la matanza que hubo aquí durante todo el período de la democracia de Punto Fijo. Las desapariciones comenzaron en Venezuela y como el ejército venezolano asume la defensa abierta de la democracia de Punto Fijo. La política exterior de Venezuela estuvo muy imbuida también de toda esta conceptualización. La política de Seguridad y Defensa del estado venezolano y la política exterior del estado venezolano, corren parejas. Es la defensa de los intereses estratégicos de la coalición  política norteamericana, intereses oligárquicos de nuestras respectivas oligarquías en América Latina. De tal manera que no hay diferencia entre una cosa y la otra. Esto va a comenzar a cambiar con el resultado electoral del 6 de diciembre de 1998. Todos debemos recordar que en la frontera colombo-venezolana, no existían garantías porque se consideraba un territorio en guerra, y las Fuerzas Armadas venezolanas participaban abiertamente en ese conflicto. ¿Ustedes se acuerdan de la llamada “persecución en caliente”? Estamos en ese momento de cómo la Fuerza Armada venezolana intervenía. Yo hablé con unos militares en el IADEN, con algunos militares que participaron en la frontera en ese conflicto, y los militares venezolanos torturaban y fusilaban. En medio de los whiskys, se hacían este tipo de confesiones y uno las oía y las iba registrando. ¿Qué fue lo primero que hizo la actual administración? El presidente se fue a la frontera, restituyó las garantías en esa región limítrofe con Colombia y sacó a la Fuerza Armada de ese conflicto. La ideología mediante la cual los ejércitos de Ecuador, de Brasil, de Venezuela y de los otros países limítrofes con Colombia, era la subversión y el enemigo externo. Para el ejército de nuestros respectivos países, el enemigo era el mismo, es decir, la subversión comunista. Lo primero que hizo, repito, el gobierno de Venezuela, una vez que se  produce ese desenlace en esas elecciones, es restituir las garantías y sacar a la Fuerza Armada venezolana y al estado venezolano de ese conflicto. No es que esa frontera se haya pacificado del todo, pero ya no hemos tenido noticias de los cararabo, hasta la última noticia de la confrontación que hubo allí y todo parece indicar que fue producida por paramilitares, como parte de la ofensiva que actualmente se desarrolla en la frontera contra el actual estado de cosas político que existe en nuestro país. Para culminar esta primera parte, estamos en presencia de una reconceptualización, ya lo dijo el profesor Lares, de lo que es la política de Seguridad y Defensa del estado venezolano. Ya no es el militarismo, ya no es la Fuerza Armada la que tiene la función fundamental de asegurar y de defender al territorio nacional frente a cualquier amenaza externa. Es decir, hay  una conceptualización de una política de Seguridad y Defensa de corte  democrático, y en el cual no solamente la Fuerza Armada, ya él lo dijo, tiene esta función, sino que la sociedad, en proceso de constitución de la nueva hegemonía de la que estamos hablando, tiene la responsabilidad también de participar en la defensa y en la seguridad nacional. Uno lo oye. La alta oficialidad del ejército venezolano está muy clara con esta reconceptualización que se ha hecho. De tal manera que toda aquella política de desapariciones, de violencia física frente a cualquier tipo de disenso en el interior de la sociedad venezolana,  ha quedado superada. Se ha pretendido hacer una manipulación de este elemento, pero hasta ahora no han podido imponer una deformación de lo que es la política de Seguridad y Defensa del estado venezolano y un elemento muy importante que ha ocurrido, además de la repolitización de la sociedad venezolana, es que la Fuerza Armada venezolana ha dejado de ser un elemento básico de la defensa de los intereses estratégicos de Estados Unidos.

Considero que en el seno de la Fuerza Armada se ha producido un cambio sustantivo en lo que es su concepción, su ideología y los intereses que asume la Fuerza Armada venezolana respecto a los grandes problemas que están planteados en esta sociedad. Creo que estamos en presencia de un proceso sumamente interesante en el cual se abre paso una concepción patriótica en el seno de la Fuerza Armada nacional. Todos conocemos la historia de América Latina. Cualquier situación que pusiera en riesgo la estabilidad del estado de cosas, tenía como resultado un desenlace violento, a través del golpe de estado que le ponía término a esa situación. La historia de América Latina está llena de este fenómeno. Lo que ocurrió en Guatemala con Jacobo Arbenz, lo que ocurrió en Chile con Allende, lo que ocurrió en Venezuela con Medina, etc. etc. Se ha producido un cambio sustantivo en todo lo que es la estructura de la Fuerza Armada venezolana y particularmente en su concepción de como asumirse respecto al proceso de cambio que se está produciendo en la sociedad venezolana. El 11 de abril fue una oportunidad  magnífica que nos ilustra muy bien respecto a los cambios que se han producido en el seno de la Fuerza Armada. De tal manera que estamos en presencia de un proceso de tránsito de una concepción de la Seguridad y Defensa nacional de corte autoritario y oligárquico hacia una concepción democrática y de alto contenido patriótico. Yo estoy firmemente convencido de que esto se está produciendo y lo importante es que esto se consolide y que pueda convertirse en base estratégica para los cambios fundamentales. 

 

Moderador: Muchísimas gracias  al Doctor Oscar Battaglini. Ahora damos la bienvenida al profesor Vladimir Lazo y al profesor Eliézer Otayza. Agradecemos también la presencia del anterior ponente, Profesor Armando Lares quien estuvo de regreso que se iba a incorporar a la discusión más tarde. Por razones personales debo retirarme de acá y seguirá moderando Carmen Hernández.  Tiene la palabra el profesor Vladimir Lazo. 

 

Moderadora: Buenas tardes. El profesor Vladimir Lazo es Licenciado en Filosofía, egresado de la Universidad Central de Venezuela. Tiene Maestría en Filosofía, con énfasis en el estudio de la Filosofía de G.W.F. Hegel. Doctorado no concluido aún en Filosofía de la Historia, en el Instituto de Filosofía de la Facultad de Humanidades y Educación de la Universidad Central de Venezuela. Desde 1976 es Profesor asociado de la Escuela de Economía de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la UCV. Desde 1991es investigador invitado del Instituto de Investigaciones Económicas. Desde 1982 es profesor invitado en la Escuela de Filosofía de la misma Universidad. Entre los años 1987 y 1988 fue colaborador de El Diario de Caracas, y entre 1991 y 1993 fue colaborador del Suplemento Cultural del diario Ultimas Noticias. Se encuentra en proceso de publicación el trabajo Exposición de un criterio de lectura de El Capital de K. Marx (ampliado), presentado para optar a la categoría  de Asistente en el Escalafón Universitario. Con ustedes el profesor Lazo. 

 

Vladimir Lazo: Buenas tardes. Por lo que se ha oído sobre mi persona, no soy experto en los temas de seguridad  pero sin embargo me gustaría expresar algunas opiniones, basadas sobre todo en aquello que yo creo que es el texto fundamental de la política  actual venezolana que es la Constitución de 1999, Constitución que tiene características  especiales y que son aquellas y que siguiendo un poco, están en sintonía con las opiniones que ha  emitido el profesor Oscar Battaglini. Esa constitución es un instrumento fundamental para que nosotros hagamos ciertas operaciones como sociedad a través del tiempo, que nos podrían colocar eventualmente en la situación y a eso es lo que tiende, a  recuperar la soberanía popular y al mismo tiempo, que el pueblo venezolano realice su propia historia, y no sean sujetos de la historia impuesta desde afuera, sobre todo por Estados Unidos. Leeré y comentaré algo de lo leído. La Constitución de Venezuela le impone al Estado venezolano algunos deberes relativos al tipo de sociedad que por su intermedio los venezolanos estamos construyendo. Es decir, la Constitución  venezolana diseña, en la medida en que se realice, un tipo de estado distinto al Estado que nosotros teníamos antes de esa Constitución y antes de que esta Constitución pueda ser efectivamente realizada. La sociedad que nos abocamos a construir es una sociedad libre, o sea, donde los ciudadanos puedan realizar sus propios fines y haciendo esto deban estar también realizando los fines de la sociedad; en el caso de nuestra Constitución, los fines individuales son también los fines de la sociedad, ésta los incluye y los promueve. La estructura formal de la sociedad es el Estado. Lo que quiero decir con esto es que la Constitución de 1999 consagra una cantidad de derechos  que antes no existían en la Constitución venezolana. Consagra derechos políticos, civiles, educativos, culturales, de muchos tipos, y esos derechos consagrados constitucionalmente implican que el individuo puede realizar sus propias finalidades y esas finalidades pueden insertarse, porque están supuestas, en el texto constitucional y en los derechos que el texto constitucional define y promueve. Y eso produce algo que creo es muy  importante, porque no solamente son derechos individuales y elementales como el derecho a la vida, que evidentemente toda Constitución lo debe tutelar, sino que además son una serie difusa, progresiva, amplia gama, y al mismo tiempo derechos que en otras constituciones no están y eso significa que la posibilidad de la realización de la libertad individual, insertada dentro de la libertad de la sociedad, es en la Constitución de 1999, un verdadero programa histórico y al mismo tiempo estratégico, es un programa de realización y constitución en el futuro de un tipo de sociedad que nosotros no teníamos antes de este proceso revolucionario.

Esa Constitución que promueve toda esa cantidad de derechos es una Constitución que produciría, en la medida en que nosotros realmente pusiéramos en práctica el texto constitucional, produciría un nuevo Estado, porque sería una sociedad que se daría un Estado propio, suyo, diferente a cualquier otro Estado anterior que nosotros hubiéramos tenido. Voy a hacer un breve paréntesis sobre la diferencia entre la democracia formal y la democracia participativa y protagónica, que es aquella que está realmente definida en la Constitución. Que el pueblo realice sus propios fines, es posible, dentro de nuestra Revolución bolivariana, precisamente porque el tipo de democracia que estamos construyendo es un tipo de democracia que antes no habíamos tenido, es la democracia participativa y protagónica que ya he nombrado. En ella, el pueblo es verdaderamente el soberano, no lo es formalmente, lo es realmente. Porque ese asunto de la soberanía, real o formal, es un asunto de vieja data precisamente porque el mundo contemporáneo, entre otros comienzos que tiene, con la idea de la soberanía  popular, es decir, con la idea de que la soberanía reside en el pueblo y no reside en un soberano que podía ser que alguien que por herencia era el soberano de una nación o bien lo es por el tipo de soberanía que tiene el pueblo norteamericano en su presidente. Si ustedes recuerdan, Rousseau teoriza la  voluntad general todo hombre, toda persona en una sociedad íntimamente conoce, de esa manera lo pensó Rousseau, sabe lo que le conviene  a sí mismo y a la comunidad, a toda la sociedad. En ese sentido la voluntad general es algo así como una fuerza moral. Al mismo tiempo Rousseau piensa que el poder debe ser, el poder la constituyente de la asamblea, debe ser aquello que gobierno, justamente Rousseau piensa que no hay posibilidad de realizar eso en sociedades más o menos grandes y complejas, entonces piensa que lo que es posible es elegir, es este caso sería un presidente, entonces el asunto es que se vuelve como un pequeño soberano que gobierna por el tiempo que es elegido. Esto es un poco lo que sucede en la democracia norteamericana en Estados Unidos, que se  elige un soberano cada cuatro años, donde lo que se elige en el fondo en toda democracia formal. Es decir, formalmente el pueblo es aquel donde reside la soberanía, porque el pueblo es el soberano pero el soberano elige cada cierto tiempo un mandatario, entonces a ese mandatario le entrega todo el poder, y cuando sucede esto, el mandatario precisamente lo monopoliza y entonces termina normalmente apuntando el poder contra la sociedad que es precisamente aquella que le dio el poder. En eso muchas veces termina la democracia formal que tiene esa estructura. Además tiene el mecanismo para esa transferencia que son las elecciones. Es decir, cada  cuatro o cinco años se cumple el rito democrático de elegir un soberano, un presidente, a quien se le atribuyen todos los poderes. Porque justamente cuando se elige presidentes, diputados, senadores o gobernadores, en un régimen de democracia formal, todo el poder social, es decir, toda la disposición de los poderes sociales de la riqueza social, de cómo gestionarla, cómo distribuirla, cómo buscarla, cómo producirla, cómo organizar la sociedad, todo eso se le transfiere a aquel al cual se ha elegido y entonces esa transferencia hace que a quien se le ha atribuido ese poder, normalmente esa atribución del poder es una atribución monopólica, porque es un grupo pequeño de personas a las que se les da todo el poder de la sociedad. Si no hay un tipo de democracia en la cual el pueblo participe y protagonice su propia vida y la vida social, entonces ese presidente o esos mandatarios terminan, vamos a decir, usando ese poder para su propio beneficio, normalmente en alianzas con las elites económicas y políticas que detentan normalmente el poder.

