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Foro Derechos culturales. 2004. Responsabilidad social de radio y televisión

Foro 

Derechos culturales

Una plataforma institucional y jurídica para la transformación cultura

 

  

 

Ley de Responsabilidad social de radio y televisión 

Olga Dragnic de Álvarez, Daniel Hernández y Ciro Quintero

Moderador: Joaquín López Mujica

miércoles 24 de noviembre, 5:00 PM, Sala C, Fundación Celarg 

 

 


De izquierda a derecha: Joaquín López Mujica, Ciro Quintero, Olga Dragnic y Daniel Hernández

 

 

  Sesión completa


Moderador: Damos apertura a una nueva sesión del Foro Derechos culturales. Una plataforma institucional y jurídica para la transformación cultural. Decidimos incluir la Ley de Responsabilidad social de Radio y Televisión, aun cuando sabemos que hoy en la Asamblea Nacional se estaba discutiendo. Tenemos hoy la presencia acá de personalidades de este ámbito, especialistas como Ciro Quintero, Daniel Hernández y la profesora Olga Dragnic. El orden del foro va a ser el siguiente: va a comenzar el profesor y periodista Ciro quintero, luego se presentaría el profesor Daniel Hernández y finalmente, la profesora Olga Dragnic. Le damos la palabra a Ciro quintero, quine es periodista con más de cuarenta años  de ejercicio. Directivo fundador del Colegio Nacional de Periodistas, Directivo del Sindicato de Trabajadores de  la Prensa  y del Instituto de Previsión social del Periodista. Fue Director de Prensa por más de veinte años del Consejo Supremo Electoral. Actualmente es director del periódico Fuerza-Punto 4 , que es uno de los periódicos integrantes del bloque de prensa alternativo que se ha ido formando. Le damos la palabra a Ciro Quintero. 

Ciro Quintero: Antes que todo quiero dar muy buenas tardes, ¿Cómo están ustedes, bien? El tráfico y la lluvia, y Saramago, por supuesto. Para mi es muy placentero estar con ustedes aquí, un público muy selecto, y por supuesto al lado de estos “grandes ligas” de la comunicación en Venezuela. Quiero comentarles, en primer lugar, que Venezuela en el día de hoy, está cumpliendo nada más y nada menos, que 78 años sin ley de radio y televisión. Hay que ver lo que eso significa. Aquí se ha hecho radio y televisión a como venga, y a como quiere cada dueño de medio que se haga la ley, y los gobiernos. Ahí hay un binomio histórico. La primera emisora que se fundó en Venezuela, fue en 1926 y llevó el nombre de Aires. La fundaron dos venezolanos que al parecer, tenían origen alemán por sus apellidos: Scholl, de la quiropedia y Müller. Esos dos jóvenes se atrevieron a fundar una emisora en ese año ante una dictadura feroz como fue la de Juan Vicente Gómez. Y por supuesto, ahí nace la famosa frase aquella de: “chito, le digo”. Porque no podía decir nada contra Gómez allí. Entonces nacen dos grandes frases que se han hecho famosas en la época moderna del periodismo. En esa época, cuando se metían con el gobierno de Gómez, se iba en vivo y en directo a La Rotunda, y los menos afortunados, iban en muerto y en directo al cementerio. Esa fue una época terrible. Así comenzó la radio en este país. Desaparece en 1928 la emisora, y surge eso que la historia llama la “generación del 28” que eran muchachos jóvenes, estudiantes universitarios, que se revelaban en esa época. Y ahí comienza a formarse una nueva emisora, que llevó el nombre de Broadcasting Caracas. Esa fue la seguidilla del inicio del quijotismo de la radio. Hubo muchos intentos allí. La emisora se llamó Broadcasting Caracas, y duró con ese nombre muy poco tiempo. Después de Gómez le cambiaron el nombre a Radio Caracas. Esos años fueron terribles para la radio porque no hubo ley, y la ley era la del gobierno de Gómez. Luego se fundaron otras emisoras, y así sucesivamente pasan los gobiernos de Gómez, Pérez Jiménez, y en ese transitar de cosas, podemos decir hoy que se estableció un Reglamento de radio en 1940, no era una ley. Eso quiere decir que a estas alturas de la vida, llevamos 64 años con ese reglamento. Luego, cambian las cosas y en 1958, con la caída de Pérez Jiménez, se impone un nuevo estilo de gobierno en Venezuela. Pasan los años de 1958 a 1998, cuando llega Chávez al poder, y en ese transcurrir del 58 al 98, creo que son 46 años, la radio y la televisión, los dueños de los medios, los prestadores de servicio de esa época, se amoldaban a las condiciones del gobierno de turno o desaparecían igualmente. ¿Que ocurrió? Que vino el gran chantaje. Nace y se fortalece en ese entonces una frase bolivariana, que decía que la prensa era el “cuarto poder”. En esa visión comienza un chantaje histórico. Los radiófilos y los gobiernos de turno no se peleaban. Los gobiernos decían: “no se metan con la prensa porque es el cuarto poder”, y los de la prensa decían: “no se metan con el gobierno, porque es el que da los reales, el que da publicidad”. Y así pasaron 46 años sin ley. La ley ahí era el que mejor se comportaba con los gobiernos de turno. Y luego tenemos, de 1998 al día de hoy, seis años de una brutal participación de la radio y la televisión contra el gobierno de turno. Creo que inclusive los historiadores de la radio y de la televisión en Venezuela, deberían abocarse a hacer una investigación profunda y detallada de estos seis años de gobierno de Chávez. Porque es sorprendente la brutalidad con que ha actuado la radio y la televisión en Venezuela. Porque no ha habido ley, ni reglamento, nada, y hay que ver lo que ha permitido la democracia nueva que se le diga en esos seis años. Es también digno de análisis.

Transcurrido 78 años en esta situación, creo que el día de hoy es un día histórico, porque se debe estar aprobando de manera definitiva la ley. Cuando salí de la Asamblea Nacional esta tarde, faltaban por definir creo que tres artículos. Estaban enfrascados en uno pero yo salí porque tenía hambre y fui a almorzar. Cuando regresé, seguían discutiendo. Llamé al diputado Frasso para que me informara, y me dijo Frasso que se salió de la Comisión de la Asamblea para atender una reunión de la Comisión de Finanzas, imagínense ustedes. Me disculpan, vengo así, diciendo que históricamente hay que saludar la aprobación de esa ley, con sus defectos, con sus contradicciones. Creo, como dijo un diputado hoy: “al fin Venezuela tiene una ley de radio y televisión”. Porque repito, llevamos 78 años sin ley. Y aquí se hacía por radio lo que se les daba la gana. Ahora, el efecto económico-publicitario ha funcionado con mucha fuerza en la historia de la radio en Venezuela. La radio vive de avisos y publicidad, igual que los periódicos: El ingreso fundamental de un medio de comunicación es la publicidad. Si no hay publicidad, no hay medio, porque fracasan, cierran, en fin. Pero lo cierto del caso, es que en estos años, la publicidad no ha llegado como debe ser a los grandes medios de comunicación social. Creo que hay un ahorcamiento ahí, creo que hay una política de: “agrédanme, digan todo lo que quieran de mí, pero no hay publicidad”. Eso no se dice de manera notoria, se sobrentiende en los corrillos de los medios de comunicación social. Eso es en términos generales. Y en términos particulares, en lo que a mi respecta, soy periodista de prensa escrita, he trabajado en radio y he sido víctima en radio de estas cosas. Trabajé en Radio Rumbos, en YVKE Mundial, en Radio Nacional, en fin, en varias emisoras. Fui corresponsal en Caracas de varias emisoras, y uno tiene que amoldarse a las exigencias de los publicistas, de los que pagan. En términos particulares, yo les he manifestado a los colegas diputados que son periodistas, y no se si esto es un atrevimiento de parte mía, pero esto es un foro de gente muy seria, y ojalá me sacaran de la duda ya que también vengo como oyente aquí, y es interesante eso que llaman el ejercicio del periodismo. A mí me preocupa mucho esta ley, la que estará en las próximas horas aprobada, que habla de “prestadores de servicio de radio y televisión”, en términos muy generales. Y uno lee y analiza la ley, y en ninguna parte se habla de “periodistas” y tampoco se habla de “locutores”, que son dos activistas importantes de la radio y la televisión; el periodista en materia informativa y el locutor en materia narrativa. Y los prestadores de servicio se confunden en esta ley con el que ejerce el periodismo en radio y en televisión. Y existe una gran contradicción también, en cuanto a la Ley de Ejercicio del Periodismo. Y prácticamente vendrá una discusión parlamentaria sobre la necesidad de discutir una nueva ley de este tipo porque la ley actual del Ejercicio del Periodismo no tiene absolutamente nada que ver con esto. Es más, profesora, profesor, en el Concejo de Responsabilidad Social, hay no se cuantas personas. Eso va ser una merienda, hay si hay gente formando parte de ese consejo. Cuando se vayan a reunir, a tomar alguna decisión, va a ser un lío. Hay más de cien personas, y allí no están los periodistas, que tienen mucho que ver con eso, porque es la parte informativa. Y por ahí, como de contrabando, están los locutores. No está el Colegio de Periodistas, por ejemplo, y están los ministerios. No están las universidades, desde el punto de vista de las escuelas de periodismo. No están los locutores desde el punto de vista de los trabajadores organizados, como el Sindicato de Radio, Sindicato de la Prensa. Lo bueno de todo esto es que al fin y al cabo hay una ley en Venezuela, que va ser sometida, por supuesto, a un reglamento. Creo que en términos generales, si va haber algún problema con la prensa. La actual ley, tal cual como está, fundamentalmente no le agrada a los dueños de los medios quienes son los grandes enemigos de esta cosa. Porque el común de la gente va, y busca servicio. Pero cuando aquí se dicen algunas cosas que afectan realmente a lo que se llama la oligarquía radial. Creo que a estas alturas del juego, la Ley Resorte ha permitido que uno se de cuenta de algunas cosas. En este país, no hace mucho siendo vicepresidente de la República Adina Bastidas, se aprobaron en tiempo récord, 49 leyes habilitantes. Es decir, los parlamentarios nuestros de todas las tendencias, aprobaron aquello, levantaron la mano y parece que no se dieron cuenta de lo que estaban haciendo. Inclusive la Ley de tierras, la Ley de pesca y la Ley de hidrocarburos, que son tres leyes fundamentales que se aprobaron allí. Yo tengo aquí la cantidad de leyes que se aprobaron en ese transcurrir, como la Ley del la protección del Niño y del adolescente y resulta que en las leyes habilitantes hay leyes específicas para defender y para proteger a los niños, y existe la LOPNA. Es decir, los mismos parlamentarios no se dieron cuenta que estaban entrando en una confusión terrible de lo que estaban discutiendo. Y a Adina Bastidas le dijeron de todo, fue víctima de ataques bestiales. Las leyes la estaban haciendo ella y el grupo, y nadie se dio cuenta, llegaron a la Asamblea y las aprobaron. Y ésta no entró ahí, la ley de radio y televisión, porque a lo mejor se le olvidó a Adina ya que eran 50 leyes, entre ellas esta ley. Y ha creado roncha. Esta ley se está discutiendo ya desde hace dos años. De tal manera que la Ley Resorte, creo que ahí hasta una especie de cortina de humo, que no es el caso de hoy aquí, porque ya es un problema político. Hay una cortina de humo, donde la gente discute, pasa el tiempo discutiendo y las demás leyes van pasando por debajo ¿ustedes no se han dado cuenta de ese detalle?, y se aprueban, nadie se está dando cuenta ni siquiera de las reformas que se le están haciendo a las leyes. Nadie sabe, no hay promoción, no hay información, los grandes medios lo que dicen es: ley mordaza, ley mordaza, ley mordaza; de ahí no salen. Y aparecen unos actores en televisión explicándole a uno porqué es una ley mordaza. Pero en el fondo de la cosa, todo el mundo sabe que es que Venezuela tiene muchísimos años sin ley de radio y sin ley de televisión. Yo les agradezco que me hayan escuchado esta perorata y espero que haya servido de algo. Muchas gracias. 

