Alba Carosio. 2005. “Reflexión sobre lo femenino en el arte como acto de liberación”, Charla presentada en la sesión “Lo femenino: ¿una problemática de interés en el arte?” del Encuentro en torno a la exposición Agua de colonia, Sala RG, Fundación CELARG, Caracas, 2 de febrero de 2006
Podemos describir finalmente la feminidad madura, donde se torna difícil distinguir entre lo que corresponde a la función sexual y lo que debe atribuirse a la influencia social. Por empezar, la mujer tiene un elevado narcisismo: tiene más necesidad de ser amada que de amar. La gran vanidad respecto de su físico es debida a una compensación por su falta de pene.
FREUD: La feminidad
Lo masculino estaría más cerca de la ley, la feminidad más cerca del goce
BAUDRILLARD: De la seducción
La humanidad ha convenido en pensarse a través de un esquema dual, el esquema de género que divide al mundo en femenino y masculino. La experiencia fundante de lo “otro” como diferente o diverso es la experiencia de la otredad sexual. A partir de esta experiencia se construyen culturalmente, mediante la socialización, el género masculino y el género femenino. Lo masculino y lo femenino son construcciones culturales históricas, conjunto de significados y mandatos que la sociedad atribuye a las mujeres y a los hombres en determinado momento histórico y social. El concepto “ideal” de género en un tiempo dado nos condiciona a través de la cultura que todos vamos construyendo a diario, indicándonos una supuesta y única forma de ser hombre o mujer.
El género se presenta como natural, como inmutable desde el principio de los tiempos, los mitos sobre el origen de la humanidad dan lustre sobrenatural a lo masculino y lo femenino (Adán y Eva, Pandora y Prometeo). De allí parten el mito transformado en concepto coloquial del “eterno femenino”[1]. Pero género, que se presenta como algo dado, es en realidad una diferenciación jerárquica que permite fundamentar el poder patriarcal, que se encuentra en la base del funcionamiento de esta sociedad como la conocemos.
El género como sistema de pensamiento ha atribuido a lo masculino la racionalidad, en cuanto capacidad de discurrir, capacidad de querer objetos no sensibles; y a lo femenino la sensibilidad y la irracionalidad.
MASCULINO |
FEMENINO |
Racional |
Sensible – irracional |
Voluntad de Dominio |
Voluntad de Placer |
Trabajo |
Ocio |
Ámbito Público |
Ámbito privado - doméstico |
Entendimiento |
Imaginación |
Mesura |
Desenfreno hybris |
Universal |
Individual |
Competitivo |
Contemplativo |
Activo |
Pasivo |
Organizado – técnico |
Naturaleza cósmica |
Aire – Fuego |
Tierra – Agua |
Guerra |
Paz |
El género no es una conceptualización inofensiva: gracias a ellas existimos las mujeres como seres disponibles en nuestro deseo, nuestros afectos, nuestra capacidad reproductiva, nuestra vida toda, para los hombres. Y esto es algo contra lo que todo arte que se aprecie de transformador debe trabajar.
Lo femenino y la mujer han sido siempre objetos privilegiados de las artes (fuente de inspiración se diría de manera tradicional), en especial de las artes visuales, pero podríamos hablar de dos maneras de relación entre el arte, la mujer y lo femenino:
1. Arte que representa a la mujer y presenta lo femenino, como arquetipo, dentro del sistema patriarcal de género. A lo largo de la historia del arte, la mujer ha sido representada con significaciones muy diversas: virgen, belleza, lo prohibido, fruto carnal, diablo, espectáculo, terror, etc.
La mujer es siempre objeto de deseo y máxima expresión de la belleza, pero una belleza creada por la mirada masculina, que celebra así su capacidad creadora y transforma a la mujer real en el “eterno femenino”.