Venezuela ha sido un caso, así como muchos otros países, de esa delegación que hace el soberano de su poder en el mandatario y después el mandatario hace todo en secreto, porque los negocios públicos no son públicos, son normalmente negocios que se realizan en medio del secreto de Estado, del secreto de las decisiones, del secreto de los planes y del secreto de las estrategias, y del secreto que aquello que se debe hacer para justamente  gestionar el poder político. Como eso es en secreto, no tiene escrutinio público y al no tener esto, justamente, no hay manera de controlar. Entonces ésa es más o menos la lógica con la que funciona toad democracia burguesa, formal o representativa. Y es formal porque tiene la forma. La forma de la democracia es que aquel gobernado elige a sus gobernantes y la forma para hacerlo es mediante el acto electoral. El  gobernado elige a sus gobernantes y cuando elige, entrega todo aquello mediante lo cual después lo van a gobernar. Y como entrega todo, tampoco tiene control sobre lo que delega, sobre el poder que otorga y ese poder que otorga sirve precisamente para que el mandatario gobierne en alianza con las clases dominantes en cada época.

Pero, si el pueblo participa en el proceso de formación, ejecución y control de la gestión pública y de las políticas públicas, y por lo tanto en las decisiones que determinan la vida social y su propia vida, entonces estamos en presencia de un tipo de democracia en la que el pueblo participa en primera persona, pues protagoniza el desarrollo social y por lo tanto, participa en las decisiones que afectan su vida individual y de grupo. Protagoniza la vida social y su propia vida. Esto me parece uno de los asuntos básicos de nuestra Constitución, porque si ustedes  ven y lo ven en países que tienen la fama de ser muy democráticos y donde hay participación en la vida comunitaria. Uno piensa, la democracia norteamericana que funciona en el municipio, en las aldeas, a  niveles pequeños  de la gestión pública porque generalmente hay ciertos escrutinios de los ciudadanos sobre lo que hacen los alcaldes. Sin embargo, inclusive en la democracia norteamericana, en la actualidad y muchos más que antes y supongo que es crecientemente lo seguirá siendo más intensamente, porque lo era menos hace un tiempo y ahora lo es más, es un tipo de gobierno, un tipo de capitalismo que no es ni siquiera el capitalismo tradicional que se conocía como de libre competencia, donde los dueños de los capitales exponen sus capitales, compiten, obtienen ganancia y cuando las cosas van mal, quiebran... El capitalismo norteamericano que gobierna, o los capitales que gobiernan el imperio norteamericano no son muchos y no están en manos de muchas personas. Están en manos de una parte muy restringida de la población y uno puede recordarse o tener un signo de eso. En uno de los debates entre Kerry y Bush, Kerry le reclamó a Bush, siendo parte del reclamo porque no está fuera del asunto, le dijo: “Caramba, nosotros estamos en un país donde en 1% de la población es dueño de casi el 80% de la riqueza”. No recuerdo si el porcentaje era el 80%, pero es un altísimo porcentaje porque al propio Kerry le parece escandaloso cuando es parte de ese 1% que es dueño de todo. El y su  esposa y toda su gente. Entonces resulta que si uno hace las cuentas más o menos, lo que Kerry estaba diciendo es que algo así como 2 millones y medio millones de personas, que es el 1% de la población norteamericana, son dueños de algo así como del 80% de la riqueza norteamericana, pero decir eso no es decir solamente eso, sino que son dueños del 80% de la riqueza mundial, es decir, son dueños de las multinacionales que hay en Estados Unidos. Alrededor de 250 o 300 multinacionales son dueñas no solamente de la riqueza norteamericana sino de la riqueza mundial, de los bancos en el mundo. Hace unos años había, no recuerdo el número exacto, pero algo así como 12 grandes o inmensas petroleras en el mundo y en los últimos tres años esto se ha reducido porque se han fusionado, no porque hayan quebrado. Son cinco en la actualidad y son más grandes, profundamente poderosas y ricas. Hay un artículo que publicó un profesor nuestro, de allá de la Escuela de Economía, que se llama José Sojo, que es economista, un artículo donde da cuenta y da toda una serie de proyecciones económicas sobre este fenómeno, porque justamente lo que antes eran 12 transnacionales, ahora son cinco multinacionales del petróleo. Con la industria de los automóviles pasó más o menos lo mismo, es decir, son muy pocas las multinacionales productoras de vehículos automotores y esas suplen algo así como a 6.000 millones de personas que somos en el mundo. A nosotros nos venden automóviles, tractores y todo eso no más de 10 multinacionales que  producen ese tipo de cosas y esas 10 multinacionales son de propiedad de muy pocas personas en relación a la riqueza y el poder que tienen.

Lo que quiero decir con esto es que el capitalismo norteamericano no es ni siquiera un capitalismo como uno pensaba a principios del siglo XX, de libre competencia, donde había esos supuestos héroes del capitalismo que eran aquellos señores que arriesgaban sus capitales y podían quebrar. Eso es mentira. Siempre lo fue, pero eso ahora es menos en el sentido de que en aquel tiempo tenían subsidios y tenían ayudas, y tenían todo tipo de protecciones para que los capitales no se les perdieran y no fueran así, sobre todo el capitalismo norteamericano. Pero ahora nosotros vemos, y en eso también vuelve uno a  tener que recordarse de aquel norteamericano que se llama Noam Chomsky, que desde hace como 35 años está hablando de la política exterior norteamericana y está hablando del capitalismo norteamericano y su fisonomía. Una de las cosas que Chomsky nos enseñó es precisamente, además con muy buenos argumentos, además bien fundamentados, citados con documentos,  porque generalmente son documentos que vienen del Pentágono o del ENSC o cosas así, que el capitalismo norteamericano es en realidad capitalismo del Pentágono, es decir que está dirigido por el Pentágono porque las variables activas de la economía norteamericana son la industria informática, la industria aeroespacial, la industria de guerra militar, que es de alguna manera uno de los grandes instrumentos de dominio del capital norteamericano y del imperio norteamericano sobre el mundo. Eso significa que ese capitalismo dirigido desde el Pentágono -porque son los intereses del Pentágono los que se realizan en la política exterior norteamericana-, eso determina la fisonomía  del mundo actual, como un mundo muy diferente a aquel mundo que terminó en la Segunda Guerra Mundial y que al final de la Segunda Guerra Mundial, se configuró de otra manera, con otras intenciones y con otros propósitos. Es decir, con los mismos propósitos, pero ahora con el instrumento más formidable que se pueda tener que es precisamente la ruina de medio mundo y la posibilidad de adueñarse del resto de los que ya no eran propietarios. Eso hace que inclusive en situaciones como de democracia, que mucha gente piensa que la democracia es directa porque los alcaldes son controlados, o los concejales y eso, si no piensa en la estructura económica de la nación norteamericana uno se da cuenta que todo aquello que controlan y los que quieren controlar la vida de sus alcaldes o en que invierten sus reales, lo que están haciendo es como tocando una última parte de un volumen inmenso de relaciones de propiedades, de poder político que efectivamente no son capaces verdaderamente de dirigir porque precisamente son demasiado grandes, dominan el mundo y al mismo tiempo son, como todas las cosas del capitalismo, son secretas.

El capitalismo o la ideología de los capitalistas y sobre todo en Venezuela, les encanta decir, por ejemplo, que el Estado debe ser transparente. El asunto es que no existe nada más opaco que el capitalismo porque no hay manera de saber, ni los índices de ganancia, ni como resultan las relaciones dentro del ejercicio capitalista, porque son cosas secretas y el que trata de meter la cabeza, efectivamente va preso. No hay manera. A diferencia de eso, lo que nosotros tenemos como Constitución y como posibilidad de realización de la Constitución, es que mediante ella nosotros podemos hacer algo que es difícil que se haga y cuando un pueblo está tratando de hacerlo y empieza a hacerlo. Uno puede felicitarse porque es un gran progreso histórico. No solamente que el pueblo domine y que maneje y que tenga algo que ver en la gestión y en el desarrollo de la sociedad, sino una cosa más importante, que cada uno pueda tener el dominio de su propia vida. Porque ni en ese tipo de sociedad que pretende ser democrática como la norteamericana, porque la gente controla al alcalde, tampoco allí y en ninguna sociedad europea, la gente domina su propia vida, porque si uno se da cuenta de la magnitud de los  poderes que dominan los mercados, las relaciones mercantiles, que dominan la cultura, todo eso, entonces uno se da cuenta que el dominio sobre su propia vida que tienen los ciudadanos en cualquier parte del mundo, es algo ilusorio, es algo que muchas veces es como un espejismo porque nunca es cierto.

Entonces, la Constitución de 1999 promueve tanto el dominio de la sociedad sobre su propia historia, para hacer la historia en sentido propio y que la historia no la haga otro y le haga creer a uno que la está haciendo por sus propios medios, también y junto con eso, y esencialmente, de la misma importancia, que el individuo también sea el dueño de su propia vida, de su propio destino. Por eso, cuando nosotros estamos pensando aquí en: “Seguridad y defensa de la soberanía y del Estado”, el pueblo, que es el soberano en la Constitución de 1999, se da su propio Estado, es decir, modela la sociedad según la Constitución, lo cual significa que el Estado se va reestructurando para que precisamente resulte un Estado y una sociedad menos despótica, como siempre ha sido, que es un poco lo que estaba diciendo ahora el profesor Battaglini.

Nosotros heredamos y al mismo tiempo somos producto de una sociedad despótica, de una sociedad que siempre ha sido estructurada muy fuertemente mediante el racismo hasta el despotismo más atropellante, pero que nuestra Constitución permita que sea el Estado que se produzca precisamente, realizándola, sea el Estado de esa forma de libertad. Y si el Estado es el Estado de esa forma de libertad, entonces nosotros tenemos una cosa, y es que la soberanía, como el pueblo es quien realiza eso, y como el pueblo comienza efectiva y verdaderamente a ser soberano, en el sentido de que es el que se autogobierna, entonces la Constitución de 1999, tiene, y es una de sus grandes virtudes, pero también uno de sus grandes peligros. Es una Constitución donde el pueblo permanentemente puede exigir, y mientras más exija habrá más  posibilidades a que a las fuerzas a las cuales se les exija, como “de dónde viene tu ganancia y por qué tu ganas tanto”, y “por qué la sociedad está estratificada de tal manera”, y “por qué hay tales ingresos en lugar de haber otros ingresos”. Entonces, en ese momento la vida social venezolana puede comenzar a tener conflictos cuando la cosa se haga de tal manera, como efectivamente parece que el pueblo venezolano lo está haciendo, porque el pueblo venezolano ha dado unas muestras de inteligencia excepcional y ahora ha empezado a organizarse, a exigir, a leer, a hacer algo que no había hecho, aceptado el desafío del gobierno venezolano de educarse, de estudiar, de pensar, de organizarse, de tejer redes sociales. Y cuando eso se profundiza y se desarrolla, el pueblo se hace realmente soberano porque comienza realmente a gobernarse, a tomar dominio de su propia vida y cuando esto suceda, es cuando la sociedad comenzará realmente a tener.