Moderador: Muchísimas gracias al periodista Ciro Quintero. Ahora tiene la palabra el profesor Daniel Hernández, quien es economista de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Central de Venezuela.  Magíster en Ciencias Políticas en la Universidad Simón Bolívar. Doctorando en Ciencias Políticas en la Universidad Simón Bolívar. Cursa Maestría en Filosofía y Ciencias Humanas. Profesor e investigador de Ininco. Ha participado en diversos proyectos de la Academia Nacional de Ciencias Económicas y en la Universidad Simón Bolívar.  Profesor de las Escuelas de Comunicación Social de la Facultad de Humanidades y Educación, y Sociología Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, de la Universidad Central de Venezuela. Profesor invitado del Postgrado en Comunicación de la Universidad del Zulia.  Ha publicado diversos artículos en revistas especializadas arbitradas, y creo que tiene un programa de radio en Radio Nacional de Venezuela. Con ustedes el profesor Daniel Hernández.  

Daniel Hernández: Yo voy a ser breve. Me voy a referir a algunos aspectos que tienen que ver más con el ámbito político, algunos elementos que tienen que ver con la ley propiamente tal, y más o menos, más que otra cosa, cual ha sido mi visión y mi enfoque del asunto.

En primer lugar, pienso que las leyes obedecen a coyunturas políticas. Es decir, todo el ordenamiento jurídico obedece a una coyuntura política. No se pueden establecer leyes universales abstractas, sino que, de alguna manera, ellas están influenciadas por las coyunturas políticas en las que se vive, aunque traten de trascenderlas. Pero no es fácil trascenderlas. Teóricamente deberían de trascenderlas, pero fíjese que hay ahí un problema, porque trascenderlas significa ir al terreno de la abstracción, de lo más general, y dejar de lado lo que son las prácticas sociales y las coyunturas concretas. Y si bien las leyes deben obedecer a principios, uno de los principios es que los principios de aplican con cierta flexibilidad, no con una rigidez automática. ¿Hasta dónde esa flexibilidad tiene que ver también con un problema de debate, de correlación de fuerzas en última instancia, y de análisis y de comprensión de esas coyunturas por parte de los factores de poder? Creo que esto es un problema que es importante desde el punto de vista político, porque en algunos escenarios uno observa, o bien la exigencia abstracta del principio, que como principio es universal y es válido, pero es válido en la medida en que justamente se abstrae de las condiciones concretas. Creo que no se pueden formular leyes a priori, sino que de alguna manera tienen que dar cuenta de la realidad. El caso por ejemplo de la Ley del Tribunal Supremo de Justicia, es un ejemplo de eso. Me parece que es un hecho positivo, en general, que se de un paso adelante en términos de la aprobación de un instrumento, que permitiría, de alguna manera, poner el cascabel al gato, como decía Tarre Murci, por allá por el año 1971. ¿Quién le pone el cascabel al gato? Es decir, de alguna manera aunque sea un cascabelito, se le pone al gato, y esto ya es como un punto de partida. Me parece un hecho negativo, y yo lo he criticado tanto públicamente como internamente, en el propio escenario del Ministerio de Información y Comunicación, porque aquí tenemos un problema. Creo que en el único sitio del mundo, donde el ente regulador de la comunicación, es un ente que depende de obras públicas, que es lo que Infraestructura, y no de un ente regulador de la comunicación, de la información. Y eso genera allí ya un problema de desfase que lleva a que el ente regulador esté muy influenciado por una visión tecnocrática, aunque ellos han hecho, justo es reconocerlo, un esfuerzo por avanzar, pero su visión fundamentalmente es de la regulación de las telecomunicaciones. Y el propio fenómeno comunicacional en sí mismo, desde el punto de vista de los contenidos, semióticos, que es lo  fundamental, a eso se le presta poca atención. El problema es más de orden técnico, de frecuencias, alcances, impuestos, tasas y, esto en última instancia se ve reflejado en el problema de la propia concepción de la ley. Luego hay otro problema, en última instancia quienes terminaron elaborando el proyecto, con alguna que otra salpicadura, por decirlo así, de participación popular, fue un grupo de abogados. Yo tuve una discusión con ellos, desafortunadamente en esos días me enfermé, porque reclamé participar en esa comisión por derecho propio, en el sentido de todo el esfuerzo hecho por promulgar y debatir la ley. Pero me enfermé y cuando regresé a la discusión, la cosa ya estaba en un punto donde era prácticamente irreversible. A qué me quiero referir con esto: que por un lado está la influencia de la visión tecnocrática, y por otro lado está la influencia de la visión legal, del fetichismo legal, y de algo que es imposible quitarle de la cabeza a los abogados, que es el problema que el asunto es de técnica jurídica. Entonces ellos terminan casi todos, incluso los abogados de postura revolucionaria, de una u otra forma, reduciendo el problema a la técnica jurídica, y dejando por fuera -porque en muchos casos esa técnica jurídica deja por fuera- el problema de la concepción filosófica, que es lo central en la discusión. Es decir, hay que invertir los términos. El derecho es una expresión de la política, y la política tiene que asumirse filosóficamente, pero esto no es sencillo, incluso que ellos lo entiendan. Tengo una relación con los abogados de PDVSA que llevan los casos de los botados de allí y cuando uno les habla de política, algunos pegan un salto. Y yo estoy hablando que el derecho es la condensación en última instancia de la política, las normativas de convivencia. Entonces estos dos elementos entraron dentro de la ley y terminaron configurándola de una manera, que en algunos aspectos uno termina estando en desacuerdo, parcialmente. A eso se suma un tercer elemento, que es el hecho de que hay una distancia entre lo que se discutió, en unas jornadas en la calle, aquí mismo, en los foros que se hicieron a nivel nacional. Yo personalmente creo que participado por lo menos en 100 foros a nivel nacional en diversos sitios, hice el esfuerzo de recoger las opiniones de la gente. Y hay una diferencia entre eso que se intentó recoger y lo que finalmente terminan discutiendo, acordando y uno diría que negociando por razones de orden político. No quiero aquí que se entienda en términos de negociación monetaria, sino de política, de como acordarlas, quizá dentro de una orientación política. Esas tres cosas, que no son secundarias, terminan haciendo finalmente del producto final, algo que tiene mucho de híbrido, como una mezcla de cosas. Inclusive, yo hice, no se si al final aparecerá o desaparecerá, una declaración de principios. Peleé mucho porque se introdujera una declaración de principios, el preámbulo. Hice, a pesar de que fue en una noche que me llamaron y me dijeron: “esto hay que introducirlo mañana a las 8 y no tiene preámbulo, y tiene que tener preámbulo”, y eran las doce y media de la noche. Entonces yo dije: “¿no saben que son las doce y media de la noche?”. Entonces dije: “está bien, déjenme hacer una cuestión de aquí para adelante”. Pero el propósito era que apareciera una definición filosófica y de alguna manera la ley tiene que tener un preámbulo. Ahora estoy tratando de corregir eso de esa madrugada, a ver si entra. Se publicaron unos encartados -ustedes recordarán- que cuando uno leía el preámbulo que uno intentó hacer, pues no resultaba muy coherente con lo que a veces estaba en algunas partes del contenido. Mi intención era como obligar desde el preámbulo, desde las definiciones de principios filosóficas, forzar a que eso apareciera dentro de la ley, y no creo que haya sido muy exitoso el esfuerzo, pero en última instancia se intentó. ¿Qué es lo que quiero decir? Finalmente no se si la ley llevará un preámbulo, y no se si eso se recogió, es decir, siento que no se recogió efectivamente. Finalmente eso tiene que ver con que todavía nosotros seguimos -y eso que esta es una ley de las más discutidas- nosotros todavía seguimos teniendo una cultura, no se si llamarla “vieja cultura”, para no calificarla de ninguna manera, en la que en definitiva, quien toma la decisión es una cúpula, y es la que está allí aprobando en la Asamblea. Es decir, la participación de la sociedad, de los factores sociales, populares, políticos, en fin, académicos de los diferentes sectores, sigue siendo todavía un elemento que no aparece con fuerza en la discusión de la ley. Es decir, sigue existiendo un cierto nivel, no sabría decir cuanto, de secuestro de la soberanía popular. En el  sentido de que lo que se discute, cuando se discute, finalmente no termina plasmado, porque en los niveles donde se decide, sigue decidiéndose sobre coyunturas políticas y sobre negociaciones políticas. Esta ley pudo haberse aprobado perfectamente el año pasado. Estaba a  punto de aprobarse y vino el proceso de cambio de la directiva de la Asamblea Nacional y dentro de las negociaciones internas se entregó la presidencia de esta comisión y la ley se engavetó. Yo en aquella época quería quitarle la cabeza a más de uno, porque se ha hecho un gran esfuerzo, y era una coyuntura favorable en ese momento, quizás, para haber recogido un sentido más amplio de la discusión que se había hecho. Eso finalmente se sepultó y de pronto se recogió aquí, en algo de ese estilo de gobierno que yo he criticado, que no lo comparto, que es eso de hacer las cosas apresuradamente, en un afán de hacerlo, casi efectista, que termina desnaturalizando a veces proyectos que son importantes y que tienen una dinámica, que requiere de una reflexión, que requiere de un esfuerzo de meditación para, de verdad, a través de la reflexión y de la formulación, romper con las formas de dominación anterior. Cuando se hacen las cosas precipitadamente, lo que sale a veces es un producto que no expresa una ruptura de verdad con el viejo régimen, y que no expresa una nueva concepción filosófica. Esto lo he discutido yo en algún momento incluso, con los propios diputados de la Asamblea Nacional en alguna época en que fui asesor de ellos, de la presidencia. Yo les decía: “ustedes a veces lo que hacen es un remiendo, toman una vieja ley y le cambian algunas cosas, y se apoyan en eso de que es un derecho humano y listo”. Y hay derechos humanos de derechos humanos, o mejor, hay concepciones de derechos humanos. Y muchas leyes están bajo la concepción liberal del derecho humano, es decir, la igualdad formal ante la ley. Entonces, pienso que hay una situación complicada, y que, finalmente mi postura y lo que he hecho en los últimos foros es como, dado la circunstancia de que se va ha aprobar y se va aprobar así, la discusión debería girar en torno a cómo hacemos los ciudadanos, para a partir de ese marco, hacerla cumplir e introducir los virajes que sean necesarios para el debate, para incorporar a la sociedad y para sobre la marcha, ir cambiando las cosas. Creo que tampoco uno puede tener una postura intransigente, una estatua pues, rígida, que si no es como yo quiero que sea entonces no hago nada, o me retiro, porque también creo que esa no es una postura por lo menos revolucionaria. Tenemos que entender que dentro de los factores de cambio entran muchas fuerzas, y las cosas no terminan siendo como uno quiere que sean, pero eso no lo puede llevar a uno a decir: “¡Ah, bueno, como no es como yo digo, entonces me retiro del juego!”. Sino es cómo hacemos para que la cosa se mejore, que es lo que yo pienso que ha sido el esfuerzo de uno.