El mito fundador de esto es sin duda el mito griego de Zoexis, aquel artista que al no encontrar en ninguna mujer la real personificación de la belleza para poder tener una modelo, toma de cada una un pedazo y así, despedazándolas a todas, construye a la Venus de la belleza perfecta. La mujer ideal. La idea de lo que es belleza femenina ha sido fabricada ahí por el artista varón, haciendo que en esa fabricación no se pueda ver ninguna mujer de carne y hueso. Esto que parece antiguo por ser mito griego, es tan actual como cualquier publicidad llena de Venus contemporáneas que vemos en la televisión. (Las Venus que se intervienen y deconstruyen en la exposición Agua de Colonia).
El arquetipo femenino cruza la historia del arte y se reactualiza. Algunas frases lo atestiguan: “La mujer procreadora es el origen de la creación en general” (Joan Miró) o “No hay diferencia entre arte y erotismo” (Picasso) o “Ante todo, yo no creo una mujer, sino hago un cuadro” (Matisse).
La mujer representada está fundamentalmente definida por su vínculo con los hombres y por la mirada de los hombres, a tal punto que puede llegar a mirarse a sí misma desde los ojos masculinos.
También en la literatura, en las artes escénicas hay este sentido hay unos cuantos modelos fijos de presentación de las mujeres, tales como: la puta gozosa, la madre-esposa (con todas sus variantes que van desde la abnegada hasta la castradora), la solterona frígida, la divorciada desesperada y la suegra entrometida. A partir de los 70, nueva visión de lo eterno femenino, la mujer “liberada” es comercializada de manera rápida centrifugada y edulcorada que nuevamente responde a las necesidades un patriarcado renovado y modernizado.
Yuderkys Espinosa (2004) sostiene de manera muy esclarecedora;
“Y no vayan a cometer el error de creer que un paradigma de autonomía para las mujeres es aquel que encontramos en esas imágenes de la “mujer liberada” que comenzó a instalarse en los medios y sobre todo en las artes escénicas, a partir de los 70´s durante la mal llamada “Revolución Sexual”, con títulos como “Mujeres Calientes” o “Sex and de City”. Porque esa mujer “superada”, insaciable devoradora de hombres, gozadora de la penetración y del sexo furtivo, es solo uno más de los mitos inventados por una cultura dominante que coloniza el cuerpo de las mujeres y los preserva para el varón. Estas imágenes de la mujer alegre y superada no se corresponden con lo que les ocurre a las mujeres de carne y hueso en sus vidas y sino vayan a ver lo que dicen los estudios de las últimas cuatro décadas sobre la sexualidad de las mujeres heterosexuales y sus múltiples insatisfacciones.”
2. Arte que reflexiona sobre la mujer; explorando y cuestionando el concepto de lo “femenino”. Porque hay una gran diferencia en una propuesta cuyo énfasis está puesto en rescatar las representaciones tradicionales de la mujer en la cultura occidental (a manera de rescate de una identidad original que se ve amenazada) a una que justamente lo que le interesa es proponer nuevas representaciones que lleven a poner en inestabilidad e incluso a clausurar los mitos fundacionales de lo femenino en que dichas representaciones se basan.
Si hay algo que un arte feminista o comprometido con la eliminación de la opresión de las mujeres debería plantearse en primera instancia es contribuir a proponer, presentar, legitimar modelos de existencia para las marcadas como mujeres que sirvan de paradigma de autonomía y libertad para ellas mismas y para toda la humanidad.
El arte se puede convertir en acto de liberación de las diferentes formas de dominio. El arte debe servir a las mujeres como herramienta fundamental para su propia emancipación. Este es un arte feminista, y no femenino, allí se incluye la producción realizada por artistas mujeres que se coloca más allá de los estereotipos de género y se desmarca de los límites fijados por las convenciones socioculturales y por los propios cánones de la industria cultural, donde también las mujeres son llamadas a cumplir un mero rol de reproductoras.
Aunque se conocen artistas visuales desde el siglo XI y XII, Lorena Zamora en su libro EL DESNUDO FEMENINO. UNA VISIÓN DE LO PROPIO (2000) sostiene que el surrealismo o el abstraccionismo, permitieron una mayor intensidad expresiva para traducir, en metáforas, formas o no formas, los mundos privados, las fantasías y la expresividad de las mujeres artistas. De alguna manera muy importante, en la medida que eran lenguajes que rompían podían también romperse los límites de lo que debía y podía expresar el arte, abriendo una veta para que la subjetividad femenina sea una fuente de expresión de sí mismas2. Así se abre paso la recomposición en el arte del sentir como mujeres y se trabaja en la reconstrucción del imaginario de lo femenino.