Si nosotros durante estos años hemos pensado que hemos vivido tensiones,  pienso que van a ver tensiones más fuertes porque ese pueblo va a exigir. Aquellos que son dueños de las cosas, los capitalistas van a tener que comenzar a responder y las respuestas, cuando esas son las exigencias, las respuestas normalmente son no suaves y muchas veces son muy violentas. La otra cosa es, y con esto termino, la soberanía venezolana tiene además otro ingrediente que es el siguiente. Haciendo un poco de historia y muy rápidamente -y Oscar podrá decir cosas mucho más importantes que las que pueda decir yo- Venezuela se formó, nació  rompiendo una conexión con el imperio español. No nació en 1548 cuando llegó Colón aquí. Venezuela como nación realmente cuando se independizó, cuando empezó a pensar, a producir su propia historia, con sus propias fuerzas, con sus propias manos, haciendo sus propios planes. Esa fue realmente el acta de nacimiento de Venezuela, la Guerra de la Independencia y no el momento de la Firma ni de la Declaración, sino la guerra, porque en la guerra fue el pueblo venezolano que en armas expulsó al imperio español y esa fue una guerra verdaderamente desgarradora porque una buena parte del pueblo venezolano era medio español, el idioma era español, la religión era la católica, traída por los españoles. Toda una cultura española se escindió y eso fue un desgarramiento y una ruptura muy grande, la que produjo la Guerra de la Independencia y que duró unos 10 o 12 años y después continuó en toda América. Ese fue el verdadero nacimiento de un  país a la historia, cuando  el país empieza a tomar sus propias decisiones, a hacer la  vida por sí mismo y no por otro y como fue efectivamente, 300 años de Colonia fue la vida venezolana, determinada por España. Cuando Venezuela rompe el vínculo con España en una guerra a muerte, entonces Venezuela nació como nación para sí misma y por eso fue respetada de ahí en adelante. Nosotros conocemos lo que ha pasado durante más de un siglo y ahora estamos haciendo una suerte como de segunda Independencia, porque ahora estamos luchando contra el imperio más siniestro que ha habido en la humanidad que es el imperio norteamericano, y nosotros estamos nuevamente en una especie como de lucha por el reconocimiento dentro de nosotros mismos y para afuera, y eso tiene más de un sentido y con eso quiero terminar, que precisamente una de las cosas que resguarda nuestra soberanía es la recuperación de una herencia que consiste en que el ejército venezolano es el pueblo en armas, no es el ejército argentino o el ejército chileno que es un ejército separado del pueblo argentino o chileno, sino que el ejército venezolano por tradición, y nosotros debemos recuperar esa tradición y profundizar en ella y no dejar que se nos escape nunca, el hecho de que el ejército venezolano debe ser el pueblo venezolano en armas.. Entonces esto significa que el ejército venezolano debe ser el ejército de un estado democrático de democracia participativa y no representativa. Debe ser el ejército de un pueblo que hace su propia historia y que ese ejército le ha planteado al estado venezolano para educarse y todo eso, porque nosotros necesitamos también el desarrollo de nuestra economía y de nuestra industria para hacer un país que tenga justamente una base para poder responder a cualquier desafío exterior. Por ahora termino. 

 

Moderadora: Les recuerdo que somos un poco rigurosos con el tiempo porque nos importa muchísimo los comentarios, las preguntas y los diálogos que se puedan establecerla final, porque creemos que justamente este tipo de foros debe ser así. Tenemos que cambiar hacia una actividad más participativa. Le vamos a dar la palabra a Eliézer Otayza. Es Capitán del Ejército. Licenciado en Ciencias y Artes Militares, mención Terrestre, especialidad Armamento, en la Academia Militar de Venezuela. Es Magíster en Ciencias Políticas, en la Universidad Simón Bolívar. Candidato al Doctorado en Ciencias Políticas en la Universidad Central de Venezuela. En el año 2003 fue asesor de Seguridad e Inteligencia de la Presidencia de la República y de la Presidencia de la Asamblea Nacional. Fue presidente del INCE y actualmente se desempeña como Presidente del instituto Nacional de Tierras (INTI). Entre sus publicaciones se encuentran: La retórica Bolivariana. La defensa; La retórica bolivariana. El ataque; y Las relaciones internacionales de las Fuerzas Armadas Venezolanas. Bienvenido. 

 

Eliézer Otayza: Muchas gracias. Buenas noches. En principio, para poder analizar lo que es la Seguridad y defensa en este nuevo contexto, partimos de la Constitución. Debo hablar en primera persona. Fui constituyente y por lo tanto, una de las personas que trabajó en esa  ingeniería constitucional para hacer la Constitución bolivariana, y casualmente tuve muchísimo trabajo en la parte de lo que fue la  concepción de la Seguridad y defensa. Por lo tanto, la experiencia es fundamental para poder llevar a adelante lo que ha sido la discusión que se dio ahí para poder formar esa parte de lo que es la Seguridad y Defensa. Debo decir que para nosotros poder llegar a esas conclusiones, hay que acordarse de que fue a través del llamado a una Constituyente, como se hizo esta Constitución bolivariana, y para eso hubo un llamado a la participación política y pública. Eso incluía a los militares. Nosotros tuvimos que hacer un viaje importante por todo el país y reunirnos con los propios militares de los  diferentes componentes y en los diferentes lugares del país a fin de poder saber cuál era la idea que ellos tenían para poder  hablar de todo lo que era la Constitución, pero sobre todo para lo que era la Seguridad y Defensa, como sujeto de lo que es esa parte de Seguridad y Defensa. Tuvimos discusiones muy importantes. Indudablemente  hubo diferentes posiciones, incluso bajo esta concepción que señalaba el doctor Battaglini, de lo que es la tradición norteamericana en la Seguridad y Defensa  en Venezuela, ciertamente esa doctrina en Venezuela ha existido y  hay representantes importantes dentro de las Fuerzas Armadas  que todavía mantienen parte de esa concepción para la Seguridad y Defensa.  Este modelo simplemente fue derrotado desde el punto de vista de la  discusión política y se llegó a la conclusión de lo que hoy en día conocemos como la Seguridad y Defensa  nacional que es la corresponsabilidad. Ese andiamaje incluye lo que significa el rol de la Fuerza Armada específicamente como un componente armado y no dejarlo, como estaba en la Constitución anteriormente, que el único actor en la Seguridad y Defensa era la Fuerza Armada, producto de la Constitución de 1961. Hay otros elementos. Para la Seguridad y Defensa de la nación se establece básicamente el Preámbulo, qué es lo que se defiende.  En el Preámbulo de la Constitución se puede ver un elemento ideológico y un elemento político. Se habla desde la resistencia indígena, de la figura del Libertador como ejemplo, se habla de Dios, y a partir de ahí, de lo que han sido nuestros aborígenes, y a partir de ahí, toda esa concepción filosófica y política para la defensa desde el punto de vista ideológico y cultural de nuestra nación. Y después se habla de lo que es la sociedad democrática, participativa, protagónica. Se habla del estado de justicia y una serie de principios y valores que deben regir tanto la formación de la sociedad como del Estado. Ese es el fundamento esencial. Se habla por supuesto también de llevar adelante lo que es la democracia del sistema internacional, la paz como elemento fundamental para la convivencia de los pueblos y la eliminación incluso de las armas atómicas. Hay una filosofía muy clara en la Constitución bolivariana hacia donde debería ir la Seguridad y Defensa de la nación. Como dije, hay dos sujetos, por llamarlos de esta manera. Está el sujeto militar y está la sociedad como un todo. Yo diría que ciertamente hay una herencia en nuestra Fuerza Armada, producto de una discusión política de lo que ha sido la Seguridad y Defensa, creo que ha cambiado radicalmente, no desde el año 1999. Si uno pudiese hablar así golpeadamente de fechas, yo pondría dos fechas fundamentales entonces. Uno podría hablar de 1989, como elemento fundamental, más contemporáneo para lo que es la transformación para la Fuerza Armada y después, de 1992. 1989 por el famoso mal llamado “Caracazo” que condujo a los militares, la parte de la gerencia militar, afectivamente a llevar adelante un proceso muy complejo y muy difícil. Ciertamente se cometieron algunos excesos, y debo decir, algunos excesos. Ciertamente hubo atropellos contra la población, pero también, en el medio de eso, hubo una situación en la que se defendió el Estado nacional. Aunque algunos pudiesen decir que esta concepción es la misma que tienen los norteamericanos. Yo difiero aquí de algunas apreciaciones. Ciertamente la doctrina norteamericana ha imperado en Venezuela, pero no es la única. La Fuerza Armada nacional, como lo dijo el anterior exponente, es heredera de todo un concepto y de toda  una tradición que viene de los propios Libertadores. A nosotros en la Academia militar no se nos forma solamente con un pensamiento norteamericano, y quien les habla estuvo estrictamente formado bajo esa doctrina. Cuando yo llegué a la Academia militar de Venezuela no habían cambiado para nada los pensa de estudios y se hablaba al mejor estilo Guerra Fría. Toda la concepción ideológica, política y militar que se nos inculcaba, era la doctrina de Guerra Fría. Nuestra concepción, como dije, también viene de nuestros Libertadores y eso se ve en la Academia militar de Venezuela con mayor sustancia, con mayor preparación. De hecho, leemos todos los clásicos que leían nuestros Libertadores. Nuestra educación es muy parecida a quienes formaron a nuestros Libertadores, todo lo que es el pensamiento republicano, cívico-humanista que formaron a nuestros Libertadores. Con esto hago una diferenciación importante desde el punto de vista conceptual y por supuesto, dejo claro que no estoy de acuerdo con esa visión de que nuestra Fuerza Armada siempre ha sido una Fuerza Armada militarista.

A diferencia de muchísimas Fuerzas Armadas del mundo,  la Fuerza Armada venezolana tiene una herencia importantísima que viene de los Libertadores y republicanos. Hay que acordarse nada más y nada menos lo que hizo el Libertador. Peor no es sólo el Libertador, tenemos al propio Miranda, a Sanz quien es un personaje importante y que además da líneas claras de lo que es el pensamiento cívico-humanista. Sanz, siendo un civil, además es uno de los que hace la Constitución para la Independencia, que va al combate y muere en combate. Eso era  propio de la doctrina cívico-militar de la época, de los primeros republicanos. Esa herencia nosotros la rescatamos, ciertamente se había visto perturbada, y perturbada no tan sólo por la doctrina norteamericana, sino perturbada por todo lo que nosotros hemos denominado el “capitalismo bélico” que es una doctrina que nació de la Unión Soviética y que nació del Pentágono, no es nada más de los norteamericanos. Ambas doctrinas militaristas nos llevaron a una supuesta Guerra Fría que condujo errores, a mi juicio, desde el punto de vista político, desde el punto de vista filosófico, del punto de vista cultural, para todos los  pueblos del mundo, y sobre todo, para América Latina. Podemos hablar de la doctrina Truman, pero también podemos hablar de lo que es la doctrina de los satélites aquí en América Latina y los grandes errores que eso trajo para todo el continente, prolongando una situación, prácticamente de anarquía, dividiendo la conciencia y la cultura de los pueblos latinoamericanos, desviándolos, insertando elementos externos que supuestamente iban a crear la nueva conciencia  e iban a crear la soberanía mundial. Y lo que trajo como resultado fue la tremenda anarquía a  nivel de América Latina con un contingente de muertos importante que lamentablemente  no permitió el desarrollo de todos los pueblos de América Latina, que no sería sino llevar delante esa doctrina que tenía Miranda y que tenía Bolívar, que era  la unión de la América bajo la unión de nuestro propio elemento cultural.