El problema central era cómo generar una situación de verdad, de libertad de expresión, de participación de los ciudadanos para reforzar el problema de la democracia, de la opinión diversa, plural, etc, etc, y que debería ser uno de los ejes centrales de la ley, incluso expresamente. Inclusive la propuesta era que la ley se ordenara de acuerdo a esos principios: libertad de expresión y todo lo que tiene que ver con el problema de información, democratización de los medios de comunicación en términos de la descentralización de la producción, distribución, consumo de los mensajes, y de los mensajes y los soportes que hoy están concentrados monopólicamente. Cómo democratizar eso a partir de la apertura a los creadores nacionales, a la participación ciudadana y la contraloría social, porque están vinculados los puntos 2 y 3, a las cadenas de radios y televisoras comunitarias, a un viraje de los medios del Estado; porque yo soy de los que estoy totalmente en desacuerdo con el uso que se hace de los medios, independientemente de que hay que volver a lo concreto. Ha habido una coyuntura en que prácticamente el gobierno se vio obligado, pero hoy día creo que no se justifica seguir en un canal 8 de esa manera y hemos hecho un esfuerzo, y digo hemos, en la medida en que uno está vinculado a Vive, de que se haga otro tipo de televisión. Cosa que no es sencilla, porque se hace con la gente que ha estudiado en las escuelas, que tiene una formación que es el discurso de Hollywood en la cabeza. Y el propio receptor, la ve aburrida porque no ve a Hollywood allí, entonces es un problema un poco más complicado. Y estaba el problema de la protección del niño y el adolescente, que no fue el eje central desde un comienzo, por lo menos en algunos ámbitos de discusión de la ley. Inclusive en algún momento se discutió la posibilidad de sacarlo, porque estaba la LOPNA, pero se argumentaba que estando la LOPNA no tenía el régimen sancionatorio. La educación consciente para la recepción de los mensajes y modernizar el marco legal. Mi gran preocupación ahora, no es que se apruebe, porque ya es un hecho casi de hechos cumplidos, uno no puede hacer nada allí pues. Mi preocupación es cómo hacemos para cumplirla y para mejorarla, y para crear una conciencia en el ámbito nacional con los diferentes actores vinculados al hecho comunicacional, para poder mejorarla. Yo creo que la ley tiene por ejemplo, una falta de visión propositiva, de unos ejes centrales: qué tipo de información, comunicación y mensajes necesitamos en una coyuntura como la que vive el país, en términos del ajuste con la Constitución. Fíjense que inclusive lo de responsabilidad social que debería ser el punto central, aparece absolutamente difuminado, e incluso, yo les decía a ellos que he usado con mis alumnos, la figura de “resorte”. Yo les digo que el resorte es algo que tiene una forma natural, que uno lo presiona como fuerza externa, y él cambia de forma, se suelta y el vuelve otra vez a su estado natural. Y que simbólicamente era contrario a lo que pretendíamos hacer en términos del punto de vista de la ley, porque la ley debe intentar cambiar fundamentalmente la conciencia política de un país. La ley es un espacio para cambiar la conciencia, no algo que externamente, durante un momento se presiona pero luego permite que vuelva a su estado natural. En la propaganda que ha salido, han puesto hasta la definición de resorte. Yo logré que la quitaran en la primera página, pero después volvieron a ponerla. Estos son, yo digo, problemas de comprensión, no se comprende la esencia de la problemática, y entonces eso queda en manos de quienes deciden, y si el que decide no tiene la suficiente claridad, o se maneja dentro de coyunturas políticas, pues estamos necesariamente abocados a este tipo de cosas. ¿Cuál es la solución, por ejemplo, a eso? Creo que también hay que superar un poco ese fetichismo legal o leguleyo, no sabría decirlo, que pensamos siempre que el problema es una ley, y creo que si bien es importante el problema de la ley, más importante es el problema de la práctica social, de la conciencia política. Aquí es donde nosotros, creo, debemos hacer un esfuerzo por generar una nueva conciencia política sobre el problema de la información, de la comunicación, de su papel, y no dejar el problema en términos simplemente de la cuestión legal. Porque leyes tenemos por montones, algunas muy buenas, pero eso son letras muertas. El problema es cómo hacemos para cambiar la conciencia de eso, cómo hacemos para cambiar la institucionalidad, es decir, que el ciudadano participe efectivamente, haga un seguimiento, se involucre, y se creen las formas reales de participación. Eso es una problema que va más allá de la discusión de una ley en particular y tiene que ver con cómo construimos una sociedad de verdad, genuinamente democrática, diversa, plural, alternativa, etc. etc.

Pienso que incluso mucho de la terminología que se usa, es una terminología inadecuada. En algún momento incluso, en las presentaciones de CONATEL, se introdujo el término “ciudadano”. Yo decía y sigo diciendo, el que tiene derecho a intervenir en eso es el ciudadano como ciudadano. La Constitución no establece que los usuarios de tal o cual cosa tengan derechos y responsabilidades. La Constitución establece el derecho del ciudadano, y en las presentaciones de CONATEL se presentaba el ciudadano, finalmente quedó la cosa del usuario, la cosa de la audiencia, la misma terminología que remite a un imaginario, unas representaciones que ya desde el lenguaje no cambian nada. Porque es el “ciudadano”, puede ser que “en función de”, pero ciudadano es el que tiene el derecho de intervenir en la discusión, en el debate, en el cambio, en la producción de la idea, no un usuario ni una audiencia, porque volvemos al tiempo de la situación pasiva, del que está en la audiencia. ¿Cuál es el reto que yo creo debemos asumir? Es cómo hacemos para avanzar a partir de ella. Comparto un poco el planteamiento que hace el profesor en el sentido de: “no es lo mejor”, pero es que eso en verdad está desde el 41, es un reglamento del 41, derivado de la Ley de Telecomunicaciones del 40, reformulado en febrero del 84 sobre el mismo reglamento del 41, lo que hizo fue tratar de actualizarlo. Entonces lo que existe en la práctica no es lo que está escrito, porque está escrito pero en la práctica existe una total anarquía, y sospecho  que esa anarquía vamos a tener que seguirla viviendo si los ciudadanos no nos organizamos y presionamos en que eso cambie. Porque mi gran temor, insisto es, que aprobemos esa ley que ya está aprobada, pero la cosa siga siendo igual. Porque hay algunos instrumentos legales que hubieran permitido ya tomar decisiones. La propaganda de cerveza y cigarrillos y ese tipo de cosas está establecida claramente, está prohibida. Ahora nadie puede decirme que en el segundo artículo o en el primero, no recuerdo bien, abarca todo mensaje en el territorio, entonces la gente del cable me pasa lo que se le da la gana, y nadie sanciona eso. El problema de las loterías, en fin, todo ese tipo de cosas que estarían no tanto por carencia de legislación sino más bien por omisión del gobierno ponerle el cascabel al gato. Es decir, aquí hay dos niveles de problemas. Hay un problema de obsolescencia de la legislación, pero hay también un problema de hacer cumplir lo que está establecido, y por eso digo que lo que hay es una anarquía. Yo los invito, y yo me he dado la tarea, por lo menos convencí a CONATEL y al MINCI de publicar seis folletos de difusión masiva, que vamos a usarlos, para por lo menos tratar de debatir. Convencí a la gente del Ministerio de Educación que discutiéramos esos folletos a través de las 27 mil comunidades educativas, produjéramos algunos videos de descodificación  de los mensajes, es decir, ir haciendo cosas. No nos podemos paralizar porque la ley es incompleta, es insuficiente, y más bien debemos ver cómo vamos a hacer. Estoy trabajando sobre seis folletos que intentan abordar estos principios, para abrir un debate a nivel nacional, sobre todo a través de aquellas organizaciones que son transversales a nivel nacional, por ejemplo las comunidades educativas. Logramos reunirnos con Aristóbulo, con la Profesora Xiomara Lucena, con algunos sectores, el propio CONATEL, y acordamos, por ejemplo, empezar a trabajar en una dirección con las comunidades educativas, en el sentido de discutir con los maestros, con los padres, con los niños, de manera diferenciada, comenzando ahora por los adolescentes, en el sentido de que es más fácil trabajar con los adolescentes que con los de educación inicial porque requiere mucha sensibilidad y mucho cuidado. Quería comenzar por allí, y planteé ir al nivel más alto donde podemos trabajar con un poco más de soltura. La idea es abrir un debate con ellos, producir algunos materiales audiovisuales, cien mil videos que se reproduzcan, que se vean y se discutan, por ejemplo, de cómo se produce el mensaje, donde está la trampa, eso es educación crítica para la recepción de los mensajes mediáticos, que ya son pasos concretos que podemos avanzar. Y títulos de los folletos son, por ejemplo: Libertad de expresión, voces plurales y conciencias críticas o hegemonía mediática: redactado en términos muy comprensibles para la gente, que intenta plantear el problema de fondo, cómo es el problema de la libertad de expresión, qué papel tiene, qué importancia tiene para la democracia, cómo es el problema de ese derecho, la diferencia entre un derecho liberal y un derecho de contenido material, etc., etc., que permite abrir un debate y discutir sobre eso. Ahí ganamos en la medida en que la gente quiera una mayor claridad sobre eso. Ver si la ley resume eso, y que debería en un momento dado modificarse para que de verdad la ley garantice eso. Información y deformación mediática de la conciencia social, porque hay una enorme confusión  en el seno de la sociedad en general, sobre qué cosa es la información y qué importancia tiene en la formación de la conciencia. Porque mi problema central, como comunicador, debe ser cómo incidimos en la transformación de la conciencia social, de la transformación de la conciencia política, para a partir de ahí generar otras prácticas sociales y de verdad avanzar en la ruptura de las formas de dominación, y convertir al sujeto en protagonista, en ciudadano. El problema de la concentración de la propiedad y poder de los traficantes de la radio y la televisión, porque una cosa es decir que hay unos señores Cisneros, y otra cosa es mostrar. Esa es una investigación que hemos estado haciendo con el auspicio de CONATEL, que intenta analizar y poner al día la estructura de propiedad y de concentración de los medios de comunicación en Venezuela. Entonces allí vamos a entregar como un abreboca, porque esperamos que la primera parte del libro esté en la calle el primer trimestre del año próximo, donde tenemos ya más o menos lo que es el problema de la propiedad: ¿quiénes son los propietarios de los medios en Venezuela?, particularmente de televisión y radio. ¿Quiénes son?, ¿cuáles son sus acciones?, ¿qué tipo de acciones tienen? y ¿cuáles son los porcentajes?, en el caso del Grupo Cisneros, ¿cuáles son las asociaciones?, ¿con qué corporaciones?, ¿qué porcentajes de acciones tienen en esas corporaciones? Porque una cosa es decir hay monopolio, y otra cosa es decir, estos son los propietarios, estos son los dueños. En una información levantada fundamentalmente en registros mercantiles, que nos ha llevado prácticamente todo este año, y es una información bien importante, porque por ejemplo para señalar una sola cosa, encontramos que General Motors es propietaria de una corporación llamada Hugets, especializada en tecnología satelital militar, es decir, directamente vinculada al Pentágono y a la CIA, por supuesto, y a la Dirección del gobierno estadounidense. Esa corporación es a su vez la casa matriz de Direct TV, donde el señor Cisneros es el principal accionista en Direct TV Latinoamérica. Si bien General Motors sacó una parte del paquete y se lo vendió a una corporación llamada ETIT, al mismo tiempo compró un complejo de satélites, 14 satélites  Panansac y amplió el espectro de países a donde vende televisión vía satélite, son 120 países. Cuando uno mira este tipo de cosas, y la participación del señor Cisneros allí, pues uno ve con claridad y explica un conjunto de fenómenos, porque no puede ser que ellos simplemente se limiten a vender televisión, siendo especialistas en tecnología satelital militar. Es de suponer que ellos utilizan todo ese tipo de cuestiones para labores de espionaje, etc. etc., y no es de extrañar todos aquellos fenómenos comunicacionales del día 11 de abril, día del Golpe de Estado: la caída de los teléfonos celulares, la señal, la capacidad de reposición que tuvieron, etc, etc. Entonces es muy importante mostrar todo este tipo de cosas, cosas como por ejemplo que al pueblo le debe sentar mal, a los fanáticos de los Leones de Caracas, por ejemplo. Porque los fanáticos de los Leones de Caracas no saben que los Leones de Caracas son cien por cien propiedad de un holding belga. El señor Cisneros lo trasladó a ese holding donde él debe tener por supuesto, un gran paquete de acciones. Que Cervecería Regional son un 99.9945% de acciones de un holding estadounidense de cervezas. No hemos empezado hacer el análisis, porque eso implica meterse a analizar qué tipo de cosas, de cruces hay ahí, porqué la cosa esta así. Porque ese es un pedacito aquí, y cual es la justificación, pero sospechamos que eso sirve a todo un problema de fuga de capitales, evasión de impuestos. Pero aquí viene un problema grave que, vuelvo a lo que decía en un comienzo, los decisores no entienden esos problemas, sencillamente no lo entienden. Y uno les pide a veces la cooperación para realizar ese tipo de trabajo y uno tiene que finalmente resolver cómo hacerlo. Yo hice la investigación pero tuve que abrir un seminario de grado en la Escuela de Economía para poder reclutar, por decirlo de alguna manera, a un grupo de investigadores. El dinero que me pagaban se los di a los muchachos, por supuesto después de aceptarlos, y les cree una bolsa de trabajo, para que ellos tuvieran una suerte de beca para hacer su  trabajo, porque a mi me parece demasiado antiético eso de poner a trabajar a los muchachos y cobrar uno. Una miserableza después de estar detrás de ellos, incluso decirles: “uno puede formar un grupo de economistas, porque ustedes tienen que tener una unidad de investigación de economistas. ¿Cómo hacen para regular esto desde el punto de vista fiscal, desde el punto de vista económico, si ustedes no saben nada, no saben ni siquiera quienes son los accionistas, los propietarios, quién está en el aire, quién tiene la frecuencia? Es imposible. Yo les formo esa gente, para que ustedes puedan tener una unidad de investigación”. Eso a veces no se comprende, y hay que vivir casi que presionando, y hay un momento en que hay un límite entre pedir y arrastrarse para que las cosas puedan hacerse. Pero esa es parte de la realidad que tenemos, aceptando incluso que CONATEL es una institución que tiene buena voluntad y que coopera, porque hay otras  instituciones que son puro discurso. Esa investigación va a salir, me parece que es importante. Tenemos una de Legislación Internacional y antecedentes de la regulación de la radio y la televisión en Venezuela; porque es importante mostrar cuál es la legislación internacional, qué es lo que se dice internacionalmente desde 1879. Desde la Revolución Francesa está el derecho a la libertad de expresión y está la responsabilidad en el ejercicio de ese derecho. ¿Cómo ha evolucionado desde ese momento? Y hemos recogido incluso toda la legislación venezolana desde el año 40, a través de las gacetas, cada gaceta, para hacer una síntesis y mostrar, cómo nunca se legisló integralmente, sino puntualmente, y a veces por los propios propietarios. Acuérdense que los propietarios de los medios estuvieron siempre en una alianza política con el gobierno de turno, en las listas incluso: Capriles en el caso de COPEI. Entonces es importante mostrar eso. Tenemos uno de esos folletos que hemos titulado: Aventuras y desventuras de los intentos de regulación de la radio y la televisión en Venezuela, donde hacemos una síntesis, en los últimos 30 años, de la opinión de la Iglesia, de la academia, con especial referencia al profesor Pasqualli y la profesora Safar, quienes hoy son los principales adversarios. Que opinaban Marta Colomina, Brewer Carias, para mostrar qué decía la Iglesia, qué decían los propietarios de los medios, qué decían los periodistas. Un poco poner sobre el tapete la historia del asunto, porque somos un país desmemorizado, y uno cuando va a investigar este tipo de cosas no encuentra nada. Hemos tenido que buscar entre papeles y papeles para ir recomponiendo esa historia, que me parece que es muy importante porque fija como un punto de partida, a partir del cual el debate podrá hacerse a nivel nacional, con más fundamentación, y mostrar las cosas con más claridad. Tenemos un estudio comparado de la legislación internacional de la radio  y la televisión en España, Colombia, México y Venezuela de qué es lo que legisla, comparativamente. Tenemos la ley más laxa de esos países. Inclusive hay un problema que me preocupa mucho, yo lo he planteado en diversas instancias, que es que si el espectro radioeléctrico es del Estado, es el Estado quien tiene que ejercer su administración. En el caso colombiano, por ejemplo, el Estado ejerce la administración de ese espectro y dice: “esto es mío, señores de Caracol esta concesión se la doy, pero esto es mío, es del Estado, RCN”, para no decir las dos cadenas nacionales que hay. En cambio aquí el Estado está haciendo una concesión, porque debería decir: “yo, Estado, señores Radio Caracas, este es el tiempo que les toca a ustedes y yo administro el tiempo”. Pero es al revés: “señores Radio Caracas, ahí tienen, ábranme un campito, unas horitas hay para los productores nacionales”. Es una legitimación de la transferencia de la administración del espectro al sector privado, una cosa que tiene por supuesto su fundamentación en cierto sentido, en la Ley de Telecomunicaciones aprobada en el 2000, que es otra ley que hay que revisar, que hay que discutir, porque allí hay algunas joyas de la corona que es importante debatir en términos de que el sector privado se apropió de todo el espectro radioeléctrico. No quiero decir algunas cosas que hemos descubierto porque es preferible consolidar la investigación. Pero se apropió incluso, hasta de frecuencias que eran de uso del ejército, y eso lo terminó legitimando esa ley. Son cosas de verdad increíbles. Una frecuencia de ésas, que era de uso privativo del ejército fue transferida, donde hay ahora en funcionamiento una de las prestadoras de servicio de telefonía móvil. Y finalmente hay un último folleto, que es un poco la fundamentación filosófica de lo que quisiéramos que fuera la ley. Entonces yo invito a que hagamos un esfuerzo, dado el hecho de que no es cambiable lo que está ya aprobado, para intentar profundizar el debate, modificar las cosas que haya que modificar, y dar una pelea. Yo era y sigo siendo del punto de vista, que una ley de esa debió haber sido introducida por vía de una iniciativa popular. Sería interesante que nosotros pudiéramos por vía de una iniciativa popular, plantearnos reformas en profundidad. Porque una ley, dada la importancia y la resistencia que se suponía que iba a tener, debió entrar por iniciativa popular. Pero ustedes saben cómo se maneja el problema político. Bueno, eso es lo que yo tenía que decir.  