Las prácticas de las artistas mujeres de hoy incluyen reflexiones sobre su propia realidad e identidades como mujeres que han roto los estereotipos del artista aislado y apartado de lo social, practicando un arte deliberadamente incisivo en el contexto social desde distintas posiciones, visiones, creaciones...
La primera gran obra de toda artista creadora es hacerse a sí misma, recrearse por fuera o en posición crítica de los mandatos culturales que le adjudican un lugar en el mundo. Su arte se convierte en un pretexto para la propia creación, para el propio rehacerse.
Producir conocimiento e imaginario propio es una necesidad, como una forma de acción transformadora sobre la realidad y como un modo de evidenciar los vínculos ideológicos, las opacidades y las arbitrariedades escondidas por la representación tradicional.
Teniendo en cuenta que lo femenino ha sido uno de los "otros" visibilizados en las últimas décadas, origen y sentido de relevantes cambios sociales, nos encontramos con la dificultad que supone "definirse" para la mujer o para cualquier "otro" que haya estado excluido del juego social. A partir de esta dificultad indagamos en el doble juego de deconstrucción de su imagen pasada y la afirmación de un "querer ser" (darse forma a sí mismo), sólo posible como proceso (siempre inacabado). De esta manera vemos cómo se favorecen ’identidades’ que rehuyen el esencialismo de “lo femenino como eterno y universal” y se definen en lo provisional3.
El arte realizado por mujeres comprometidas y por qué no, por varones solidarios, en la deconstrucción de lo femenino, es un arte transformador del patriarcado. La representación es un aparato privilegiado de generación/difusión de ideología. Elaborar imágenes es una actividad política, enmarcada de diversas formas en el sistema de producción, que genera plusvalías tanto en el terreno económico como en el terreno simbólico y por eso deberá ser emancipadora y transformadora.
Referencias bibliográficas
Espinosa, Yuderkys (2004) “La conciencia de opresión en la creación de las mujeres”. Ponencia presentada en 2das. Jornadas de Cultura y Desarrollo Social. Centro Cultural General San Martín del julio 2004. Buenos Aires, Julio 2004
Zomora Betancourt, Lorena (2000) El desnudo femenino. Una visión de lo propio (2001 Conaculta-Imba, edición del CENIDIAP (Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de Artes Plásticas)
Ruido, María (2004) “Mamá: quiero ser artista!” en A la deriva por los circuitos de la precariedad femenina editado por Precarias a la Deriva. Madrid; Traficantes de Sueños.
Les Penelopes. (2004) Mujeres artistas : feminismos en el mundo del arte. Consultado en enero 2006 en http://www.rebelion.org/mujer/040502penelopes.htm
Notas
[1] FAUSTO, Goethe, el coro dice al final del primer acto “Lo temporal y lo perecedero no son más que símbolos, sólo una mera ilusión. Sólo lo incomprensible, lo inenarrable, lo infinito, el “eterno femenino” (“das Ewigbleiche”) nos conduce al cielo”. Interesante sobre este tema la visión de Rosario Castellanos en su obra farsa “El Eterno Femenino” y en su corrido;
El eterno femenino
Voy a ponerme a cantar |
Pero Adán era muy flojo |
Unos dicen que perdió |
el muy famoso corrido |
y no la quiso ayudar; |
a la humanidad entera |
de un asunto que se llama |
porque además tenia miedo |
por comer una manzana |
el eterno femenino, |
del castigo de Jehová |
que los dioses le prohibieran |
y del que escriben los sabios |
que lo tenía amenazado |
porque fue desde el principio |
en libros y pergaminos. |
con lanzamiento ilegal. |
desobediente y rejega. |
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|
La Biblia dice que Dios |
Adán no entiende argumentos |
Por eso nacen sus hijos |
cometió un gran desatino |
no hay que discutir con el. |
entre gran pena y dolor; |
cuando al hombre formó |
no nació para mandar |
y por eso no debe de entrar |
con lodo medio podrido |
nació para obedecer. |
al santuario del Señor, |
y sin ninguna experiencia |
No comerá manzana |
ni a la cátedra del maestro |