Simón Rodríguez representa el elemento más importante desde el punto de vista filosófico y cultural, y Rodríguez es quien trata de romper justamente con el colonialismo español. Lamentablemente no lo logró y ese modelo fracasa y a partir de allí, surgen una serie de neoatacadas coloniales. Se van los españoles y a partir de ahí vienen otras tendencias desde el punto de vista ideológico, y que siguen siendo coloniales, y que las vemos hoy en día con los norteamericanos más vivas que nunca. Pero efectivamente ha habido una intención constantemente de hacer que los  pueblos de América Latina, y sobre todo en el caso de Venezuela, sigan siendo colonias y eso es lo que vemos hoy en día. Cuando vemos la participación de esa Guerra Fría en América Latina, no tenía otro objeto de llevar a los pueblos de América Latina que seguir siendo satélites o colonias y por eso es que la Fuerza Armada, y gracias a Dios la Fuerza Armada venezolana siempre ha sido una Fuerza Armada digna. Ha cometido errores como cualquier elemento  político, por circunstancias, pero si algo ha permitido mantener el Estado-nación y la República a pesar de todos los problemas, es la presencia de la Fuerza Armada nacional. La Fuerza Armada nacional ciertamente fue protagonista de una acción muy miserable en 1989 cuando la mandaron a matar al pueblo. Yo debo decir que efectivamente algunos militares acataron esa orden. Otros militares se alzaron. Después viene el año1992 y nada más y nada menos, un militar llamado Hugo Chávez Frías se hace líder y lleva adelante todo un proceso estructural de cambio. Él liderizando, no quiere decir que sea el único, por eso hablé del año 1989 porque ese año la Fuerza Armada es parte pero también hay un pueblo que actúa. Lamentablemente hubo muertos, pero también hay un muerto importante que es ese capitalismo salvaje que trataron de implementar aquí en Venezuela. La sangre importante que se derramó aquí en el país sirvió para  detener ese proceso de prostitución y de canibalismo que trataron de introducir aquí con el capitalismo neoliberal, lo que Carlos Andrés Pérez, llamó el “paquete” y todo ese tipo de cosas. Hoy en día, nos conseguimos en una situación bien difícil. Debo decir que en los últimos cuatro años hemos visto un proceso muy agresivo sobre lo que es la Seguridad y la soberanía del país, sin embargo, producto en principio de esa alianza o esa situación cívico-militar es que está vigente el proceso político revolucionario venezolano. No por otra, por una unión cívico-militar. Dicho sea de paso ciertamente que esa división no existe. Yo particularmente era un civil antes de ser militar. Nunca nací como un militar, y después me fui de baja, por lo tanto, soy un civil. Tengo una formación que se la debo a mis padres, pero también a la Fuerzas Armadas, en la cual casi todos los militares provienen del pueblo. Hay algunos que, como cualquier político, que también vienen del pueblo, se han pervertido, pero hay militares extraordinarios. Esa unión cívico-militar, nada más y nada menos, rescató a Chávez de que no se lo  llevaran los norteamericanos. Esa unión cívico-militar ha hecho posible varios procesos electorales que ratifican lo que es la democracia  protagónica. Esa unión cívico-militar está tratando de llevara adelante el proceso de lo que es la consolidación de los proyectos sociales. Es decir, hay una cantidad de elementos que reafirman lo que básicamente es el desarrollo que está contenido en la Constitución bolivariana, y donde esa unión definitivamente es la clave, a mi juicio, de que esto se esté llevando. Yo si veo riesgos importantes, sin duda. Sigue el elemento colonial entrando, no tan sólo de los norteamericanos, hay otros que también pretenden hacer de Venezuela una colonia, a pesar de que pueden simpatizar con nosotros, de que creen que pueden venir aquí y que somos un banco, o que nosotros simplemente no tenemos la capacidad o la formación y de que a partir de ahí se puede venir a tratar de utilizarnos políticamente.

Pero en definitiva, este es un pueblo soberano con una gran trascendencia, una gran trayectoria. Los retos que tenemos por delante y ya no tan sólo para Venezuela, sino para toda América Latina, son retos importantes, como decía el doctor Battaglini. Nosotros hemos podido neutralizar el Plan Colombia en nuestras fronteras. Se trata ahora de neutralizar al Plan Colombia para toda  América Latina, inclusive en la propia Colombia y creo que ése es el reto que viene por delante. Esa es una discusión política muy importante y muy intensa.

Tenemos retos importantes como sensibilizar la sociedad norteamericana. Tenemos sectores importantes y se viene haciendo un lobby allá, de manera de debilitar todo lo que es esa política agresiva de parte de algunos sectores de Estados Unidos sobre Venezuela y sobre algunos países del continente. Tenemos la grandísima misión de tratar de llamar la atención y de crear la conciencia dentro de todo lo que son los movimientos de resistencia o los pensamientos republicanos en América Latina para que haya una especie de unión política y poder hacer frente no solamente a la política imperial norteamericana, sino a todas las políticas imperiales, de manera tal que en América Latina, el pensamiento y la acción de Bolívar, que no es tan sólo él, sino una cantidad de pensadores republicanos, que la mayoría, a mi juicio, los más importantes pensadores republicanos, de lo que es la creación de la unión de América, son venezolanos, y creo que ese es el gran reto que tenemos por delante. Gracias. 

Moderadora: Vamos a abrir el espacio para preguntas y comentarios que quieran hacer sobre el tema.  

César Vásquez: Soy tesista de la escuela de Filosofía y artista plástico. Estoy tratando de seguir un poco el hilo de la ponencia, con respecto a los dos últimos ponentes. El profesor Vladimir Lazo, pertenece al staff de profesores de la Escuela, y el  capitán Eliézer Otayza.  El profesor Vladimir Lazo nos introduce en una sutileza de distinciones conceptuales  cuando hace la distinción entre democracia formal y la distinción que no estuvo muy explícita, de democracia protagónica y participativa, que es la que avala nuestra carta magna. La sociedad venezolana, en miras de plantearnos una campaña admirable, repensarla, el ejército Libertador como tal, en función de la soberanía del Estado, en el cual estamos planteados, tiene un asidero y una base ideológica al cual el capitán Eliézer Otayza se refería. Estoy de acuerdo con usted en el sentido de que los grandes republicanos de América Latina, su caldo de cultivo ha sido nuestro maravilloso país, pero al mismo tiempo ellos tenían unos antecesores y un pensamiento antecesor que de alguna manera los influenció, que fue la epopeya napoleónica y todas las virtudes que se pudieron dar en la Revolución francesa y a lo largo de todo ese período histórico. Hay un punto particular y que me remite y la pregunta si se puede ver claramente, sería para el profesor Vladimir. Se habla de una inspiración republicana, profunda, en donde la voluntad general  reside en la soberanía del pueblo, nos remite al gran pensador utópico, a Rousseau, pero al mismo tiempo, siendo Rousseau una influencia de estos pensadores republicanos, latinoamericanos, en una visión libertaria con respecto a aquel entonces al poder que ostentaba la Corona y se dio paso a lo que se llamó la monarquía parlamentaria, dándole derechos al pueblo en cuanto a derechos civiles individuales la utopía  roussoniana parecer ser, en palabras del profesor Vladimir, se remite también a una utopía de pequeños propietarios. Funda y se inspira en la Constitución estadounidense y esta parte de la ponencia del profesor, me crea muchísimas contradicciones. Porque siendo Rousseau uno de los pensadores de las ideologías que marcan y que de alguna manera le dan ese peso sustancial de participación social al pueblo, dentro de lo que se llamó en aquel entonces, la monarquía parlamentaria, y que su utopía va dirigida a un terreno delimitado, y que no necesariamente debe ser muy extenso, para que un apolítica ejercida desde las  bases sociales se pueda plantear, al mismo tiempo esta ideología roussoniana fundamentaba un paquete comercial que en aquel entonces era el liberalismo como tal. Después Adam Smith lo convierte en neoliberalismo respetando un poco aquellas concepciones de Loocke, de Rousseau y de Montesquieu, en este caso. Entonces la contradicción que yo noto es que si el pensamiento republicano primigenio que se da en aquellas visiones epopéyicas de libertad, que se dan en Europa para aquél entonces, y en las cuales se inspiran nuestros Libertadores, se basan en una relación utópica de pequeños propietarios, como tal y que constituyen  para ustedes, profesor, la conformación de una democracia formal como tal, a diferencia de lo que nosotros estamos planteando en Venezuela, de romper ese paradigma de la democracia formal a al democracia participativa, ¿cómo podría ser? ¿Sería que la democracia formal planteada en aquellos estados primigenios, republicanos como tal, no tenían la contraloría social que nosotros estamos planteando? ¿No tenían los Consejos de Planificación Local que nosotros planteamos y que al mismo tiempo van a ser los vigilantes de nuestros gobernantes, para que no quede el poder representado en el presidente? Ahí está una de las contradicciones que yo veo. Cómo un pensamiento que inspira la Constitución de Estados Unidos, inspira a la nueva Constitución Bolivariana de 1999, la cual considero que es una de las constituciones más vanguardistas del mundo por sus niveles de derechos civiles y derechos individuales. Esa es una de mis primeras contradicciones. La segunda pregunta que era un poco para el capitán. Si bien es cierto que nuestro ejército venezolano residen sus raíces libertadoras y si bien es cierto que pudo haber sido un ejército más como pueblo armado en aquel entonces, sería un poco romántico tratar de regresarnos a 1811 y tratar de  ponernos en las botas de aquellos venezolanos dignos que pelearon en aquel entonces por la colonización ¿cómo replantearnos de nuevo? Cierto es que cuando el hombre está inspirado por la libertad, lo obvia muchísimo más que aquel que para la guerra se le hace tan familiar. Me remito al caso del brillo de la civilización griega con respecto a la civilización espartana. Los griegos recuperan, hacen la democracia porque estaban completamente germinados por aquel gusano de la libertad que siempre será quien nos transcurra la historia. Cómo hacer para que la soberanía nacional, para que la fortaleza de un estado venezolano que nos estamos replanteando, que de alguna manera la participación de todos los ciudadanos vistos en estos dos comicios electorales, tenga una convicción militante, determinante, para defender el proceso político que estamos viviendo y más allá de eso, tomen la  posibilidad de enfrentarse al enemigo si tiene que hacerlo. Muchas gracias.

 

Vladimir Lazo: Tú me hablas de que yo hice una diferencia entre democracia formal y democracia participativa. Eso está relacionado con el hecho de que Rousseau y Sieyès, porque es el abate Sieyès y Rousseau quienes en la misma época, uno plantea una cosa y el otro plantea otra cosa pero que están entre sí relacionadas. Rousseau en el Contrato social, una de las cosas que es inspiradora de toda la democracia contemporánea, de toda la teoría política es que pensaren algo que es donde se asienta soberanía que es la voluntad general. Es decir, el pueblo sabe en su intimidad que es lo que le conviene a cada uno de ellos. En ese sentido, además Rousseau lo dice de esa manera: “la voluntad general es una especie de  fuerza moral que tiene el pueblo en sí mismo, interiormente, insita, porque no es algo aprendido fuera sino que le brota, vamos a decir, por su propia naturaleza”. Eso tiene relación, con la idea del abate Sieyès del poder constituyente porque el abate Sieyès es el que en aquellos tiempos, en el  siglo XVIII, cuando se está formando la teoría  del estado moderno, piensa en que el estado se debe constituir mediante una asamblea constituyente y esa asamblea constituyente debe tener todos los poderes para que esa asamblea justamente, estando un poco en sintonía con la idea de Rousseau, esa asamblea constituyente sabe qué es lo que quiere, lo que le conviene, lo que debe ser, vamos a decir, la estructura del estado que se debe dar. Por eso aquí en el año 1999 se exigió que la Asamblea fuera constituyente originaria y no solamente delegada, porque se supone que las personas que se eligen, y digamos que por eso las personas que integran una Asamblea Constituyente deben ser realmente personas con alto grado de conciencia histórica, política, moral y eso, para que en ellos resida de alguna manera la voluntad general. El abate Sieyès y Rousseau. Ahora bien. Eso implicaría y Rousseau piensa, no debe haber poder legislativo, poder judicial y poder ejecutivo porque en el fondo el poder es uno solo. Si tú lo parcelas y lo divides, lo desnaturalizas. Entonces hay una primera objeción que hace el propio Rousseau de lo que el mismo dice, si la voluntad general es muy abarcante, si divides sus resultados en tres poderes, lo que estás haciendo es desnaturalizando esa voluntad general. Y por lo tanto, estás como destituyéndolo del sentido fuerte que tendría si es voluntad general. Por lo tanto, piensa Rousseau, el único verdadero autogobierno es el gobierno mediante la asamblea permanente.......