Moderador: Quería aclarar que teníamos dos personas convocadas a este foro que no pudieron asistir. El profesor Antonio Aldazoro se disculpó por problemas familiares. Con respecto a Alberto Monteagudo, no sabemos los motivos de su ausencia. El es miembro del Colectivo Cultural Pueblo Soberano y estuvo aquí en otras sesiones del foro. Vamos a darle la palabra a la profesora Olga Dragnic y luego abriremos el espacio para las preguntas.  La profesora Olga Dragnic es periodista, graduada en la Universidad de Chile en 1960. Profesora Asociada a dedicación exclusiva, jubilada actualmente, de la Escuela de Comunicación. Coordinó el Curso de Especialización en Comunicación Cultural de la Comisión de Estudios para graduados de la facultad de Humanidades de la Universidad Central de Venezuela. Es autora de los trabajos: La secretaría de redacción en las revistas de interés general; La comunicación política en un periodo de transición; La entrevista de personalidad y el Diccionario de Comunicación social. Además, cuenta con publicaciones en libros y revistas especializadas en comunicación, diarios y revistas nacionales. Es miembro del Capítulo Venezuela, en el Observatorio Global de Medios y también es miembro del Consejo Editorial de la revista Debate abierto. Le damos la palabra a la profesora Dragnic.

 