le salió como ha salido |
si no le hago un pastel. |
ni al taller del obrador. |
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|
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Un día que estaba durmiendo |
Te voy a dar la receta, |
Vuela, vuela palomita, |
en los prados del edén |
dijo a Eva la serpiente, |
y salúdame al pasar |
Dios le quitó una costilla |
y también otros secretos |
a Eva y a la Malinche, |
para hacer a la mujer; |
para seducir imbéciles |
a Sor Juana, a la Xtabay, |
como ya le sabía el modo |
y para ganar amigos |
y a la Guadalupanita |
resultó a todo meter. |
e influir sobre la gente. |
si vas por el Tepeyac. |
|
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|
Adán y Eva, desnudos, |
Por fin, como ustedes saben, |
Porque me voy despidiendo |
iban de aquí para allá, |
ocurrió lo que ocurrió, |
y no quisiera olvidar |
dándole nombre a las cosas, |
y un arcángel con espada |
a ninguna, aunque bien sé |
que era misión principal: |
del Paraíso arrojó |
que en un corrido vulgar |
"esta se llama jirafa |
a Eva y Adán, desnudos, |
ni están todas las que son |
y aquel se llama alacrán. |
como maldición de Dios. |
ni son todas la que están. |
|
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|
Mientras Adán bautizaba |
Y desde entonces, señores, |
|
la pobre Eva se aburría |
no hubo mas que trabajar, |
|
y fue a apoyarse a un árbol |
poblar de hombres el mundo |
|
donde una serpiente había |
y si se acaba, empezar |
|
que le dijo:-gustas una? |
llevando muy bien la cuenta |
|
y le dio manzana fina. |
de lo que se hizo y se hará. |
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"Si la comes, averiguas |
Adán marchaba llorando, |
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lo que va del bien al mal, |
y mirando para atrás |
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lo que debe preferir |
un paraíso perdido |
|
lo que debe rechazar, |
que no va a recuperar, |
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y la tomada de pelo |
y Eva pensaba en la historia |
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que te están queriendo dar" |
que acababa de empezar. |
|
|
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Ni tarda ni perezosa |
Señores, pido perdón |
|
Eva la fruta mordió, |
y con esta me despido. |
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y al momento en su cabeza |
La serpiente va enredada |
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un foquito se prendió; |
en los versos del corrido |
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y bajo esta nueva luz |
en que se cuenta la hazaña |
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el Paraíso contempló. |
del eterno femenino. |
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Con un poco de trabajo |
II |
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esto podría mejorar; |
Voy a ponerme a cantar |
|
construirnos una casita, |
el muy famoso corrido |
|
la comida cocinar, |
de un asunto que se llama |
|
quitar ese letrero |
el eterno femenino, |
|
que nos prohíbe probar. |
y del que escriben los sabios |
|
|
en libros y pergaminos. |
|
2 Algunas artistas de las primeras vanguardias son Berthe Morisoth, Frida Kahlo, Sonia Delaunay, Meret Oppenheim, Georgia O'keeffe, Tamara De Lempicka.
[1] Gerrilla Girls En 1989 colocaron un cartel frente al Metropolitan Museum de Nueva York con la pregunta: ¿Tienen las mujeres que estar desnudas para entrar en el Metropolitan? Menos del 5% de los artistas en las secciones de Arte Moderno son mujeres, pero un 85% de los desnudos son femeninos. Llevamos puestas máscaras de gorila para centrarnos en los temas más que en nuestras personalidades. Nos declaramos el equivalente feminista de la tradición mayoritariamente masculina de "bienhechores" como Robin Hood, Batman y Lone Ranger. Nuestro trabajo ha recorrido el mundo gracias a espíritus benéficos que estamos orgullosas de tener como simpatizantes.
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