 

Eliézer Otayza: es un rescate de lo que son las tradiciones antiguas, de los clásicos, sobre todo de Aristóteles, algo de Platón, etc. Pero hay una influencia  más importante. El republicanismo cívico-humanista tiene una conexión entre la filosofía y la práctica. Para el republicano lo importante no es tan sólo pensar, no es ser virtuoso en el lenguaje, sino es hacerlo. Y nuestros republicanos, a mi juicio, su mayor interés era hacer la República y no pensarla. Y por eso uno ve una serie de acciones desarticuladas incluso, pero que definitivamente fueron el intento que ellos hicieron en tratar de plantear la República. Hay que acordarse por ejemplo de un Miranda, que conocía a Federico el Grande. Todo lo que es uno de los pensamientos más extraordinarios desde el punto de vista militar, uno puede hablar de Napoleón, Alejandro en el caso occidental, pero Miranda se codeaba con este tipo  de personajes. Nada más y nada menos Rodríguez hablaba creo que siete u ocho idiomas. Todo el pensamiento de la Ilustración escocesa llegó a Venezuela o sea que no es nada más Rousseau. Rousseau representa uno de los libros que circuló pero no es solamente él. Ciertamente se manejaba mucho desde el punto de vista  político. Lo que es importante para nosotros, no es esa discusión filosófica, sino como se está haciendo posible aquí ahorita. Yo hablé de la Constituyente por ejemplo, y la Constituyente no la inventó Chávez sino Sieyès y otros, pero efectivamente en la posibilidad de hacer una Constituyente, Chávez es fundamental en todo eso. Tenemos el pueblo, la participación y todo eso, pero Chávez rescata el concepto y lo hace en la práctica. Una idea que siempre estuvo latente en nuestros republicanos, especialmente en Bolívar, los cinco poderes, y el planteamiento de que hay que hacer un modelo propio para América Latina porque somos una mezcla, no somos puros, etc. Bolívar no lo pudo hacer. Hoy en día no son poderes, el Consejo Nacional Electoral está secuestrado pero efectivamente en nuestra Constitución se crea la estructura para los cinco poderes y darle un poco más de equilibrio a esa estructura constitucional y un referendo revocatorio, por ejemplo, eso no existe a nivel mundial para un presidente, creo. Eso es posible aquí en Venezuela. Entonces vemos una alianza entre lo que es la filosofía y lo que es la práctica política y eso es lo importante en el pensamiento de los antiguos que nosotros estamos rescatando, y no es sólo pensar y creer una estructura donde la participación popular es sumamente importante. Pero si vamos a los clásicos,  por ejemplo el Libertador, se planteó el concepto de “res pública” que es el concepto más puro e modelo político para los pueblos. De hecho la democracia es una desviación de la “res pública” y para el Libertador, quizás para unos lo considerarían delirando, es el rescate de la “res pública”. Eso se lo propone el Libertador y es criticado después. El modelo puro de la “res pública” incluye una combinación de  monarquía, de democracia  y de aristocracia. Esta es una discusión mucho más grande que no cabe en el tema de hoy. Pero en todo caso, hay elementos filosóficos fuertes en nuestro pensamiento republicano que a mi juicio, tiene una trascendencia histórica para todo el continente. Nosotros, por ejemplo, Roscio, que es un venezolano, es el primero que en el continente empieza a hablar de la separación entre lo que es la teología y la filosofía. Eso viene de hace mucho tiempo pero quien lo rescata y nos quita de encima el Papado y todo lo que significa la Iglesia, como elemento político y desde el punto de vista teórico, ése es Roscio. Puede que existan otros pero esos son nuestros pensadores republicanos en Venezuela y ese el valor que tiene ese pensamiento hoy en día para nosotros. 

 

Moderadora: Le damos la palabra al señor Carlos Suárez. 

 

Carlos Suárez: Quiero comentar dos elementos de la manera más breve posible. El primero, es algo que surgió del doctor Battaglini que en alguna  medida fue retomado por Otayza. Según le escuché e interpreté al doctor Battaglini es que nuestros ejércitos fueron instrumentados, hegemonizados por una praxis política y una línea o idea de esa doctrina de la seguridad nacional y lo que en alguna medida le respondió Eliézer fue que en nuestras Fuerzas Armadas había distintas lecturas, fuentes para reflexionar sobre ese fenómeno. Quisiera, si se puede considerar un aporte, que en todos los protagonistas sociales viven contradicciones. Entonces es cierto que había una línea hegemónica o que pretendió ser hegemónica,  dada por el Imperio, instrumentada por la escuela de Las Américas, y que tuvo destacadísimos protagonistas, los argentinos en todo caso, lo sabemos y el rescate de Medina Angarita, realmente emociona. Es información que uno la tenía en alguna medida, pero tratada a profundidad, es una referencia para tener en bien en cuenta. Digo esto porque las líneas de lo contradictorio, que se intentan imponer y que se viven dentro de los actores sociales, en este caso, dentro de las Fuerzas Armadas. La historia del protagonismo de las rebeliones populares o las confrontaciones con el imperio contra esa línea hegemónica, tiene nombres justamente en la historia de América Latina, en esa época, nombres que también nos llenan de orgullo, protagonistas militares, como el coronel Arbenz en Guatemala, con el cual algunos cuando éramos jovencitos degustamos con algunas acciones que después comento. El otro es el general Torres en Bolivia, Velasco Alvarado en Perú, Camaño Deno en República Dominicana, otro coronel que muere fusilado, lo mataron, así de sencillo, Torrijos en Panamá. Claro, si uno hace estas referencias de esta historia, paralelamente a esa historia encontramos las enormes represiones de los pueblos, los fusilamientos, las matazones de pueblos y también los argentinos  pagamos nuestra cuota de eso, con 30.000 desparecidos, de-sa-pa-re-ci-dos, fusilados, en el  horror ése de “nunca más”, uno conoció algunas cositas por ahí de eso que estaba pasando y que aparece en ese libro Nunca más, y uno no lo puede seguir leyendo porque otra que el infierno del Dante, y otra que Auschwitz. Para pasar lo que pasó en Chile, la patria de nuestra querida amiga Carmen, tuvieron que matar a Schneider y a unos cuantos  militares más, y en Buenos Aires le pusieron una bomba al General Prats y a su señora, bajo el gobierno del General Perón porque era asilado político y el General Perón, y por eso me resulta sumamente contradictorio y por eso a veces es bueno que nos replanteemos y algunas reflexiones, como cuando nuestro presidente en Buenos Aires dice: “yo soy peronista”, a mí se me escuece el alma porque este que está acá debutó en política con dos cositas.  En la Escuela Normal, donde estaba estudiando para maestro. El anecdotario a veces sirve…En 1952 nos habíamos dado una  constitución donde el petróleo, las riquezas naturales, etc., eran patrimonio  del estado y ya intenta y lo consigue, una reforma constitucional para la presencia de las compañías extranjeras de un petróleo de una compañía, IPF que  había sido creada por otro general, muchos años atrás, Mosconi. El otro general que había creado otro elemento importantísimo para la independencia y la soberanía del país, el General Savio, en las cuestiones del acero y el General Perón empieza a echar para atrás esas cosas. Hay otra anécdota. Cuando se produce la derrota de Arbenz, se asilan  guatemaltecos en la embajada argentina. Les dan derecho de asilo, los ponen en un avión, llegan a Ezeiza, y de Ezeiza al Penal de Villa Devoto. Ese era el derecho de asilo en la época de Perón. Los que fuimos a visitar a llevar solidaridad, debutando en política, ya empezamos a ser registrados por los servicios de información del Estado. Esta es un poco de la rica anécdota de lo militar en lo político, y para única reivindicación de nuestro General San Martín, mi padre era militar también, había en la casa un texto, que no se si es originario de San Martín pero estaba convalidad como de él: “Serás lo que debas ser o si no, no serás  nada”. Siempre hubo latiendo y había una larga leyenda de cuando los granaderos volvieron de Ayacucho a Buenos Aires, eran unos soldados que vestían harapos, pero era una tradición, una cosa de la cual se sentían orgullosos los granaderos argentinos de esa gran trayectoria que  hicieron junto con las tropas del continente para dar hasta la última batalla en Ayacucho. Eso es todo.

 

Andrés Salazar: Buenas noches. Soy artista plástico. Vine aquí interesado un poco en el tema de seguridad y defensa, relacionado con la cuestión cultural. Lo que he notado es que aquí hemos hablado mucho de historia y por supuesto, la historia conforma una  línea cultural y todo lo que he oído expresar es lo que es nuestro pensamiento como cultura, de los griegos para acá, imagino. Lo que quiero es resumir una cosa en el sentido siguiente. Creo que la historia, se ha  tocado de parte de los panelistas, como un punto referencial nada más como aspectos sobre los cuales nosotros podamos intercambiar ideas, no  para ver si pasamos el examen de historia o quien sabe más historia, o como se aplica esa historia en ese conocimiento. Para mí hay un resumen, que es la historia del poder económico. Lo que fundamentalmente ha existido es poder. Y ese poder se ha ido haciendo en las  sucesivas tramas sociales en el proceso civilizatorio, se ha ido haciendo un entramado para diluir o dividir esos poderes, convirtiendo un poder hegemónico de algunos príncipes, reyes o piratas, o lo que fueran en la historia, delegándolo en un mayor número de gente. Nosotros, simplemente teniendo esa referencia, sabemos que estamos en un punto de la historia, en el siglo XXI, donde ese poder hegemónico, económico, se ha subdividido nuevamente de mil variadas maneras para seguir ejerciendo el poder como tal, sobre esa cosa que somos ahora, yo diría, ciudadanos. A mí no me gusta que se siga utilizando el término de pueblo porque el pueblo y lo popular… Ahora somos ciudadanos y pienso que la historia la estamos haciendo ahorita y que esa referencias históricas son para tenerlas como referencias. Rousseau no nos va a  hacer la historia de ahora. Hacer la historia nos toca a nosotros ahora ver qué estamos haciendo. Por ejemplo, digo cómo se va a repartir este ciudadano la idea de la democracia participativa. Tiene que ser participando. Tiene que conocer las leyes, los reglamentos de esas leyes y aplicarlas él como ciudadano. Porque del resto vamos a seguir en el cuento, como decía el profesor aquí, de buscar que lo represente el alcalde o el concejal. Si uno mismo no se representa. Uno mismo como ciudadano debe ser representante de sí mismo porque la democracia o esta forma de gobierno democrático participativo, es lo que nos permite hacer. No que venga el otro a que nos lo haga. En el conocimiento de cada una de nuestras leyes. Este rollo que se formó con el Golpe de Estado y casi acaba con el gobierno de Chávez ¿Por qué ocurrió? Por las leyes habilitantes. Por son un paquete de leyes que tratan de cambiar verdaderamente un montón de cosas en el país, de manera cómo se gobierna y se gobernaba el país y que están por supuesto, íntimamente ligado a cómo se ha desarrollado toda la historia del poder, de la política y de la economía en el mundo. Esos cambios son los que uno tiene que ver y de qué manera uno se inserta en esos cambios para respetarlos, aplicarlos y vivirlos, en cada área en que a uno le toca vivir. Ese es mi aporte. Gracias.

 

Moderadora: Alguno de ustedes quiere hacer un comentario o seguimos con las intervenciones... Seguimos. Ahora le damos la palabra al señor Jesús Martín.

 

Jesús Martín: Soy un profundo desconocedor de la realidad y sobre todo de la  actualidad venezolana y de ahí un poco la ingenuidad de mis preguntas. La primera sería, si ha habido o va a haber una reforma de las Fuerzas Armadas venezolanas a raíz de la Constitución del 99. Y segundo, y más genéricamente, si existe en Venezuela un problema militar. Me explico brevemente. Por lo que he visto someramente en la Constitución Bolivariana, hay dos conceptos por lo que veo. Uno de seguridad que es un concepto amplio, cuya garantía va unida a los principios constitucionales y cuya defensa  pertenece, según entiendo yo, tanto al Estado como a la sociedad y luego hay un concepto más estricto que es el de la defensa de las fronteras que s eles atribuye a las Fuerzas Armadas. En ese sentido, creo que es un concepto moderno de Fuerzas Armadas, es decir, que tiene como labor estrictamente la defensa de las fronteras y por lo tanto de la integridad territorial frente a posibles enemigos externos. Eso entiendo que sería un concepto moderno de Fuerzas Armas que veo enlaza con otras realidades en este sentido. La cuestión es si esta transición previo y posterior a 1999, eso se ha visto así. Si ha habido esa reforma de las Fuerzas Armadas para limitar su función estrictamente a la defensa de la integridad territorial frente a enemigos externos y ha dejado o va a dejar de jugar un papel en la vida política interna venezolana. Lo digo por la realidad que yo más conozco, que es lógicamente la mía, el Estado español, donde en la transición entre la dictadura y la democracia si que existía este problema militar. Los militares no se dedicaban exclusivamente a velar por la integridad territorial del Estado sino que incidían, como todos deben saber, lógicamente, fundamentalmente en la vida política. Nos costó mucho reducir el papel del ejército a ese concepto moderno de defensores frente a posibles enemigos exteriores y excluirles de ser un factor determinante a la hora de dominar políticamente a la población. En el Estado español los militares tenían muchos más acuartelamientos en el interior del estado que en las fronteras., lo cual dejaba claro que su papel era el control de la población ante posibles sublevaciones y que el papel menos fuerte lo tenían en la garantía de las fronteras. Yo no se si este problema se produce, insisto, lo desconozco, pero cuando nosotros hemos visto el problema del Golpe es que las Fuerzas Armadas de Venezuela parece que también se la disputan entre el oficialismo y la oposición. Parece que las Fuerzas Armadas es un campo de juego más dentro de la lucha política en el proceso bolivariano. Y repito la pregunta, si se va a reducir, si va a haber una transformación de las Fuerzas Armadas para limitar tanto numérica como políticamente su papel.