Olga Dragnic: Buenas tardes a todos. Muchas gracias por la invitación. Antes que nada quiero decirles que, mucho menos que Daniel, pero si con cierta frecuencia, he asistido a foros sobre el proyecto de Ley de Responsabilidad, como vocero del Observatorio Global de Medios. Sin embargo, en esta oportunidad, quiero destacar algo muy importante. Este Foro se desarrolla en el marco de lo que ustedes han dado en llamar “Derechos Culturales: una plataforma institucional y jurídica para la transformación cultural”. Es primera vez en que la Ley de Responsabilidad Social y la Comunicación Social como actividad, se relaciona en alguna forma con la cultura, en el país. La tendencia general, comenzando por la UNESCO, profesor, desconociendo todo el trabajo de investigación y elaboración teórica de la Escuela de Frankfort, se separa, saca la comunicación social del ámbito de la cultura. Entonces, por ejemplo, la UNESCO, las universidades, los institutos de investigación, los profesionales de cualquier tipo, convocan a foros, encuentros internacionales, ponencias, etc, donde dicen: “la cultura y la comunicación social”. ¿Y qué es la comunicación social sino parte de la cultura? Todo lo que es simbólico, y la comunicación social fundamentalmente es una actividad de tipo simbólico, pertenece a la esfera de la cultura en su más amplia concepción. Si vamos a reducir el concepto de cultura a lo que tradicionalmente ha sido, en el desarrollo de la civilización europea, bajo la percepción que la cultura es única y exclusivamente lo que pueden denominar como, cultura de elite, cultura superior, cultura académica, es decir, todo lo que surge en el centro de Europa, y que se desarrolla a partir de la aplicación de la capacidad humana de raciocinio y que alcanza un desarrollo no solamente en las artes, en la literatura, sino también en la ciencia y en la tecnología. Y que evidentemente le ha dado un poder de dominio, gracias sobre todo a la tecnología derivada del desarrollo de la ciencia, y la capacidad, por otro lado, de influir en los demás pueblos, y establecer diferencias de calidad, entre las otras culturas y las culturas que pertenecen en alguna medida a lo que se llama “centro europea”. Es decir, esta cultura académica, que sin el menor sentido de justicia, se llama la superior. Si hay una cultura superior, es porque el que utilizó ese calificativo, sostiene que los demás son inferiores. Pero lo que está pasando con la comunicación social en relación con la cultura, es que en alguna forma, y uno hasta podría especular y decir; esto es intencional, porque se le está sacando del ámbito de la cultura y le está acercando cada vez más a una percepción de lo que es la actividad productiva de cualquier otro tipo. Es decir, en el área de la industria o del comercio. Esto hasta desde el punto de vista de la terminología que se usa, puede descubrirse y sentirse. Nosotros no somos usuarios, veedores, lectores de un libro, no somos veedores de una película, no, somos consumidores. El término “consumo” tiene una connotación absolutamente de tipo económico. En las explicaciones de los tipos de mensaje que transmite la comunicación social, en los múltiples tipos de programas que pueda tener, se diferencian dos tipos de programas o de mensajes: unos que se llaman “consumistas”,  es decir, uno los ve y no le pasa nada, cosa que tampoco debe ser cierta; y otros mensajes que son “instrumentales”, que en alguna forma dejan huella en nuestra mente, en nuestra psique, en nuestra conciencia. Y cada vez con mayor frecuencia se utiliza el término “target”: “¿Cuál es el target del canal 2 y cual es la diferencia entre el canal 10?”. Es decir, se percibe como una actividad de tipo comercial, o de tipo industrial. Debemos luchar para devolverle el sentido cultural a la comunicación social en su totalidad. En cuanto a la Ley, no se trabaja sobre principios, como dijo el profesor Hernández, ni sobre conceptos; no se explican los conceptos de que se trata. No se fijan los objetivos de una ley. Cualquier ley debe perseguir determinados objetivos. Y a través del articulado, se supone deben darse las condiciones legales para el alcance de estos objetivos. Siempre se le ha criticado, en cualquiera de los cuatro anteproyectos, que es una ley estrictamente penalizadora. Hay 87 castigos por infracciones muy distintas. En cambio, no hay ningún tipo de elaboración, en cuanto a lo que se quiere lograr, como ¿Qué hay que cambiar en la comunicación social de Venezuela? No hablar de los medios, sino del fenómeno social que es la comunicación social. Los medios son solamente instrumentos, vías para transmitir esos mensajes, y en este sentido, uno no puede emitir opinión ni calificar lo que se acaba de aprobar, como bueno o malo, como deficiente o suficiente para lograr un cambio, como dice el título de esta serie de foros: “transformación cultural”. Personalmente dudo mucho que con esta Ley de Responsabilidad Social, se vaya a lograr ninguna transformación cultural. La parte más extensa y más importante, evidentemente, es la reglamentación en relación a los horarios, sobre todo horarios protegidos. Esto tiene razón porque la LOPNA tiene muy buena reglamentación dentro de su ley, en relación con los medios y los menores de edad, pero no fija penas, no indica a quien le corresponde, tanto es así que el Consejo Nacional de Niños, Niñas y Adolescentes intentó varias acciones de tipo jurídico ante los tribunales durante el proceso del paro nacional, en diciembre 2002 y enero 2003 por el uso de los niños. Se acuerdan del hijo de un militar que llamaba… Se estaba violando normativa nacional y normativa internacional. Se apeló también a la UNICEF y está ofreció todas las posibilidades de ayuda en ese sentido. Pero eso está reposando en los tribunales, porque no hay forma de juzgar a quienes han violado la defensa de la integridad de los niños, niñas y adolescentes. Pero a todo esto, seguir hablando de las bondades o defectos de la ley que se acaba de aprobar, sin conocerla además en sus detalles. Yo llegué hasta el artículo 14. Lo que uno puede deducir, por ejemplo, que están ya decididos, están formando cuatro organismos distintos que en alguna forma se van a encargar de cumplir con esta ley, cada uno de distinta manera. ¿Cómo va a funcionar esto realmente? No sabemos. Sobre lo que habló Ciro, la relación de los gobiernos anteriores con los medios, no fue tan armónica como aparenta lo que hemos vivido en los últimos tres años. Acuérdense del proyecto Ratelve, que debe haber sido uno de los trabajos mejor elaborados, mejor pensados para adecentar, como se decía en aquel tiempo, el trabajo de los medios. ¿Y que pasó? Simplemente vetaron, hicieron todo lo posible. Son como 15 libros gruesos de análisis, de estudios, de datos y de proposiciones. Todo eso quedó muerto durante el primer gobierno de Carlos Andrés Pérez. Después el mismo Caldera intentó, en dos oportunidades, hacer modificaciones constitucionales en relación con los medios. Y después, en el último caso, por ejemplo, fue la Reunión de los Presidentes Iberoamericanos en Margarita, cuando Caldera propuso la definición de la información veraz, y fue rechazada por los presidentes de esa reunión, y por supuesto, rechazada por los dueños de los medios de comunicación venezolanos. O sea, lo que hay que percibir de toda esa experiencia, es que el poder de los medios ha sido y sigue siendo fuerte. Ellos como empresas, salvo el caso del Grupo Cisneros, no tienen un poder económico, financiero, suficientemente grande como para defenderse de ciertas acciones o determinaciones del Estado. Pero si tienen un poder de persuasión de su público, que todavía lo tienen, el público de la oposición, y sobre todo sus influencias, que lo han ido trabajando y lo siguen trabajando en las instancias internacionales. Hay una campaña tan bien orquestada, desde abajo, por la ONGs norteamericanas, europeas, etc. ONGs que entre otras, comprende también una con un nombre tan hermoso como es: “Reporteros sin fronteras”, emulando un poco aquella acción humanitaria de “Médicos sin fronteras”. Esa es una ONG, será de reporteros, pero defensora a ultranza de los intereses empresariales de los medios, de los dueños de los medios. Todas las ONGs que funcionan en Estados Unidos, que funcionan en otros países latinoamericanos y que se articulan en torno a las decisiones de la Comisión de Derechos Humanos de la OEA, donde existen dos organismos de servicio que ha formado la Comisión esta de Derechos Humanos de la OEA, y que están financiados además por la OEA. Una es la que llaman la Relatoría de los Medios de Comunicación, y la otra es CEGIL, otra ONG que funciona también en Estados Unidos. Toda esta red que armoniza y utilizan nuestros medios, ha perjudicado creo yo, la profundización que se aspiraba lograr a través de esta ley de responsabilidad social. Me atrevería a decir que esta ley, que ojalá tenga alguna resonancia importante en el mejoramiento de los contenidos de los medios, ha sido aprobada a un alto costo político, porque en momentos estamos viviendo una ofensiva terrorista. Estamos viviendo en una posibilidad que se puedan dar realmente situaciones peligrosas, al mismo tiempo que estamos viendo, como la oposición ha ido perdiendo fuerza, ha ido perdiendo su poder de influencia. Lo malo de todo este problema, en relación a la ley aprobada, es que la participación de la ciudadanía, que al comienzo ha sido muy importante y muy frecuente y constante. Esta misma sala en octubre y noviembre de hace dos años, nos reuníamos acá. Era impresionante la asistencia de los grupos sociales, de base, las discusiones, las proposiciones, junto con los representantes legales, con los abogados de los bufetes de los medios. Y ha habido proposiciones interesantes de los mismos representantes de los medios, y discusiones. Y con este proyecto pasó algo extraño. Por ejemplo, Luis Herrera prohibió la publicidad de cigarrillos, eso se estimó como un logro. Hubo una proposición, no se de quien ni donde, de permitir nuevamente la transmisión de publicidad de tabaco y cigarrillo. Y gracias a la intervención oportuna y firme, de una ONG que se llama Red de Usuarios de Medios, ellos lograron sacar esto. Nosotros desde el Observatorio, hemos trabajado, como les digo, hace dos años intermitentemente, cuando solicitaban nuestro aporte, nuestra opinión, en esta ley. Sobre todo a nosotros nos interesaba la parte de los contenidos periodísticos, fundamentalmente esto que es área nuestra. Creo que no fue acogida ninguna de nuestras sugerencias, pero eso no importa. Lo importante es ver, porque no conozco ese artículo, que hay en esta ley en relación con la información y opinión periodística. No hay nada. Es decir: “señores, Globovisión, puede perfectamente ignorar esta ley, y hacer de las suyas”.

Daniel Hernández: Lo máximo que hay es una caracterización de programa de información, programa de opinión... 

Olga Dragnic: Si, ¿saben cuántas veces mande la  misma versión?, cuatro veces y por fin lo pusieron. Globovisión no le atañe esta ley, es pura información, ellos no tienen programas para niños, tengo entendido. Me parece excelente la idea que está desarrollando Daniel, en cuanto a los folletos, para crear conciencia, etc. Pero yo creo que hay otra salida, hay otra posibilidad, y terminaré con lo que comencé, con la cultura. Hace falta urgentemente, una ley de la cultura. Y en esa ley de la cultura, con todo este bagaje, con toda la experiencia, con toda la conciencia que debemos crear nosotros mismos, y después tratar de que esta conciencia tenga un eco y una respuesta de la gente en general, incidir en que esta ley de cultura, incluya a la comunicación social como parte de su elaboración legal. Esto es lo que debemos hacer, esperemos que así sea, siempre hay una posibilidad. Muchas gracias. 

Daniel Hernández: Un pequeño agregado de eso último que dice la profesora. Comparto totalmente la opinión de la relación entre, información, comunicación, educación y cultura, que es el bloque que hemos venido planteando insistentemente, que si eso no se cambia, no hay posibilidad de revolución, sencillamente así, tajante, porque esa es la base de la posibilidad de un cambio. Nosotros hicimos un esfuerzo en un primer momento, y lo que quiero señalar, es que yo planteé en una reunión con el Ministro de Educación, que era una cosa absurda, que se estuviera discutiendo una ley de comunicación, una ley de cultura y una ley de educación cada quien por su lado. Pero más grave todavía, porque finalmente, deberían de discutirse complementariamente, como una sola visión filosófica. Más grave todavía porque con la llegada de Farruco al CONAC, la idea del proyecto de discusión se engavetó yo no volví a saber nada de eso... 

Olga Dragnic: Perdón, en la Asamblea hay dos proyectos... 

Daniel Hernández: Pero esos proyectos al final desaparecieron de la discusión. Yo le planteaba esto. Porque hubo una reunión, que le pedí a José Vicente para solicitarle justamente que interviniera como Vicepresidente Ejecutivo, y planteara la reunión de los ministros del área, para  poder coordinar el trabajo. Y él fue muy diligente y los convocó, y sucedió eso que a la primera reunión fueron, a la segunda fue el delegado, a la tercera el delegado del delegado, y a la cuarta se acabó. Entonces yo le planteé este problema a Aristóbulo, y él dijo, se ofreció a ser un canal para que pudiéramos proponer esto que tú estás planteando a través del Gabinete Social que él coordina. Simplemente quería agregar eso. Suscribo totalmente lo que señalas. En el área estamos trabajando, la recepción crítica del mensaje, pudiéramos entonces tomarle la palabra al ministro, para forzar una discusión exactamente en términos de información, comunicación, educación y cultura, como un solo paquete, y cómo lo presentamos a ese gabinete con propuestas específicas que deberíamos trabajar. 

Moderador: Vamos a dar apertura al derecho de palabra. Se cuenta con cinco minutos para cada intervención. 

Julia Tarazona: Soy docente de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador. Las tres exposiciones son interesantes, porque van al fondo, van a la realidad, que es la que hemos adolecido todo el tiempo; el desarrollo cultural. Las tres se conectan perfectamente con el desarrollo cultural, ¿por qué?, porque nos faltan los principios básicos en la formación educativa en Venezuela. Primero debe haber el desarrollo cultural, donde se toma en cuenta todo lo que es comunicación, es la base, es la mampostería, es la información la mampostería de todo proceso. Es algo importante, fundamental, que se tome en cuenta lo que es la comunidad. Los sistemas sociales no se han tomado en cuenta, ni en las exposiciones, ni en las asambleas, ni en las charlas, etc. El ambiente donde vive esa comunidad. Cómo desglosar, desmenuzar el ambiente que tenemos, y como actuar, que comunicación tener ante ese ambiente. Luego las comunidades en sí, cómo están organizadas, que les falta a esa comunidad o que les sobra y no lo sabe usar. Luego viene el aspecto cultural de desarrollo de esas comunidades. Sin embargo, nosotros no tomamos en cuenta en ningún momento el desarrollo cultural. Solamente pensamos que desarrollo cultural es ir a los museos y vestirme de seda. Esa ha sido una falla nuestra en todo momento, en nuestro país. Y luego tenemos un pellizco de educación que no llena los requisitos para abrir caminos hacia el desarrollo cultural. El camino fundamental es la comunicación desde las barriadas, desde esa mujer embarazada, desde ese proceso de los nueve meses, y luego ese proceso de cero a tres años. ¿Cómo lograr que ese ser que es el producto, que es la base de la formación ciudadana, vaya creando, teniendo seguridad en su comunicación. Nadie vela por eso. Luego de 4 a 6 años, la lectura y escritura. Un niño no puede esperarse a 7 años a que entre al sistema formal sin leer ni escribir. Es básico, eso es cultura. Cómo se maneja esa madre dándole de comer, comunicándose con ella, la familia, etc. Y luego está la falla básica, no conocemos de economía. Nuestros ojos están vendados en la profesión que sea, del desarrollo económico de cada ser humano. Luego la legislación, luego la política, luego cultura. Otra falla básica en nuestro sistema social es que no tomamos en cuenta las artes, que es la vía para expresar nuestras ideas, nuestra sensibilidad, nuestra capacidad creativa, fantástica, inventiva, de imaginación. Todo lo importamos en este país, porque nosotros no sabemos nada de eso, y sentimos placer de importarlo. Vivimos, hemos vivido obsesionados con la palabra petróleo y más nada. ¿Y las siete áreas artísticas? Nada. No conocemos de diseño, de audiovisual. La audiovisual se plantea todo esto que estamos hablando esta tarde. Desde la fotografía, la televisión, el cine, la radio, el video, la diapositiva, la informática, todo eso tiene que estar en primer plano en cada ser humano. Luego tenemos las artesanías, a duras penas hacemos algo, somos flojos, limitados, porque no tenemos una educación que nos lleve a ello. Luego vienen las artes escénicas, como un parcho, como un pedacito unos jóvenes por ahí se reúnen y cuanto los criticamos  para que hagan algo en artes escénicas. Luego viene la música, las artes plásticas, y por fin la literatura. Esa es la mampostería del desarrollo cultural. No tenemos ley y no hacemos nada, es lamentable. Yo me siento emocionada oír, todas estas propuestas, todas estas exposiciones que son maravillosas porque tocan el meollo, tocan el fondo de la mampostería que nos falta, cultura. Gracias. 