 

Luis Rondón: La verdad es que han sido muy interesantes todas las exposiciones pero yo creo que se debe empezar, cuando se habla de Seguridad por una limpieza de la casa. Creo que esa cultura antiimperialista que nos nace y que debe ser intrínseca de cada ciudadano cuando se siente atacado, debe nacer de aquí hacia allá y no como una respuesta de allá hacia acá. Al capitán Otayza, en alguna ocasión lo vi en la televisión, en el Capitolio, defendiendo esa democracia. Me parecía muy loable y lo respeto mucho, de verdad. Yo antes era adeco porque mi papá era adeco y de repente uno se fue al MEP y así empezaron las cosas. Pero uno con el tiempo decía, pero qué es lo que pasa. Ese era el partido del pueblo, el partido revolucionario y más adelante uno se da cuenta de que había injusticia social, de que los diputados se gastaban 50 millones en viajes para Caracas –yo vengo de la región, del Táchira-. Entonces apareció Chávez, qué bueno, a votar por Chávez. Todo el mundo tenía esas expectativas, me incluyo, no sé ustedes. Porque yo decía, esto lo cambia un cambio de estructuras, un Golpe de Estado, una gorra, algo así, porque aquí esta gente se agarró el país y se están robando a manos llenas todas las cuestiones que tiene el país de beneficios que debían ser para el pueblo. Yo personalmente, ojalá los agarremos a todos y los fusilemos. Pero de repente apareció Chávez como una posibilidad y vino ese cambio, ese proyecto y todo muy bueno, muy bonito. Pero de repente me ha dejado un desazón, ese desazón que siento cuando por ejemplo veo la corrupción, esa parte que ojalá mejore. Rodríguez Chacín se desapareció y no se sabe donde está, el general se fue, y el fiscal, “bien, gracias”. Todo engavetado. Entonces, creo que con respecto a esa seguridad, es el pueblo el que debe tomar esa iniciativa de seguridad, es el que debe ir avanzando, tomando los estamentos para que pueda decir: “mira, tú no sirves. Eres un corrupto”. Igualmente, como a veces pienso que debe haber sido, por ejemplo, el Consejo Nacional Electoral de Carabobo quien decidiera quien había ganado en Carabobo, cosas como esas. Entonces, me parece que nuestro líder fundamental que es Chávez, con toda su ideología, con todos los ejemplos del pasado, con Rousseau incluido, con Cicerón, etc., tiene que llevarse a la práctica. Entonces le pregunto al panel: ¿cuáles son las posibilidades que tiene el pueblo para perfeccionar esta democracia que a veces nos deja dudas? Porque nos deja dudas en ese aspecto ¿se está perfeccionando o no se está perfeccionando esa democracia? Porque de repente la vemos centralizada, de repente el CNE no se descentraliza, de repente se nos centraliza las decisiones de quienes van a serlos candidatos. De repente alguien decide: “engaveta ese expediente”. Entonces ¿qué podemos hacer nosotros, el pueblo ciudadano, para hacer una mixtura con lo que dice aquí el amigo, para lograr perfeccionar  el proyecto, porque creo que sí tiene que ver con el cambio de las estructuras. Es verdad. Decían que no había revolución sin violencia pero esa violencia tiene que ir por debajo, como ese río grande que lleva una fuerza y va limpiando. Entonces, pregunto a los panelistas, al capitán Otayza ¿qué es lo que él considera que debe hacer el pueblo para mejorar ese proyecto de país que tenemos, ese proyecto bolivariano? 

 

María Eugenia Vásquez: Me parece muy importante lo que dice el compañero, antes de darle la palabra la capitán, es qué podemos hacer nosotros como pueblo. Una pregunta importante. Me afianzo en decir en que el lunes y el martes hubo un foro con el Ministerio de Educación Superior y los estudiantes de Educación Superior y no saben qué rico fue. Fue algo espectacular. Y no solamente eso, sino que los estudiantes universitarios estamos tomando parte activa en este proceso revolucionario. ¿Qué podemos hacer compañeros? Reunirnos, como estamos ahora, en foros, sacar conclusiones y no solamente eso, sino que además de estar pendientes de llevar eso a al práctica, que llevemos a las instituciones, que las llamemos. En el caso del Consejo Nacional Electoral, pienso que fue una decisión acertada y si no nos gusta, vamos a llamar al Consejo Nacional Electoral, que se siente y que nos explique qué pasó con las elecciones, si no estamos de acuerdo. Pero, llevar esa práctica a cada comunidad, a cada colegio, a cada comunidad de nuestro entorno, a nivel nacional e internacional porque ahí es donde están las bases de nuestra revolución.

 

Moderadora: Tal vez alguno de los ponentes quisiera responder o escuchamos la última pregunta... Continuamos con el público.

 

Rosmely Marchán: Soy estudiante de de la Universidad Central de Venezuela, de Archivología. Tengo una pregunta  para cada panelista porque fue una duda que surgió al principio de sus ponencias. Para el señor Otayza: ¿cuál sería la estrategia para debilitar la agresión política de Estados Unidos frente a Venezuela? Usted habló de eso. Para el profesor de filosofía: cuando hablamos de la democracia formal y hablamos de la democracia participativa que está reflejada en la Constitución Bolivariana de Venezuela, recientemente aprobada, me surgió un poco una confusión y acompaño un poco tu criterio, en el sentido de que cuando hablamos de democracia participativa, que si bien está establecido, y seguimos jugando a la democracia formal y a la democracia representativa, cómo entonces lograr de verdad que la democracia sea participativa, cómo lograr que llegue al pueblo, porque ya sabemos que todos queremos que llegue al pueblo, todos estamos aquí para eso, ¿no? Pero cómo hacer para que llegue al pueblo, partiendo de la premisa de que la estructura supedita los procesos y las estrategias. Y para el profesor de la Escuela de Historia, o historiador: ¿cómo la sociedad civil puede apoyar la defensa nacional? Son tres dudas. Eso es todo. Gracias.

 

Oscar Battaglini: Son varias preguntas las que he anotado aquí sobre las cuales quisiera hacer algunos comentarios. Primero sobre la cuestión de la doctrina de la Seguridad Nacional porque ese es el tema. El tema es Seguridad y Defensa. Lo que pasa es que siempre uno cede a la tentación de hablar de todo cuando se da la posibilidad de estos intercambios. La doctrina de seguridad y defensa es posterior a la Segunda Guerra Mundial. Ahora, como ya yo dije, los estados Unidos habían realizado un verdadero proceso de colonización de las Fuerzas Armadas de América Latina, a la cual no escapó la venezolana. Es lo que se conoce como el proceso de pentagonización de la Fuerza Armada  en América Latina. Ahora, es un fenómeno extraordinario, como ya bien lo dijo alguien aquí, que habiendo sido educado y salió de la misma horma, esta Fuerza Armada venezolana que participó en Golpes de Estado, es ahora constitucionalista (…) Porque el populismo incorpora toda una cantidad de cosas de simbolismos de cultura popular, a toda su conceptualización, pero ¿qué ocurre con el populismo latinoamericano? El populismo latinoamericano insurge políticamente contra las sociedades oligárquicas, pero el populismo latinoamericano lo que hace es subsumir las relaciones oligárquicas en una supuesta reorganización democrática de la sociedad. Primera perversión que hay allí. Segunda perversión, y sobre todo en una sociedad como la nuestra, una sociedad con un Estado super poderoso desde el punto de vista financiero, pero el populismo no resuelve ni un solo problema de la sociedad. Cuando Chávez arriba a la dirección política del Estado,  se habla de aproximadamente un 80% de pobreza, con todas las variedades de la pobreza. Se habla de que la educación es un fraude, ni un solo hospital sirve, no hay empleo, no hay seguridad social, no hay bienestar social. Sin embargo, el populismo implantado por Acción Democrática en esta sociedad, aparece como algo “popular”. No tiene nada que ver. Yo diría que popular es la política que se intenta desarrollar en la actualidad, que algunos dan en calificarla de populista. El populismo tiene dos características fundamentales, a mi manera de ver. Uno, que despolitiza la sociedad. Sustituye la política por la cuestión social. Es decir, no contribuye a que surja  la figura del ciudadano, que es un sujeto político culto, escolarizado, con  conciencia política y con capacidad para participar en los debates y en la  toma de decisiones en la sociedad. El populismo no se orienta para nada en esta dirección y el otro rasgo del populismo es la desmovilización. Lo que un estudioso del problema del populismo latinoamericano, brasileño, Octavio Ianni, llama la “cadena de la corporativización populista”, es decir, estado, partido y sindicalismo. Por eso Betancourt, cuando nosotros gritábamos en la década del ’60: “las calles son del pueblo y no de la policía”, Betancourt nos interrogaba a su vez diciendo: “¿dónde está el pueblo? si el pueblo está aquí, en esta cadena”. Así nos respondía Betancourt. Esas son las dos características claves del populismo: despolitización y desmovilización. Para nada quiere la movilización de la sociedad. El pueblo adeco es un pueblo desmovilizado, siendo objeto de las prácticas clientelares de toda la corrupción del clientelismo como parte de la corrupción política. Entonces, la doctrina de Seguridad Nacional, e sal doctrina, como ya dije, de un altísimo contenido militarista, no militar. Es decir, lo militar como una expresión de una visión totalitaria de la sociedad. Estamos en pleno período de la Guerra Fría. Para Estados Unidos es fundamental mantener su hegemonía en América Latina, para mantener la explotación de estas sociedades y para mantener la hegemonía política también, dentro de esa disputa con la Unión Soviética, en medio de ese conflicto. Ahora, las sociedades latinoamericanas, como ya dije, son sociedades autoritarias. El autoritarismo de las sociedades latinoamericanas no proviene sólo de la aplicación de la doctrina de la Seguridad Nacional de origen norteamericano, sino que hunde sus raíces en todo el proceso decimonónico, en todo el problema del caudillismo, en la carencia de instituciones, del no cauce democrático para dirimir las diferencias en las sociedades. No puede haber democracia en una sociedad  oligárquica. Por eso, lo que está planteado en la sociedad venezolana hoy, es superar las relaciones oligárquicas que siguen  teniendo vigencia, a mi manera de ver, en esta sociedad. Y ¿cuándo se constituye la Fuerza Armada moderna en Venezuela?  Yo difiero de esa opinión que se ha desarrollado en toda América Latina según la cual las Fuerzas Armadas actuales son herederas de las Fuerzas Armadas de la Independencia. El ejército bolivariano se disolvió en la Campaña del Sur, por allá se quedó. De tal manera que no existe el vínculo, en todo caso existe un vínculo político e ideológico pero no orgánico. La Fuerza Armada en Venezuela, la actual, esa que fue pentagonizada, surge de la reforma militar de 1910-1913. ¿Quién estaba en el poder en esos momentos? Gómez. Esa es una Fuerza Armada instrumentalizada para mantener el estado de cosas que ya era petrolero. Ya las compañías petroleras extranjeras, inglesas y norteamericanas, ya ejercen un poder un poder omnímodo en esta sociedad. Cuando muere Gómez, la única institución que existe en la sociedad venezolana, es la Fuerza Armada, por eso López Contreras se afinca fundamentalmente en la Fuerza Armada de origen gomecista y la llama: “el brazo armado de la ley”. Y no nos hemos recuperado del autoritarismo del siglo XIX y de toda la carga de autoritarismo que le incorpora el despotismo gomecista, cuando viene el desenlace de la II Guerra Mundial y estados Unidos en el desarrollo de la Guerra Fría imponen la doctrina de la seguridad Nacional que está fundada básicamente en la violencia, en el elemento militar. Por eso es un milagro, para mí es realmente sorprendente lo que ha venido a ocurrir con al Fuerza Armada venezolana. La Fuerza Armada venezolana, como parte de las estructuras sociales de esta sociedad, no ha escapado al proceso de cambio que se opera en la sociedad venezolana en estos momentos. Y ese fue históricamente el instrumento de que se valieron tanto las oligarquías aquí como el imperio norteamericano para dar al traste con cualquier posibilidad de cambio social en este país. Y como decía el capitán Otayza, realmente se ha conformando o dando un proceso de articulación entre el mundo civil y el mundo militar que es lo que permite este milagro de este proceso de cambio, que más que real todavía, es potencial,  pero se están creando las condiciones políticas e ideológicas para que se avance de una manera más significativa en un proceso de cambio radical en esta sociedad. No sé si eso responde un poco a la pregunta que tú planteas acerca de si hay un problema militar aquí. Si hay un problema militar, hay una disputa aquí, porque como decía un autor venezolano: “este es un combate que no se decide aún”. Esto no está decidido. Hace dos años hubo un Golpe de Estado aquí con presencia militar y hubo una reacción del propio seno de la Fuerza Armada y del pueblo que dio al traste con esa intentona militar. Pero yo por lo menos no afirmo que eso es una contradicción superada aquí. Eso sigue planteado ahí. Ahora, va a depender, a mi manera de ver, de cómo se conduzca este proceso. Y yo creo que este proceso no se va a decidir sólo a partir de la dinámica que viene del Estado en proceso constituyente. Yo creo que el pueblo tiene que hacerse presente y frente a esa interrogante que algunos plantean, “cómo hacer”, creo que el Estado tiene interés en promover la participación popular. Por lo menos en teoría, porque creo que tiene que existir en convencimiento que si el pueblo no pasa a ejercer de verdad verdad una incidencia en ese proceso de cambio, aquí no habrá cambio. Porque ningún Estado por sí solo está en capacidad de producir un cambio cualitativo en ninguna sociedad. Si vamos a hablar de revolución, vamos a ser serios. Y hay que abrir cauces, pero los factores populares de la sociedad civil tienen que tomar la iniciativa también. Y el mecanismo es la toma de la iniciativa, cualquiera de nosotros que se vaya constituyendo. Porque es un proceso constituyente, como se ha hablado. Es decir, yo como ciudadano me constituyo en un factor  político. Me articulo a redes sociales y desde allí activo, desde allí participo. Yo no me puedo sentar a esperar que el Estado promueva eso. El estado está en la obligación de hacerlo, pero yo como ciudadano tengo el derecho constituirme y accionar en esa dirección. Por eso hablé de dos poderes. No es un solo poder.

 

Carlos Suárez: A esta altura nadie ha accionado los Consejos Locales de Planificación Pública. Porque hay un instrumento constitucional.

 

Oscar Battaglini: Esa es una iniciativa extraordinaria, los Consejos Locales de Planificación Pública. ¿Quién los ha promovido hasta ahora? Yo he hablado con alcaldes que tienen la obligación de hacerlo y no lo han  hecho hasta ahora. Ahora, la sociedad puede tomar la iniciativa. La sociedad tiene que organizarse para participar, para presionar, para jugar un papel deliberante y beligerante en el proceso de cambio que está planteado. Yo no me puedo sentar a esperar que desde el Estado esos e promueva, como he dicho, yo tengo que tomar la iniciativa. Ahora, nosotros tenemos que presionar también al Estado para que coadyuve ese proceso que promueve la sociedad civil. Para mí eso es clave. Los problemas de esta sociedad no se van a resolver si la sociedad no se organiza en redes. No se va a resolver ningún problema. Y al mismo tiempo digo, esta e suna sociedad que si uno la compara con otras sociedades de América Latina, es muy fácil de ser resuelta, porque para empezar, este es un país que no tiene población. ¿Cuántos millones de habitantes somos nosotros todavía? Vamos a plantear que somos 25 millones de habitantes. Si se repartieran las reservas internacionales que están por el orden de los 23.000 millones de dólares y somos 25 millones de habitantes. Si aquí esta sociedad se organiza políticamente, toma la iniciativa política, se constituye en redes de participación social y desde allí actúa en la dirección de un proceso de cambio cualitativo, de mayor profundidad, y al mismo tiempo presiona al Estado para que esto ocurra, yo no tengo la menor duda de que en 10 o 15 años esta sociedad ha producido un parto cualitativo, extraordinario de profundización de los cambios. No solamente desde el punto de vista socioeconómico, problema que todos entendemos, como que la sociedad necesita escuelas, empleos, autonomía alimentaria, salud, vivienda, necesita todo eso. Pero para mí, el punto de partida para avanzar a la consecución de todos esos bienes terrenales, es la politización de la sociedad  y es la organización política de la sociedad. Esa es la garantía de que esta sociedad pueda avanzar de verdad en un proceso de cambio revolucionario, que es lo que todos buscando aquí. Yo estoy donde estoy. Yo soy árbitro pero yo soy un sujeto político, soy un ciudadano y no se me escapa nada de esto. Y antes de ser árbitro, como dijo Eliézer, que era civil, luego fue militar y ahora es civil de nuevo, yo también era sujeto político deliberante, paso ahora a ser y soy árbitro, pero en cualquier momento vuelvo a ser sujeto político deliberante y beligerante. Y a la hora de discutir estos problemas, yo me los represento de esta manera. Para mí no habrá un cambio verdaderamente revolucionario si nosotros no participamos, porque estamos anegados de muchos componentes de la IV República por decirlo de alguna manera, incluida la corrupción, un Estado que no funciona, los hospitales siguen como están, no hay empleo y las arcas del Estado repletas de divisas internacionales. Ahora ¿quién va a cambiar eso? ¿Voy a esperar que alguien lo cambie por mí? ¿Voy a seguir imbuido de la concepción del estado paternalista? No, yo tengo que tomar la iniciativa. Si yo no fuera árbitro, estaría metido en una red social y política discutiendo estos problemas que estoy planteando aquí. No me puedo ir del Consejo Nacional Electoral  y públicamente hacer eso porque dejaría de ser árbitro. Pero para ustedes eso es lo que está planteado. Tienen que tomar la iniciativa no le pregunten a otros cómo hacerlo. Reúnanse a discutirlo para descubrir la magia de cómo hacerlo y creo que eso es lo que está planteado. Como él decía y no deja de tener razón. Las referencias teóricas y culturales siempre son necesarias, pero nosotros que estamos aquí y que somos los actores fundamentales de este tiempo estelar que vivimos, tomemos la iniciativa y seamos críticos. Yo soy muy crítico frente a lo que considero que se debe hacer y lo que no se debe hacer. Y si me dan la oportunidad de venir a un foro como éste, yo paso un poco la raya amarilla porque si aquí me estuvieran grabando y me sacan esto en el CNE o en la televisión, podrían cuestionar mi capacidad como árbitro. Pero como uno está imbuido de toda esta emotividad, de toda esta potencialidad y uno se ha preocupado cultural y políticamente por estos problemas, me sacudo un poco de la rémora que uno va acumulando y esto le permite a uno reoxigenarse  y participar de un debate político necesario. Ahora, termino diciendo esto porque para mí es una maravilla lo que está ocurriendo aquí. Para mí lo más importante es la repolitización de la sociedad venezolana, que estamos participando de nuevo en la vida política  del país, y en segundo lugar ese milagro de una Fuerza Armada pentagonizada que ha superado significativamente todo se contenido y está participando también activamente en el proceso de cambio en el cual estamos empeñados todos. 

 