Juan Rivas: Soy Asesor de Difusión y Cooperación del SAPI. Felicito los planteamientos que hicieron los expositores, profesores universitarios que están imbuidos en el tema de los medios de comunicación. La ley de responsabilidad social surge por varios factores. Ya desde hace muchos años los medios privados han venido desinformando lo que es el campo de la información. Ha habido por otra parte la desinformación cultural, a través de los enlatados, a través inclusive de los enlatados del sexo, de la violencia, y de la transculturación y de la degeneración de los valores de la ética, lo que es el valor del ciudadano, y convertir al ciudadano en una simple mercancía. Por eso estoy de acuerdo en esa reflexión que hace el profesor Hernández, una relación entre el Estado y los ciudadanos, no el Estado y los consumidores y los usuarios. Sería la deformación y una desconexión directa si no se cuenta con la participación protagónica del ciudadano en una discusión de esta ley, que debe ser democrática, horizontal, en el desarrollo cultural de la información. La ley de responsabilidad social, no esperamos que sea perfecta, que sea el último hecho decantado. Yo se que habrá una reglamentación, habrá una discusión posterior, pero si vamos a hacer un coto lo que ha sido hasta ahora la información mediática, la desinformación, la mentira, el engaño, la imposición de cosas y lo que es la degeneración de nuestros valores. Ha surgido esta necesidad. Muchas organizaciones sociales estaban demandando esta ley, en función de la verdad, de la veracidad, del hecho veraz, de la formación del niño, del nuevo ciudadano, cumpliendo inclusive la disposición de una Constitución, que la han venido violando constantemente los medios privados. Mientras que en otros países, como Francia, Italia, ahí los medios informativos forman, culturizan al ser social. Por eso la LRS debe encaminar no la regulación por regulación, porque entraríamos en la censura, sino en el derecho de la expresión democrática, la expresión libre, y a la vez que los ciudadanos participen en lo que se llama un nuevo desarrollo de la información, lo que es la expresión libre y de la libertad. Es una concepción más amplia lo que debe ser la información. Decir la verdad, transferir información y a la vez educar a un nuevo ciudadano. Primero, con valores nuestros, segundo, con la investigación, más cultura, más ambiente. Y por último, que es importante -además del derecho a la información- crear dentro de los programas culturales, paisajes, videos, creaciones literarias de nuestro hecho real, no enlatados, no enlatados viciados que significa el desarrollo de antivalores. Yo llamo a la reflexión que esta LRS puede ser discutida, ampliada por los ciudadanos. Muchas gracias. 

Esteban Trapiello: Soy manager de artistas. Durante treinta años he desarrollado esa labor. En este momento soy productor  independiente en PPT Televisión, con el programa Lo que viene es bueno y quiero hacer algunas acotaciones. Siempre vemos que la radio y la televisión pone casting, buscando actores, actrices, escritores, pero nunca hay un casting buscando ejecutivos de radio o de televisión, y es lo que necesitamos fundamentalmente. Porque no son los dueños, es mentira que son los dueños. El señor Gustavo Cisneros no le marca la pauta a Manuel Grijalva o a Víctor Ferreres sobre los programas. Son Ricardo Peña, Joaquín Rivera y vemos un Miss Venezuela que durante 30 años, desde Susana Dujim es el mismo Miss Venezuela, lo único que cambia es la ganadora. Pero por ejemplo hay una situación, hecha desde que aunque, algunos lo han catalogado de lo que quieran, pero para los artistas venezolanos de radio y televisión no los demás, el señor Carlos Andrés Pérez hizo un decreto 1 x 1, y en este país, reventaron los artistas. En ese entonces yo había sacado a Pecos Kanvas, a María Conchita Alonso y el decreto los consideraba extranjeros porque grabábamos en España, en Toronto. Yo no grababa con ninguno de ellos acá en Venezuela, ni usaba músicos nacionales, aunque si usaba productores nacionales, pero producíamos afuera. En esa misma cuestión se reglamentó la producción de las telenovelas, está reglamentado, hay una ley, no pueden haber más de 60 capítulos, pero ¿quién lo cumple?. Entonces seguimos teniendo leyes, que tampoco las vamos a cumplir. En el caso de las telenovelas, quiero hacer una acotación porque he sido parte de esa cuestión durante mucho tiempo, lo he vivido mucho, y soy el culpable de haber vendido esas telenovelas desde España para toda Europa y Asia, que comenzó con la venta de Topacio, la novela de Grecia Colmenares y Víctor Cámara, pero ya vieron: “Topacio, autora no venezolana”. Como estaba reglamentado por el 1 por 1, estaba prohibido el acto de fumar o el acto de beber en las telenovelas. En este momento Venezuela es el país, que menos consume en cantidad de nicotina por los muchachos, niños y niñas y las personas mayores. Tan es así, que el venezolano cuando viaja tiene que viajar con la Belmont. Hay un mensaje mas allá de lo que se dice. El mensaje no solamente lo que se dice, sino lo que se hace en el propio mensaje que se transmite. Creo, por lo menos yo hace mucho tiempo no oigo la palabra chévere en televisión, pero si oigo: “mamá, nos vamos a bañar a la alberca”. Todas las comiquitas están traducidas en tono mexicano y en la ley no se habla de ese lenguaje, lo cual es gravísimo para nosotros. No estamos hablando castellano- venezolano. Estamos hablando castellano-mexicanizado. Las telenovelas brasileras que transmite Televen, están dobladas en portuñol, hablan con un deje mexicano, y están dobladas por magníficos actores y actrices venezolanas. A eso tampoco se le ha puesto coto allí, y tampoco se le va a poner en el reglamento, porque esta ley fue para proteger a los niños, niñas y adolescentes de la radio y de la televisión. Resulta que la radio y la televisión no es el malo, los malos son los ejecutivos que trabajan allí, en todos los medios. Hace nada Venezolana de Televisión, a quien yo le digo PPT Televisión, estaba anunciando el programa Jazz, un programa musical, me parece muy bien que esté allí anunciado a las 12 am. Los periodistas me dirán qué hora es ésa, y lo decía Venezolana de Televisión.

En la ley se habla de la democratización de los medios. Yo planteé en una reunión organizada en el Ministerio de Finanzas, que la mejor democratización de los medios es asumir que la señal es del Estado: “señor Cisneros, usted es el dueño de Venevisión, entonces usted sigue siendo dueño de toda la infraestructura, de toda la programadora de televisión, del edificio, pero no es el dueño de la señal, los dueños de la señal somos nosotros”. Entonces ¿por qué no se obliga por ley a que salgamos a cotización en bolsa con todos los medios? Porque el Estado, es el que tiene mayor cantidad de medios. Maraven, que todavía así se llama, la Voz de Maraven y la Voz de Lagoven, tiene emisoras de radio y canales de televisión en todo el país. Varios grupos políticos también tienen muchísimos canales de televisión. La Iglesia tiene la mayor cantidad de emisoras de radio en todo Venezuela AM y FM, y televisión. En televisión es más grave porque, aparte de todas las diócesis, tienen por ejemplo Tele Amazonas, donde le transmiten a la gente de la región Televisión Española, ósea que toda la gente que vive en el Amazonas dentro de poco van a decir: “Pues hombre, joder, que tortilla tan buena”. Estamos fregados. Vale TV que nos la robaron. Vale TV deberíamos ir a tomarla, es nuestra. Venevisión y Radio Caracas, se adjudicaron el 47.50% de las acciones por asistencia tecnológica. Entonces, ya que tenemos un Presidente, que parece que tiene las que te conté bien puestas para hacer lo que le da la gana, pues entonces lo lógico es llegar y decirle a Vale Televisión: “devuélveme mi vaina y si tu estás tan interesado -Radio Caracas- en transmitir todas esas horas de cultura a través de Vale Televisión, transmítelas a través de tu frecuencia”. Y vamos a darle a esa televisión una verdadera programación. Hay otras cosas más que quiero acotar, indudablemente que los canales están evadiendo y robándose los dólares de una manera descarada, porque una telenovela que puede tener hasta un costo de producción -cuando son 120 capítulos, 150 capítulos- de hasta 3 millones de dólares, revierte 30 millones de dólares en ventas internacionales, y nadie me puede decir que eso no es así porque yo vendí las telenovelas. Yo las vendí, yo llevé los actores, yo llevé las actrices, porque he manejado la mayor cantidad de actores y actrices venezolanos, manejo 82. Los únicos que ha podido parar a Venevisión sin ley, han sido los actores que han aceptado lo que yo dije, y lo paramos tres días, y no se grabó más, y sin sindicato porque no hay. Ahora los dos sindicatos son patronales. Pero ahora vamos mas allá de eso, en el caso de la ley no se establece tampoco, que va a pasar con venenovisión o RCTV, en el caso de ellos dos, también cadena Venezolana de Televisión que son network, son cadenas, ósea no es una emisora de televisión la que tiene el señor Cisneros en Venevisión, son dos, cuatro, inclusive en el mismo Caracas. Radio Caracas es un número en algunas zonas, y es otro número en Caricuao, y otro número en La Guaira. Entonces ahí es otra emisora de televisión, ¿qué va a pasar con esa emisora que tiene otra frecuencia?, ¿esa frecuencia no va a tener producción propia? ¿no va a tener producción regional en el sitio donde está?. Entonces nos van a vacilar como les de la gana. Aparte de eso, el cura, ese curita que sale en PPT televisión con Angulos, es el dueño de Niños Cantores Televisión, que no es la Iglesia, es él. Y Niños Cantores Televisión se trató de abrir aquí en Caracas, con Napoleón Bravo de director, cuando estaba en el teatro Los Ruices, y no lo abrieron, se quedó cerrado. Niños Cantores Carabobo se lo acaban de alquilar por diez años, al recién ex -presidente de Telcel, que adquirió los derechos para manejar la emisora de Niños Cantores Carabobo por diez años. Y Niños Cantores Lara y Niños Cantores Falcón, están gravísimos. Entonces el curita tiene el programa de televisión en su emisora allá, que hace lo que le da la gana y que coarta la libertad de expresión, porque el señor que tiene el show de mediodía, Argenis D´Arencio se tuvo que ir del canal de televisión, porque el cura le dijo: “no puedes seguir diciendo lo que estás diciendo”, y se fue a Televisa. Y en Televisa, que es de Guillermo González, también le pasó lo mismo y se tuvo que regresar a otro canal. Hay más, pero… 

María Eugenia Vásquez: Tengo dos preguntas. Con respecto a la cultura, yo recuerdo cuando tenía 7 años, hoy tengo 24, que pasaban en televisión la Ventana Mágica y pasaban Viajando con Polar. Era programas culturales muy buenos y hoy en día no tenemos nada similar ¿Por qué? La segunda pregunta es con respecto a Vale Televisión. Tengo entendido que, como dice el señor, que tiene el 47% Radio Caracas y Venevisión, de las televisoras privadas, que toda esa cultura que debería venderse en los medios privados, son llevados a Vale TV, ¿Por qué? 

Leila Zambrano: Soy de la UCV. Tengo varias dudas con respecto al proyecto de Ley Resorte. La primera duda es con relación al artículo 14, que corresponde a la democratización a los servicios de Radio y Televisión. Según veo acá, el tiempo para programación, para programas educativos, informativos y de opinión, está reglamentado en una hora y media para horario de todo usuario, y una hora y media para horario de adultos. Cuando leo el artículo 19 -habría que ver que se hace en el resto del tiempo porque está reglamentado solamente esa parte- los educativos, informativos y de opinión, tendríamos tres horas para todos los horarios.  