Eliézer Otayza: Yo parto de la idea, a mi juicio, y yo voy a hablar como elite que soy porque soy de la elite de los nuevos cambios y trataré de perpetuarme como elite hasta que se saquen en las contradicciones sociales. Yo creo que hay un tremendo problema ideológico que hemos venido arrastrando. Si creo que las ideas son importantes. Un hombre piensa en pararse y se para, y un hombre piensa en sentarse y se sienta. No se puede decir que las ideas no son importantes. Y las ideas de uno no son  de uno, vienen con una tradición. A uno le enseñan desde pequeño a pararse y a sentarse, y a la madre de uno también se lo enseñan así. Hay tradiciones en pensamiento y por lo tanto, uno no puede llegar de la noche a la mañana a eliminar todo eso porque lo que vale es lo de ahora: “a mí nadie me enseñó, yo vengo solo”. Eso no es así. Uno tiene que respetar esa trayectoria en ideas y trayectoria en política. Ese es uno de los problemas serio que tenemos en esa dialéctica y en ese materialismo histórico que hemos estado arrastrando y arrastrando en una supuesta eterna búsqueda de una conciencia superior  que nos va a salvar. Y a partir de la interpretación, de hasta malas lecturas de la filosofía que han tratado de llevar algunos pensadores muy serios, por cierto, y que después de haber hecho ese pensamiento y esa acción, y esa filosofía, se decretaron que no podían cumplir ni siquiera ellos mismos con esa filosofía. Me refiero a Marx. Por lo tanto, hay un daño enorme, a mi juicio, y un problema muy serio en América Latina con respecto a lo que significa la posibilidad de llevar adelante una idea política. Creo que el marxismo, a mi juicio, ha hecho tanto daño como lo ha hecho el imperialismo gringo. Y esa es mi  posición y la mantengo. Yo me imagino nada más y nada menos a un Gómez, que a lo mejor fue malo, y quizá cuántas cosas habrían pasado aquí, pero no puedo imaginarme todavía una República donde Pompeyo Márquez hubiese sido presidente. No me la imagino definitivamente porque es un ser tan contradictorio, por llamarlo de la manera más decente y no decir otra cosa. Y creo que parte de lo que ha sufrido la población, es producto de esas tremendas contradicciones de actores políticos que no son una cosa ni son la otra. Que se leen una cosa y no son capaces ni siquiera de hacer lo que interpretan de esa lectura. Y eso es un tremendo daño para el país y para toda la sociedad latinoamericana. Y esa es mi posición bien fuerte. Y si bien es cierto, los estadounidenses amenazan, tienen sobre Venezuela en estos momentos una guerra asimétrica, pueden hablar de una guerra de cuarta generación, lo que si es cierto es que quieren acabar con la sociedad, con el país,  con lo poco, lo malo, lo sucio o corrupto que es el país, pero aún así, es un país y una nación. Los estadounidenses quieren acabar con el país para simplemente dominarnos, con todo el sentido clásico de la palabra y así, quitarnos los recursos. Y si lo han venido haciendo progresivamente, esta vez están dispuestos a comérselo todo de un solo golpe, hablando de las mayores reservas de energía del mundo. De eso es lo que estamos hablando en términos bien concretos. De las mayores reservas de petróleo del mundo. Los estadounidenses, sobre el territorio, en esta guerra asimétrica, efectivamente nos han metido guerra bacteriológica, terrorismo, toda una serie de acciones. Para los que conocemos de Inteligencia y estamos formados en el área, pudiésemos estar discutiendo todo lo que han hecho los estadounidenses aquí. A mi juicio, en el medio de fortalecer los supuestos revolucionarios, han introducido en el país elementos perturbadores que son tan complejos y traicioneros para la República como los propios estadounidenses. Y en el medio de esa discusión, estamos tambaleando unos que tratamos de mantenernos en una plataforma cultural e ideológicamente muy soberana. No es que estamos inventando. Como lo traté de explicar ideológicamente en el país, en esta nación, antes que yo unos cuantos pensaron qué se iba a hacer con la nación. Y hay una trayectoria muy seria de pensamiento que debo decir, puede ser objeto de envidia para otras naciones. Así como tenemos petróleo, en pensamiento y no tan sólo el pensamiento republicano, pensamiento ancestrales, nuestras culturas indígenas, etc., tenemos muchísimo que aportar al mundo con relación a eso. Pero muchísimos prefieren ir a comprar libros afuera, venir para acá y traer un modelo extranjero, sea cual sea, uno más bonito, socializante y no se qué, para decir que vamos a crear una nueva nación, un hombre nuevo, etc., etc., para no crear nada. Los que creemos que a partir de nuestra interpretación histórica crear un modelo para el mundo, estamos luchando por ello, Ahora: ¿lo podemos o no lo podemos hacer?  Nos vencen unos u otros imperialistas, no sabemos. Pero en medio de eso tratamos de llevar adelante un proyecto. Hegel decía que América Latina no existía, que éramos una especies de monstruos antropológicos que algún día pudiésemos ser sujetos. Creo que a lo mejor llegó ese momento, ojalá. Creo que pudo haber llegado el momento en que por fin somos alguien y maduramos políticamente. Y creo que a partir de la interpretación de nuestro pensamiento se puede hacer. El elemento militar es un  elemento determinante. Vuelvo a insistir. Ciertamente hay una penetración fuerte. Yo puedo explicar perfectamente cada uno de los manuales de lo que llama el profesor la teoría del Pentágono. Efectivamente hay manuales que son la copia fiel de todo lo que es la doctrina estadounidense, incluyendo puntos y comas. Por ser la copia de la doctrina estadounidense, no se ha podido aplicar porque es una estupidez. Claro, que es la ley, que se hacen postgrados, que van al Norte, pero no los han podido aplicar nunca aquí porque es una estupidez. Bueno, han matado a unos cuantos, pero si es por matar, aquí hay unos cuantos que tiene sus muertos. Gracias a la Fuerza Armada aquí el Estado-nación, vuelvo a insistir, no se ha perdido. Porque si es por otro, la Fuerza Armada la hubiesen eliminado. Hay teorías por ejemplo, que dicen que las Fuerzas Armadas no pueden existir. Y en el medio de eso hemos estado unos cuantos luchando. Yo particularmente no creía en las Fuerzas Armadas, ingresé a las Fuerzas Armadas y creo. Conseguí ahí no unos monstruos sino gente que baila, que disfruta, que vive, gente de pueblo que trae de Catia peroles de agua. Y yo si hablo de las Fuerzas Armadas porque hay una tendencia a cuestionar el militarismo, como si hubiesen algunos reductos escondidos por ahí. Aquí nos formamos todos en la misma Escuela. Me formé en la escuela donde ese formó Medina, el que intentó dar el Golpe de Estado y todos esos locos que estaban con él. Es más, muchos de ellos fueron mis profesores debo decir. Y hasta donde los conocí, eran tipos, muchísimos de ellos, muy buenos. Todos egresados de la Escuela de las Américas. Yo, Eliézer Otayza, yo soy de la elite, hice cursos con la CIA y con el servicio norteamericano y me di el lujo, porque no creo que el problema está en lo militar sino en el poder político, yo me di el lujo de sacar la CIA de este país. ¿Dónde estaba? No en las Fuerzas Armadas,  sino en la Disip. Nada más y nada menos que los estadounidenses que estaban aquí en la Embajada eran Comisarios Generales de la Disip y mandaban a matar gente, incluyendo militares. Eran civiles, mercenarios. Uno de los problemas que tenemos es la figura del mercenario como elemento político en la política. Se pueden leer a Maquiavelo porque él desarrolla muy bien el concepto de las tropas mercenarias y el daño que le hacen al Estado-nación y a la República. Aquel príncipe que monta la soberanía sobre los mercenarios, pierde porque el soldado depende definitivamente del billete y se va. Nosotros hemos hecho cosas importantes aquí en el pensamiento militar, aquí tenemos estrategias propias y que no son conocidas, es otra cosa. Claro, yo también conozco militares que se aprendieron toda la doctrina estadounidense para irse para el Norte a ganar dólares y retirarse. Pero conozco otros que han desarrollado la propia teoría, por ejemplo, el Libertador. Después vine Páez, el propio Gómez efectivamente, Guzmán Blanco, Pérez Jiménez, y no es la doctrina del Pentágono, usted me perdona. Porque además tiene una serie de elementos culturales porque por más que trate de insertar la visión estadounidense, no puede. Aunque si tenemos un problema que hay una altísima dependencia tecnológica y casi toda la instrumentación, y todavía la tenemos y la vamos a tener hasta que nos volvamos serios. Yo si creo que hay que volverse serio en muchas cosas aquí. Tengo muchísimas críticas a la ineptitud, ineficiencia, incoherencia. Hay gente que piensa de una manera y hace otra cosa. Hay gente así y se hacen llamar revolucionarios. Miranda llamó a eso: “bochinche” y el bochinche tiene una vigencia importantísima para nosotros hoy en día.

Hay reformas importantes en el pensamiento y en la acción militar. Por ejemplo, el doctor decía muy claramente, el retiro de las tropas en el juego geopolítico que nos plantaron los estadounidenses en la frontera, es una jugada extraordinaria y un cambio del paradigma de lo que había sido el modelo planteado hasta ahora. Eso es importante. Pero no tan sólo se ve ahí, sino en lo interno. Cuando nosotros salimos a construir el proceso constituyente con los militares, que nos reunimos, ahí nos conseguimos elementos conceptuales y políticos que hoy en día están plasmados en esa Constitución. Eso no salió de un libro estadounidense ni que alguien nos dijo, Dios divino. Eso es producto de discutir con los propios militares y no se pudieron colocar otras cosas porque efectivamente la Constitución tiene un ámbito importante, pero notan sólo para el elemento de Defensa Nacional. Yo puedo hablar del elemento político, de la participación, etc. Todo eso también correspondió a discusiones que se dieron. Y hay un pensamiento muy importante en las Fuerzas Armadas que es coherente. Hay riesgos. Seguimos ahora. Vamos a comprar helicópteros rusos. Y mañana vamos a comprar helicópteros chinos, y mientras nosotros compremos a los rusos o a los chinos y no tengamos un concepto de Defensa propia, estaremos mal. Y como “propia” me refiero al elemento tecnológico. Y ahí siempre vamos a tener que depender de fuera porque van a tener que venir nos técnicos y unos repuestos. Hay quienes pensamos por ejemplo, que aquí hay elementos convencionales con que hacerle mayor frente que los helicópteros rusos y tenemos una doctrina desarrollada para eso. Y hay elementos. Aquí hay técnicos que han reparado tecnología de los estadounidenses y que a partir de ahí han desarrollado tecnología propia. La han planteado pero no la han podido desarrollar y eso es un elemento muy serio. En el medio de eso tenemos efectivamente la corrupción. Unos juegan, unos ganan, unos pierden, etc., etc. Pero la corrupción no es un problema de ahora, es tan antiguo como la propia humanidad. Aquí, en Suiza, en Estados Unidos, en Cuba, donde uno va, se ve corrupción. Porque ahí está el elemento justamente de la virtud pública o el vicio. Eso sí, es muy antiguo, desde Aristóteles, más allá, pero también está ahora. De eso se trata justamente de que el Estado con educación le llevemos a la población a un sentido. Debo decir que ciertamente, hay unos cuantos. Con el Jefe de Estado acabamos de tener un taller, el viernes y el sábado y no tan sólo es el lenguaje contra la corrupción sino la lucha contra la corrupción que s e viene haciendo desde hace mucho tiempo. El propio presidente de la República hoy en día verifica los presupuestos de la compra militar, por ejemplo. Antes lo hacía Rojas Pérez, ahora lo hace el propio presidente en su condición de Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, le corresponde y verifica. Chávez es un hombre virtuoso y lo podrán acusar de todo menos de corrupto. Acaba de decirle a los gobernadores y alcaldes: “ustedes tienen colocados 1,8, casi el 60% del presupuesto que se les ha dado en Fides, están ganando intereses y no lo han bajado para el pueblo”. Tenemos también problemas muy serios de cultura con el pueblo como la participación. Como los Consejos Locales. Hay una instrumentación política en la Constitución, extraordinaria que no se ejecuta. Si esta elite que está ahora donde yo estoy, acompañando a Chávez, no sirve, se puede sacar. Ahora hubo un referendo y podrían habernos sacado. No nos sacaron porque a lo mejor el 60 % que botó es corrupto, a lo mejor, pero hasta ahora, estamos ahí. Por lo tanto, hay un voto de aprobación importante y eso hay que respetarlo. Si vamos a ser democráticos en serio del poder del pueblo, vamos a creer que un 60 % votó y un 40 % dijo que no y esa mayoría ha participado.

 

Invitados 

 

OSCAR BATTAGLINI

Licenciado en Historia, Universidad Central de Venezuela. Magíster en Seguridad y Defensa, Instituto de Altos Estudios de la Defensa Nacional (IAEDEN). Ha sido profesor en la Universidad Central de Venezuela en la Escuela de Administración y Contaduría (1972-1974), en la Escuela de Estudios Internacionales (1994-1995) y en la Escuela de Sociología (1974-2002). Actualmente es Director Principal del Consejo Nacional Electoral.

 

ARMANDO LARES

Sociólogo egresado de la Universidad Central de Venezuela. Especialista en Programas de Bienestar Social, OEA, Argentina. Master of Arts (Sociología) en el Boston College, Estados Unidos. Es Doctor en Ciencias Sociales, UCV. Ha realizado cursos de capacitación en Protección civil y administración de Desastres, Estados Unidos, Puerto Rico, Ecuador y Venezuela. Tiene en su haber ocho libros publicados, entre los cuales se destacan: Recreación y Tiempo Libre, La Identidad y la Deculturación de un Pueblo (Estudio sobre Puerto Rico), La Conducta Humana en los Desastres (Investigación realizada en Perú y Honduras), Un Modelo  de conducta humana ante los Desastres (Caso Deslave del Estado Vargas. Es profesor en la UCV y en la Universidad Simón Rodríguez. Fue Secretario General fundador del Instituto Internacional de Estudios Avanzados - IDEA. Ha sido Coordinador del Núcleo Nº 2 de la Universidad Simón Rodríguez y actualmente es Decano del Instituto de Altos Estudios de la Defensa Nacional IAEDEN.

 

VLADIMIR LAZO

Licenciado en Filosofía, egresado de la Universidad Central de Venezuela. Maestría en Filosofía, con énfasis en el estudio de la Filosofía de G.W.F. Hegel. Doctorado no concluido aún en Filosofía de la Historia, en el Instituto de Filosofía de la Facultad de Humanidades y Educación de la Universidad Central de Venezuela. Desde 1976 es Profesor asociado de la Escuela de Economía de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la UCV. Desde 1991es investigador invitado del Instituto de Investigaciones Económicas. Desde 1982 es profesor invitado en la Escuela de Filosofía de la misma Universidad. Entre los años 1987 y 1988 fue colaborador de El Diario de Caracas, y entre 1991 y 1993 fue colaborador de el Suplemento Cultural del diario Ultimas Noticias. Se encuentra en proceso de publicación el trabajo Exposición de un criterio de lectura de El Capital de K. Marx (ampliado), presentado para optar a la categoría  de Asistente en el Escalafón Universitario.

 

ELIÉZER OTAIZA

Es Capitán del Ejército. Licenciado en Ciencias y Artes Militares, mención Terrestre, especialidad Armamento, en la Academia Militar de Venezuela. Es Magíster en Ciencias Políticas, en la Universidad Simón Bolívar. Candidato al Doctorado en Ciencias Políticas en la Universidad Central de Venezuela. En el año 2003 fue asesor de Seguridad e Inteligencia de la Presidencia de la República y de la Presidencia de la Asamblea Nacional. Fue presidente del INCE y actualmente se desempeña como Presidente del instituto Nacional de Tierras (INTI). Entre sus publicaciones se encuentran: La retórica Bolivariana. La defensa; La retórica bolivariana. El ataque; y Las relaciones internacionales de las Fuerzas Armadas Venezolanas.

  

Carmen Hernández

Foro Derechos culturales. 2004. Responsabilidad social de radio y televisión

Foro  Derechos culturales Una plataforma institucional y jurídica para la transformación cultura         Ley de Responsabilidad soc...