Ciro Quintero: Estaba planteado tres horas diarias para niños y adolescentes, y siete horas y media para producción nacional en horario para todo usuario. Ellos lo resumieron y por eso está cambiado, como porcentaje. Porque muchos de los diputados son dueños de medios. Esos diputados se ahuyentan y no van a las discusiones porque son dueños de emisoras de radio, y de medios. 

Leila Zambrano: Eso se ha hecho con la economía y la cultura en todos los países cuando se están discutiendo las cuestiones importantes, la gente se sale y cree que con eso salvó su responsabilidad. Habría que ver después que hacemos nosotros desde el punto de vista de los usuarios y de qué manera intervenimos en los consejos que nos permiten algún tipo de regulación, que están postulados aquí. Con el tiempo también hay una reglamentación para música nacional y latinoamericana, de tres horas en radio, y no se como va a ser eso. Ese tiempo de radio está estipulado en el artículo 14. Aquí hay otra duda: ¿de qué manera se compagina el artículo 14 con el artículo 19, de administración pública y responsabilidad de las telecomunicaciones?. El artículo 19 tiene varios apartes. En los apartes 9 y 10 dice que: “hay que desarrollar, cumplir y hacer cumplir las normas sobre administración de espacios gratuitos, que de acuerdo con la ley le corresponden al Estado en los servicios de radio y televisión. ¿De qué manera va a ser esa administración para las cuestiones educativas e informativas? ¿A qué se están refiriendo con eso? ¿qué parte de ésa le corresponde al Estado, de qué manera?  

Ciro Quintero: Cuando dice el Estado, no establece como en otros países que el tiempo podría ser distribuido más o menos de alguna manera tipo asamblea, que la asamblea está en el universo de gente establecida allí. Aquí no se establece. 

Leila Zambrano: ¿Entonces allí es donde estarían chillando los dueños de los medios de comunicación? ¿Allí es donde dicen que está la mordaza? Y tengo otras duda, en el artículo 24, se habla de contribución parafiscal para crear un fondo de responsabilidad social, y después en uno de sus apartes dice que ese fondo: “no estarán sometidos a ese pago por derecho a radio difusión ni los servicios de televisión por suscripción o los servicios de radio y televisión comunitarios” ¿cómo se va hacer si no van a pagar? ¿Cómo van a distinguirse  y evitar los pases subrepticios de gente que se presente para no pagar los derechos que les corresponde, que se presenten como: “yo soy un servicio comunitario”? ¿De qué manera se va a controlar toda esa situación? 

Beatriz Leañez: Soy comunicadora Social y estuve asistiendo a las mesas de trabajo de consulta pública de CONATEL cuando se realizaban aquí en un principio, sobre el anteproyecto. Yo por mi parte siempre he estado muy dolida con Venevisión, porque los valores que fueron sembrando en el Club Los Tigritos era pornografía pero de verdad. Porque el programa, un video que vi en una ocasión en Puma TV, y lo estaban dando sobre las 12 de la noche, cortaron la escena que al final se presentó como a las 4 de la tarde en el Club de Los Tigritos. Y el rechazo era con relación a la música y los valores venezolanos, era que detestaban, decían que era una raya y que no escucharan y que no tocaran eso, ni lo bailaran, mientras luego ponían a un grupo de niños en fila, no me sonó bien el dedo, pero en ese sentido. Y recuerdo que el de apertura fue una escenografía imperial, con la música de Money, money, money. Entonces ¿qué es lo que sucede con esta ley de responsabilidad social cuando queremos transformar los verdaderos valores, que hacen que una persona sea solidaria con la otra?. Cuando el Papa dice, que lo que se debe trabajar es la globalización de la solidaridad, cónchale a mi me parece espectacular eso. Globalizar la solidaridad, qué es lo que nos falta. Nosotros, digo nosotros los que creemos que esta revolución si puede transformar a la sociedad, porque el venezolano no es lo que hoy en día es con ese individualismo, el consumismo, una ansiedad de tener, cuando lo que primero tenemos que tener, es esa solidaridad con el otro que necesita algo. Suena así muy romántico, y cuando yo oigo a personas así como tú, que verdaderamente está en la candela, pues, en el trabajo de la vida diaria, uno dice: “cónchale, como que verdaderamente hay demasiado romanticismo”. Pero hay gente que si está en la praxis, y tiene ese romanticismo. Por ejemplo, Ricardo Márquez el de Catia TV, a raíz de una ocasión en que tuve la oportunidad de conocerlo en Vive TV, uno que se pone a pensar mucho, uno ve que esa persona está rozagante de tanto trabajo que tiene con la comunidad. Cuando se habla de cultura, yo si lo veo así tan sencillito que es “cultivar”. En la medida que tú cultivas algo, lo que tú cultives es lo que tu vas a recoger. Y los medios de comunicación lo que han ido cultivando son los antivalores. Y no antivalores desde el punto de vista cristiano que nos plantean que vamos a sacrificarnos que todos estemos bien. Ese es el antivalor cristiano, es decir, antivalor en el sentido de que disfrutar la alegría, la alegría, la alegría, es lo que te hace sentir bien. Entonces, por eso repito, el antivalor cristiano es: “vamos a compartir y esa es la alegría”, el poder para ayudar, para servir. Entonces este proceso lo que está tratando de trabajar y de realizar es eso precisamente, la transformación de los valores que sean verdaderamente para ayudar a los más necesitados, o una clase que ha estado verdaderamente abandonada. Entonces compartir lo que nosotros tenemos. Siempre he criticado también mucho las novelas, porque lo que enseñan a la  mujer, es precisamente es a dar cuatro gritos, a darse golpes, y a quitarle el novio a la otra, y verdaderamente la “mejor actriz”, entre comillas, se llama aquella que da mejores gritos. Creo que expresé un poco mis angustias y lo que quería decir. Gracias. 

Douglas Carrasco: Yo formo parte de este Colectivo Cultural Pueblo Soberano. Quería recoger lo que dijeron algunas personas, como la profesora Tarazona que decía: “que estamos haciendo si hay ley de cultura”, y en la página Debate Cultural.org.ve,  está la Ley del poder popular, que es la Ley de desarrollo cultural endógeno. Elaborada por una comisión integrada por la profesora Ninoska Lazo y otras personas más, y es muy completa, y es muy interesante que se lea. Aquí hemos tenido, en el caso de Vale TV, que Manuel Frai Grijalva, hoy en día ejecutivo de Venevisión, pero fue el enviado para quebrar el canal 5, para burocratizarlo y justificar así la privatización. De ese grupo que estaba con él, están todavía allí en producción en VTV. Yo se la capacidad de mimetizarse de la gente, y veo mucha gente en este momento protagonizando, y siempre han estado protagonizando, porque tenemos que hablar de que esa gente han sido, los beneficiarios, los recipiendarios, los usufructuarios de nuestra exclusión. Y toda la gente que está en el CONAC, fueron escogidos por ese perfil, y no tenemos cabida en esos medios. Todo el que tuviera en su obra carácter de originalidad u originariedad, aquí todo está enfocado para que sea un epígono. ¿Porque qué hace Carlos Raúl Hernández en la Escuela de Artes?, presionando a los muchachos y trabajando mentalmente. ¿Y que hace Vilma Petrash dando Venezuela al Siglo XXI, a los que están entrenando a la Universidad Simón Bolívar?. Allí está esa idea de desnacionalización, de desculturización y lo que estamos haciendo es formando epígonos, en la Escuela de Artes Armando Reverón. Tú solamente puedes entrar en las artes plásticas si eres un seguidor de tendencias. Pero si tu obra se inscribe en el carácter regional o local, o defiendes esos valores nacionales, tú no vas para el baile. Por otra parte, ellos nos han privado, ese grupo de Frai Grijalva, nos privaron de derechos culturales que son de nosotros los venezolanos, como es el caso de aquellos programas celebérrimos del poeta Aquiles Nazoa, pero también nos privaron de otro programa importante porque usaron la cinta para grabar juegos de béisbol. Nos borraron el programa del profesor Hidalgo, que era un profesor de la Escuela de Matemáticas. Él tocaba guitarra, era guitarrista también -en la música hay progresiones geométricas- y el diseñó una guitarra que tenía todos los trastes iguales. Incluso entrenó a un joven para que digitara eso. Ese programa maravilloso estaba en el canal 5. La cuestión no viene de ahora. Ese es un  proceso de desculturización y es un problema político. Miren lo paradójico, se habla y se promueven los aportes culturales de África y de Occidente a la cultura venezolana, y lo está haciendo el Ipasme también, lo dijimos aquí hace tres semanas atrás. Pero ¿donde está?, porque no está dicho, la cultura de esos los 14 mil años que precedieron al encubrimiento de la equivocación de Colón, y que sentó las bases materiales y espirituales de todo cuanto tenemos hoy como nación. Incluyendo todo el itinerario de viajes, de los senderos que estaban trazados por toda la nación venezolana, y que constituyen hoy las carreteras que conocemos y todos los caminos. Y se atribuyen el camino de los españoles, y hay está una fundación que se llama, Fundación Camino de los Españoles, y ese es el camino de los Toromaina, por ahí pasó Cayaurima. Y por ahí concurrió Guaicaipuro al llamado de Guaicamacuto cuando los convocó en el uvero de Macuto, cuando la segunda conquista. Entonces tenemos que ver nuestra propia cultura, y ver la Constitución, la Asamblea Nacional Constituyente como un hecho cultural de nosotros también. Y esta Constitución si tiene origen soberano. Y ser ciudadano de la República Bolivariana de Venezuela comporta unos deberes, unos deberes que están ahí en el artículo 130. Y la gente de Globovisión si le podemos poner coto, porque ustedes lo ven que a cada rato le sale una bandera a la cual se le desprenden las estrellas, que es la fragmentación del país. Ósea son las siete provincias y la octava estrella, que Bolívar hablaba después del Congreso de Angostura también para incorporar a Guayana. Tenemos unas leyes de símbolos patrios de los años cuarenta, donde dice que nuestros símbolos patrios son inalterables. Entonces, ni esa bandera puede salir allí, ni tampoco puede salir como la saca Gente del Petróleo, hecha trizas. Como tampoco puede salir Ilan Chester a cantar el himno nacional en tiempo de rock and roll. Porque con ese cuento del 1 por 1, resulta que Miguel Ángel Martínez, esposo de Mirla Castellanos, ese señor estuvo  años diciendo que: “el reglamento de radio difusión contemplaba, que será considerada música venezolana toda aquella música, no importa de que parte del mundo, siempre y cuando sea interpretada por cantantes venezolanos”. Recordaba eso de ciudadanía, porque así como tenemos todo un capítulo dedicado a los derechos culturales de Venezuela en la Constitución, está también, recordemos que “ciudadanía es la titularidad de derechos y deberes”. Tenemos esos derechos culturales y tenemos esos deberes, y no podemos dejar fuera a ni un solo elemento del país. No es grave que tenga una frecuencia militar el Canal 8, grave es que no se hayan paseado, y yo recomiendo a todos pasearse por el Título 7, capítulo I de la Constitución, que es referente a lo que es  Seguridad de la nación. Porque la seguridad de la Nación está contemplada allí, para garantizar el desarrollo integral de la Nación. Y no es aquel concepto de militarización y de violencia del Estado, no está inscrito en ese tiempo. Porque ahí es donde está el artículo 326, de la corresponsabilidad y se ejerce en el ámbito eclesiástico, militar, cultural, educativo; están todos los campos abarcados allí. Y ese problema de la Iglesia católica, aquí está la Ley de Patronato Eclesiástico del año 1964. Aquí tenemos que culturizar más bien a esos diputados, porque ponen en la Constitución que el idioma oficial es el castellano. Señores por un decreto de la Real Academia de la Lengua de España en 1923, declararon que ese idioma se llama “español”. Aquí hay unas falsas mayorías, y unas falsas minorías. Resulta que aborígenes aquí tenemos millones, pero no estamos cumpliendo con los derechos culturales porque ellos no pueden tener sus nombres originarios, en su lengua materna, porque el proceso civilizatorio que estaba en la Constitución del 1961, entonces le ponen Ixora Rojas, Andrés Velásquez, entonces le ponen cualquiera de esos nombres. El cuento es mucho más largo, y lo terrible, porque es materia de seguridad del Estado, y lo tenemos también con los museos. Los museos de antropología e historia, los tienen la Fundación La Salle en Barquisimeto, y lo tiene también el Vicariato de Puerto Ayacucho. Y qué dicen las disposiciones del Consejo Internacional de Museos, que donde hay una muestra antropológica, tiene que haber presencia de los distintos credos, de las religiones que allí se hallaren. Claro, esa disposición es una cosa hecha por allá. No está actualizado con los actuales requerimientos. Hay un documento muy interesante también de Rigoberto Lanz, de la protección de los saberes populares, de los saberes originarios, que ya no es ese concepto nada más de las ciencias, de lo científico, de lo tecnológico, sino también nuestros saberes. Porque esos son nuestros saberes ancestrales.  Lamento no tener más tiempo… 

Moderador: Nosotros como grupo creemos particularmente que hemos visto aprobar muchas leyes y también hemos visto la forma como se ha reformulado y reformado sus contenidos, adaptándolos a la circunstancias así como se logró transformar la Constitución de 1961 por la de 1999, creemos que esto es parte de la experiencia de lucha que tenemos que buscar como nación para una cohesión social óptima y un respeto a la diversidad cultural. Eso lo podemos afirmar desde el Colectivo Cultural Pueblo Soberano. Los invitamos a contribuir con la página web Debate cultural. Próximamente tendremos unas ediciones impresas de los materiales que allí están publicados. Voy a dar la palabra a los ponentes para que respondan a las preguntas planteadas por el público asistente. 

Esteban Trapiello: El Presidente ha estado de gira y todas las televisiones del mundo, por lo que pasó por lo que dijo el Canciller, y el Presidente ha salido en las televisiones del mundo tomando café. ¿Por qué esa taza de café, no tiene la bandera de Venezuela, y dice café venezolano, como los colombianos lo hacen con las rosas y con el café de Colombia? 

Ciro Quintero: Simplemente de esta importante reunión se desprende una vez más la sabiduría popular: quien hace la ley, hace la trampa. Y otra de las cosas que el pueblo dice con frecuencia, es que no hacía falta una ley de este tipo, para llevar preso y cerrar a ningún canal, y ninguna radio, si está el código penal, leyes sobran para esto. Y el Internet, y todo lo que viene por las computadoras no está aquí. Y también se trabaja con el éter, con el aire, no lo toman en cuenta. Y finalmente yo creo que quienes salen ganando con esa ley son las emisoras comunitarias.  

Olga Dragnic: Yo quisiera hacer una breve referencia a la última interpretación. Todo el proceso venezolano que estamos viviendo, tiene sin duda un componente de lucha de clases, hay enfrentamiento de clases. Pero en cierto sentido se podría decir que no es lo más importante. Yo creo que aquí se está produciendo un enfrentamiento de dos tipos de culturas. Es la cultura que antes llamamos académica, de la burguesía nacional, de las clases medias, y de las culturas populares. Los planteamientos, por ejemplo, que manifestaba el compañero que intervino ahora, son expresión exacta diría yo de lo que está ocurriendo en el proceso de reafirmación de los derechos de las culturas populares, frente a la hegemonía de la cultura académica. Esto es un enfrentamiento de muy difícil solución, imposible a corto plazo. Solamente quisiera advertir, tengo alguna experiencia con la Constituyente Cultural, anterior a elección de Chávez, en el proceso de la campaña. Creo que se convertiría en un gravísimo error, si el movimiento que se identifica con la cultura popular, determinara su acción en contra de la cultura académica. Al fin y al cabo todos nosotros, todos los que sepamos leer y escribir, formamos parte de esa cultura académica. Todo lo que es formación sistemática, proviene de ese tipo de cultura. Un enfrentamiento, a ultranza, extremo, entre estos dos sectores culturales, creo que sería muy perjudicial para el país en general. Creo que el movimiento popular en el área de la cultura, debe tener suficiente claridad en el sentido que este es un país, pluricultural. Y que cada uno de ese tipo de culturas tiene derecho a existir. Es decir, en el área de la cultura, sólo la inclusión tiene sentido. Y hay ciertas tendencias, como siempre se producen cuando uno enfrenta a la posición contraria, nos vamos hacia los extremos. Y de pronto uno siente que hay un rechazo, un desconocimiento, un enfrentamiento al que pertenece a otra cultura. Esto es clarísimo por parte del sector de la oposición, en todas esas expresiones descalificadoras que han hecho los medios, nuestros escritores a través de sus columnas, en artículos, refiriéndose al pueblo como “chusma ignorante”, “sucio” y todo lo demás que conocemos. Eso fue un ataque de tipo de clase social, pero hay un componente de tipo cultural muy importante ahí. Es un problema de enfrentamiento de valores, de desvalorizar lo que el otro sostiene y cree, y en lo que se ha formado por su origen. Nosotros, lo que estamos en contra de esas posiciones, no debemos imitar su procedimiento ni sus determinaciones. Nosotros debemos tener conciencia permanente que esta gente fue manipulada, o simplemente es su creencia, pero no importa. Como personas que pertenecen a otra cultura diferente a la mía, o que no tienen la conciencia de reconocer mi derecho a mi cultura, mis valores. Yo no voy a violentar mi propia escala de valores, atacarlo en la misma forma como él me ataca. La Constituyente Cultural debería trabajar este tipo de problemas con mucha seriedad, y tener conciencia que la ruptura de este país sería mucho más grave si se logran romper todos los nexos, toda la relación societaria de estos dos grupos de cultura, sería más fuerte todavía que la ruptura política que hemos vivido. Quería decir esto.  

Daniel Hernández: Dos cuestiones. Una para reafirmar un poco lo que plantea Olga porque me parece muy importante, porque de alguna manera el reconocimiento de la diversidad, la pluralidad, y la alteridad, implica el reconocimiento del otro. Yo he criticado mucho algunos programas de televisión del canal 8, en particular uno, porque no se puede atacar al adversario en los mismos términos en que él degrada la condición humana, eso está al margen de cualquier cosa. Creo que vale la pena citar, que en alguna época de mi juventud leí una obra de Isaac Deutscher: Trotsky: el profeta armado, el profeta desarmado y el profeta desterrado, en el prólogo el cita a Bernard Shaw, que señala que Trotsky era un gran escritor aparte de político, y que tenía la cualidad de ser un gran polemista, de mostrar la cabeza hueca de su adversario, y de mostrar que no tenía ideas, pero de dejar intacto su honor y su dignidad como persona humana. Entonces yo creo que eso es fundamental. Yo tengo que tener la capacidad de demostrar la invalidez desde una estructura argumentativa y de valores, de la conducta del adversario, dejando intacta su dignidad como humano, independientemente de su conducta. Porque eso es lo que a mí me diferencia, como revolucionario, como hombre de dignidad. Entonces esto es fundamental.  Imponer una conducta al otro no solamente tiene todas esas implicaciones culturales de dominación, que significan una cosa horrible, sino que simplemente no puede hablarse de eticidad o de moralidad cuando le impongo al otro, y es un reconocimiento de mi propia debilidad, para poder entrar en el debate con el otro. Esto me parece que es fundamental cuando hablamos del ámbito cultural, es clave. En segundo lugar, quería simplemente señalar, y un poco en la angustia de la profesora, que estamos intentando hacer -creo que lo vamos hacer a partir de enero- una suerte de investigación con respecto a la televisión, en particular a Vive, para ver cómo se percibe la televisión por la comunidad, cómo la ve, cómo la recibe, cómo la percibe. Por supuesto, hay que elaborar unas categorías en términos del discurso, de la estética, de manera de un par externo, porque el problema está que aquí la gente se concentra y hace lo que le parece, sin tener una referencia de la comunidad. Vamos a intentar ver cómo la ve la comunidad y qué dice la comunidad, como un par del que la hace. Hay un segundo nivel de esa investigación que implica unir a la comunidad para descubrir cuáles son sus nexos, cuáles son sus necesidades, y cuáles son sus deseos de ver televisión. De manera que la televisión comience a expresar, no solamente ese esquema que hemos heredado tipo Hollywood, de un condicionamiento, sino que permita conectar las formas de comunicación como una forma de cultura. Sobre todo particularmente en relación a qué formas de cultura, en términos de discursos, práctica social, ritos, mitos, espacios, agentes, sujetos; están haciendo prácticas culturales de ruptura de la dominación, para poder sacarlas a flote, para poder generalizarlas, que sería el papel de un medio de comunicación tipo Vive. Entonces hay que ir a la comunidad para investigar cuáles son sus necesidades. Y un tercer nivel que implicaría, cómo metemos a la comunidad en la pantalla, en el sentido de cómo convertimos a la comunidad en protagonista. Porque el problema es que tenemos un canal 8, yo me he negado ir las últimas veces, porque hay 15 protagonistas, los que hablan siempre, y que uno sabe incluso lo que van a decir. Eso no puede ser, porque eso es volver a dejar al pueblo silente. Entonces hay que meter al pueblo en la pantalla. Pero después hay que sacar la pantalla de la pantalla, cómo sacamos las redes a través de páginas web, cómo usamos la tecnología y creo que esto sería importante, porque creo que cambiaremos en la medida en que podamos producir desde una diversidad nuevas formas estéticas, poéticas, discursivas, que orienten una práctica diferente en términos de valores. Unos valores en la que haya un límite en términos que, sea ético todo aquello que garantice la producción, reproducción y desarrollo de la vida humana vital, plena, gratificamente del sujeto ético en comunidad. Porque eso es un problema central en términos políticos, en términos de la cultura. Porque si bien la diversidad es una necesidad, hay un límite porque si no, esa diversidad llevada al extremo, a un relativismo absoluto lleva que se pierda el sentido ético. Hay una frontera que es la defensa vital de la vida, el respeto, la dignidad, porque yo no puedo respetar a quien no me respeta en mi dignidad y en mi integridad, y eso es fundamental dentro de una visión de diversidad. Y la otra, cuando hablamos de la posibilidad a través de educación, iniciativa fundamentalmente de la profesora Xiomara Lucena, a ver cómo trabajamos allí, y el ofrecimiento del Ministro de Educación, que se utilice esa vía para ese gabinete social para llevar propuestas concretas. Y la negativa que comenzáramos con los niños, yo señalé, que me parecía importante que con los bebés se comenzara con el problema de la lectura y la escritura. Porque si enamoramos al niño de la lectura y la escritura, estamos formando un cierto antídoto de la cultura visual, ésa. Porque que eso lo que sucede, que el discurso televisivo, porque es un discurso, o el discurso digital, pues otro discurso con su lógica, todos en fin de cuenta son discursos montados sobre el nivel lingüístico, y la forma primaria es la forma oral y escrita. Pero en esa forma al niño lo maltratamos demasiado, y por supuesto le llevamos a tenerle fastidio a eso, y el prefiere ver otros discursos, que no los puede descodificar en parte, porque no tiene la formación lingüística y de escritura, porque ha sido fatal eso. Entonces, cómo nosotros trabajamos en términos de formar al niño, en unas formas de lectura y escritura verdaderamente innovadoras y amorosas, tiernas que de verdad estimulen la imaginación del niño, y el niño no lo sienta como castigo. Mi mamá me decía que: “letra con sangre entra más rápido”. No nos queda otra alternativa que tomar un poco lo que dice la profesora y yo insisto en que debemos de trabajar, quejarnos menos de las cosas, y trabajar más, desarrollar la iniciativa y por ahí es que yo creo que va el asunto. 

Moderador: Muchas gracias a todos los ponentes y al público. Buenas noches.


Carmen Hernández

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